“¿Y tu, Señor me vas a lavar los pies a mí?” Jn 13:6
Jesús
era alguien que conocía su identidad. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los
pies. También era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y
niños.
Lo más probable es que este
lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos.
Quizás discutían en que orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión
debía ser el siervo y lavar los pies
Jesús realizó algo impresionante. No
apareció ningún esclavo, el que apareció fue Jesús. Se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no
necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante o llenar un
vacío en su vida. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente
quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante.
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
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