«Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban…» Mt 28:17
El encuentro de los discípulos con Jesús se
caracteriza por la adoración y la
duda. La palabra adoración
significa reverenciar e implica caer postrado. La palabra duda es falta de determinación, vacilar e implica
incertidumbre.
Entre la adoración y la duda esta comunidad de discípulos es
recibida por Jesús. De ninguna manera Jesús los rechaza. Nos anima a todos a seguir adelante, por lo tanto, nuestras
dudas no deben excluir la
obediencia. Es a esta comunidad de discípulos y a
nosotros que se nos encomienda la gran comisión.
Jesús establece que toda autoridad se le ha
dado en el cielo y la
tierra. Es la autoridad amplia e ilimitada de Jesús. Nos
recuerda cual debe ser nuestra labor por más adversas que sean las
circunstancias y nos da una promesa:
«Y les aseguro que
estaré con ustedes siempre hasta el fin del mundo» Esta promesa del Señor
debe ser nuestra gran motivación para la obediencia. Su
presencia, provisión y consuelo van junto a la tarea que tenemos por delante y
no separadas de la misma.
La gran comisión es una invitación a
experimentar la obediencia con carácter Universal e Integral. Entre la
adoración y la duda consideremos fiel al
que nos ha hecho la promesa para seguir a Jesús.
Pregunta para la
reflexión: ¿Estoy dispuesto a
experimentar la obediencia siguiendo a Jesús?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
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