lunes, 6 de mayo de 2024

El Espíritu de Dios

 El viento

“El viento sopla”, Jn 3:8 "De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados", Hch 2:2

Lo acontecido con Nicodemo se reflejará más adelante con todos los discípulos. Se escuchó un ruido como el estruendo de un viento "Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad". La iglesia ha nacido como un viento fuerte e impetuoso y se nos llama en este tiempo a no tener bloqueadas las cerraduras. Las ventanas y puertas abiertas pueden ser el símbolo de algo que esperamos en este tiempo para que Dios nos sacuda nuevamente trayendo vida y esperanza a toda la humanidad. El viento levanta, arrastra, desconcierta, sopla, desordena, puede golpear y arrancar de raíz. Dejemos que haga su trabajo y no graduemos la acción del Espíritu. Demos la bienvenida a lo que Dios traerá dejando de lado nuestra función de árbitros, con reglas cuidadosamente fijadas por nosotros. Pidamos y probemos recibir de Dios su llenura e inspiración sin correr a los refugios intelectuales. Que en este tiempo el Espíritu de Dios nos aliente trayendo sed de su Palabra y una relación íntima con su persona hacia una vida en misión orientada en la dirección del amor

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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