martes, 21 de junio de 2022

Proceso

 Una mirada y examen personal

“Al escuchar a Jesús, todos empezaron a irse, comenzando por los más viejos, hasta que Jesús se quedó solo con la mujer.”, Jn 8:9
Cuando nos confrontamos con Jesús nos damos cuenta que el primer tema a tener en cuenta es nuestra relación personal con él.
Una de las primeras cosas que podemos aprender es alejarnos de los lugares donde se lapida a una persona.
A la mujer se le dijo: “Puedes irte y no vuelvas a pecar”. Ella queda liberada pero los demás se van con el peso de su pasado y presente. Así y todo, ellos también recibieron algo de Jesús. El maestro les ha quitado las máscaras. Los sacó del anonimato y de la complicidad de la corporación. Cada uno es colocado frente a su propia conciencia y los ha desafiado a mirarse por dentro.
Jesús ha obligado a los jueces a juzgarse a sí mismos. Examinarnos es un proceso que se interioriza y se celebra a puertas cerradas. Es ahí donde nos encontramos desnudos y se nos caen las máscaras. Es quitarnos la reglamentación, el código de la ley y el índice acusador.
Jesús nos desafía a dejar el guión que solemos relatar. En ese instante podemos desprendernos del personaje que representamos y volvemos más humanos. Cuando esto pasa podemos ser nosotros mismos y tenemos una oportunidad para nacer de nuevo.
Una vez más hemos llegado como "justos" y nos retiramos con el carnet de “pecadores”. Este es el punto de partida para toda sanidad y la vida entera
Sus palabras vuelven a tocar nuestro corazón: “Misericordia quiero y no sacrificio”, Mt 9:13
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

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