Luz de la humanidad
"En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla”, Jn 1:4-5En el evangelio de Juan observamos pocos personajes y no le interesa tanto la cantidad de acontecimientos. Cada personaje elegido es muy significativo y nos ayuda a pensar. A lo largo del evangelio se desarrolla un drama donde la luz es recibida o rechazada, la oportunidad aprovechada o desperdiciada. En este drama estamos implicados todos nosotros. El itinerario de Jesús no es tranquilizador, sino perturbador. No suele haber lugar para espectadores y sus palabras nos convierten en actores. El desenlace estará a nuestro cargo. Sus episodios nos sacan de la sombra y no podremos escondernos. Juan hace hablar a otro y sin darnos cuenta la atención está puesta en nosotros. Juan presenta el drama de la vida y la vida no pide espectadores, sino protagonistas. “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios”. Está luz verdadera nos alumbra y es lo que el mundo necesita.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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