Los más débiles
“Cuando Jesús lo vio allí acostado, y se enteró de cuánto tiempo había estado enfermo, le preguntó: —¿Quieres que Dios te sane?”, Jn 5:6
En este episodio de la vida de Jesús nos encontramos que la salvación es ofrecida a los débiles y a los últimos.
La leyenda del agua prodigiosa esconde una profunda injusticia y podría adquirir connotaciones de tremenda crueldad. ¿Quién era el que se curaba? El más ágil, por tanto, el menos enfermo.
También podría sanarse el que tuviese una posición económicamente favorable, pagando a otras personas que le asistieran en aquella necesidad y lo trasladarán de inmediato a las aguas curativas.
Jesús opta por los que no tienen oportunidad.
Jesús no solo se limita a salvar sin necesidad de recurrir al agua, sino que ofrece su don al más débil, al vencido, al que siempre pierde, a todo aquel que reconoce que no se puede salvar por sí mismo.
Hay personas que viven en permanente enfermedad por diferentes causas y no encuentran el camino o la fuerza para salir de esa situación. Jesús, en su paso por este nuevo día para ti y para cada uno de nosotros nos vuelve a preguntar: —¿Quieres que Dios te sane?
Dios es amor
Carlos Scott
No hay comentarios:
Publicar un comentario