Anuncio de Esperanza
“A la madrugada, Pablo pensó que todos debían comer algo y les dijo: «Hace dos semanas que sólo se preocupan por lo que pueda pasar, y no comen nada. Por favor, coman algo. Es necesario que tengan fuerzas, pues nadie va a morir por causa de este problema.» Luego Pablo tomó un pan y oró delante de todos. Dando gracias a Dios, partió el pan y empezó a comer. Todos se animaron y también comieron. En el barco había doscientas setenta y seis personas, y todos comimos lo que quisimos. Luego los marineros tiraron el trigo al mar, para que el barco quedara más liviano… Todos llegamos a la playa sanos y salvos”, Hch 27:33-44Dios preservo milagrosamente las vidas de todos los tripulantes protegiéndoles de la tempestad, el hambre y el naufragio. Pablo, en medio de la difícil situación no se acobardo ante la adversidad y tampoco perdió la esperanza. Dios le envió un ángel indicándole que estuviera confiado en Dios y convencido que estaría frente al emperador para dar testimonio de su fe. Dios salvaría la vida de todos. Sobre esta confianza tomó pan, dio gracias, lo partió e invitó a otros a participar. Esto nos recuerda la comunión o santa cena del Señor. En este tiempo se nos alienta a cuidar nuestra comunión recordando al mundo la esperanza de su propia salvación, del Reino de Dios. Que podamos participar tomando el pan, bendecirlo y partirlo, luego la copa dando gracias y que la vida de la comunidad sea un auténtico anuncio del nuevo orden del Reino. Nos preguntamos: ¿Están todos servidos? El Señor nos anima a compartir nuestra vida con otros para que tengan esperanza y pongan su confianza en el Señor.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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