“¿Les parece justo que sus hermanos vayan al combate mientras ustedes se quedan aquí sentados? ¿No se dan cuenta de que esto los desanimaría?” Números 32:6-7
Moisés tuvo que enfrentar un serio problema moral con el Pueblo de Dios.
Las tribus debían ser solidarias y cooperar. Hubo dos tribus que pensaron en si
mismos y Moisés les tiene que recordar lo que había pasado con los espías que
enviaron a inspeccionar la tierra en
Cades Barnea. Ellos habían
desanimado al pueblo (v9) e hicieron
caer su moral. La consecuencia fue que ningún mayor de veinte años entro a la
tierra prometida (v11), todos
murieron en el desierto a excepción de Caleb y Josue. Sobre estos
últimos la palabra de Dios dice: “…los cuales me siguieron de todo corazón”
(v12)
Seguir a Dios con el corazón es renovar la mente por su Palabra y por el Espíritu Santo. Es creer que todo se hace posible en las manos de Dios. Es la Fe opuesta a la fatalidad, resignación y egoísmo. Es dar lugar a la constancia, entrega y generosidad. Cuando le seguimos con todo el corazón las promesas y bendiciones que Dios tiene son hechas realidad.
Preguntas para la reflexión: ¿Qué implica seguir a Jesucristo? ¿Cómo es nuestro seguimiento? ¿Qué cambios debo experimentar?
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox
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