Un llamado a los dirigentes
La necedad nos matara sino crecemos en sabiduría. Ustedes han sido electos para llevar a cabo tareas casi imposibles: defendernos en un mundo inseguro, estructurar los servicios básicos y proteger a quienes son vulnerables.
Les rogamos abordar y confrontar los más grandes problemas sociales y económicos aunque quizás nuestra cultura juegue en contra de soluciones.
En concreto, les pedimos que hagan aquellas cosas que nos resultan difíciles hacer y necesitamos que lo intenten. Todos debemos madurar y dejar atrás las necedades como la ingenuidad, irresponsabilidad y el cinismo. Y necesitamos líderes que nos guíen en el camino.
Les pedimos que busquen mayor sabiduría en su liderazgo. Se les ha elegido para realizar tareas casi imposibles. Es por eso que ustedes necesitan “la sabiduría que viene de lo alto”. Es una sabiduría primeramente pura, después pacifica, amable, bondadosa, dócil, abierta a la razón, llena de compasión, misericordia y de buenos frutos, imparcial y sincera (Stg 3:17)
Necesitamos que compartan buenas ideas basadas en grandes ideales. Como sociedad entendemos que el desacuerdo, el debate y la tensión son parte del proceso de gobernar pero les imploramos llegar a un consenso para los problemas acuciantes de nuestro tiempo.
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