RECOSTADO SOBRE SU PECHO.
Hay otro discípulo, también llamado “el discípulo amado” que se menciona varias veces en el cuarto Evangelio: Juan 18:15-16; 20:3-4; 19:25-27; 20:2-21 y otros más.
A diferencia de Pedro, a quien se le asignan tareas pastorales asociadas a la jerarquía de la primitiva comunidad cristiana, a este “otro discípulo” solo se le entrega afecto: era el que “Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho” (Juan 21:20).
Lo mas probable, tal como señalan los especialistas, es que el escritor (escritores) del Evangelio quiera cerrar su texto insistiendo en otra manera de ser comunidad de fe: no basada en estructuras institucionales, sino solo en el amor (X.Léon-Dufour).
Sea como sea, en nuestras comunidades de fe lo que debe primar es la autoridad del afecto, del servicio, la amistad y el cuidado tierno, antes que la autoridad de los rangos jerárquicos y del poder institucional, muchas veces necesarios, pero no esenciales para la experiencia del amor.
“Pedro se volvió y vio que detrás de ellos venía el discípulo a quien Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?”. Al verlo, Pedro preguntó a Jesús: — Señor, y este, ¿qué suerte correrá? Jesús le contestó: — Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.”
JUAN 21:20-22
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Harold Segura
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