Personal
Jesús en muchos casos se dirigió a las multitudes, pero le encanta los encuentros personales. Su palabra se hace diálogo con las historias de nuestra propia vida. Él nos vuelve a recordar "—Yo soy el Mesías. Yo soy, el que habla contigo”, Jn 4:26. "—Lo estás viendo. Soy yo, el que habla contigo", Jn 9:37. Hay una respuesta de fe que Jesús espera y es personal. “Entonces Natanael respondió: —Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios y el Rey de Israel!”, Jn 1:49. “Entonces el joven se arrodilló ante Jesús y le dijo: —Señor Jesús, creo en ti”, Jn 9:38. “Marta le respondió: —Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que debía venir al mundo”, Jn 11.27. “Tomás contestó: —¡Tú eres mi dueño y mi Dios!”, Jn 20:28. La propuesta universal de Jesús se traduce en un llamado personal. La Palabra se dirige a todos y todas, no excluye a nadie, pero para llegar a su destino es necesario abrir el corazónCarlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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