sábado, 8 de agosto de 2020

¿Inocente?, Jn 5:11-18

¿Inocente?, Jn 5:11-18
“¿Quién es ese hombre que te dijo recoge tu camilla y anda? El que había sido sanado no tenía ni idea de quién era, porque Jesús se había escabullido entre la mucha gente que había en el lugar”
"Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: -Mira ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor”. Juan nos relata dos cosas: la iniciativa de Jesús en provocar una confrontación con las autoridades, y su trabajo personal con el hombre sanado.
Las autoridades se habían desentendido del hombre sobre la base que su enfermedad era producto del pecado. No tenían que esforzarse por ayudar al enfermo porque merecía el castigo que sufría. Su enfoque estaba puesto en que no cumplía la reglamentación porque cargar la camilla implicaba violar la prohibición de trabajar en el día de reposo. Jesús sanó al inválido y rompió definitivamente con tal manera de pensar y actuar. Ahora bien, ¿Por qué le dijo no vuelvas a pecar?
Este hombre no se atrevió a cuestionar la estrechez de los criterios oficiales y le echó la culpa por violar la ley a un desconocido. La “cosa peor” que podría pasarle sería perder su vida por traicionar a Jesús y esto sería la consecuencia de quedar en el lado equivocado del conflicto. El pecado de este hombre no es lo que hizo antes sino lo que hizo después.
“El hombre se fue e informó a las autoridades que Jesús era quien lo había sanado”. A sabiendas de la oposición de los religiosos, el hombre delató a Jesús y por esto las autoridades religiosas le perseguían pues hacía tales cosas en sábado, así que redoblaban sus esfuerzos para matarlo. Lamentablemente este hombre traicionó a Jesús.
Las autoridades en vez de escuchar la voz de Dios decidieron eliminarla. Seguir el modelo de Jesús es muy arriesgado. Seguir su ejemplo puede traernos problemas, pero el camino contrario sería traicionar a Jesús. Si queremos seguir y servir al Dios vivo no queda otro camino que identificarnos con Jesucristo. Jesús nos vuelve a decir: "No me traiciones"
¿En qué casos podemos traicionar a Jesús?¿Suelo colocarme del lado correcto a favor de los que son tratados injustamente y no se respeta su dignidad?

viernes, 7 de agosto de 2020

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16

"Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos", Mr 10:16
Jesús nos muestra una teología que tiene que ver con el apego, el cuidado, el abrazo, la ternura, la proximidad, aceptación, pertenencia y equidad. Hay empatía, valoración y humildad. Dios nunca pierde el corazón. Nunca. Es una teología del amor que se manifiesta en la autoridad del afecto y el cuidado tierno.
Al pensar en la iglesia Latinoamericana las últimas estadísticas nos indican que el 50 % no se congrega. Hay gente que ha sido avergonzada, humillada, no tratada con respeto, dignidad y equidad. En una sociedad líquida, como el agua que se va entre las manos las personas siguen perdiendo las relaciones sólidas, los vínculos, la cercanía, la confianza y el sentido de comunidad. ¿Podrán volver a confiar?
En la Iglesia y la sociedad del rendimiento con su exceso de positividad, dispersión y autosuficiencia para vivir sin límites hemos perdido el descanso espiritual, emocional y físico. Es como una rodilla que aprieta el cuello de una persona y no le permite respirar. Su medida es utilitaria y política por lo que podemos aportar o dar. La pandemia de la productividad, los resultados, la competencia, la aceleración y el éxito a cualquier costo, nos llevaron a tener una sociedad e iglesia cansada que puede estar alejada de una teología trinitaria de relación, del compañerismo, la amistad, la unidad en el espíritu y cerca del dolor, del lamento, fragilidad y sufrimiento de la gente. ¿Qué tipo de iglesia surgirá después de esta pandemia?
¿Cuáles son nuestros problemas? ¿Es la institución, el clero o liderazgo? ¿El problema son los laicos o feligreses? ¿Qué hemos hecho mal si es que algo hicimos mal? ¿Cuál es el proceso de purificación que necesitamos?

jueves, 6 de agosto de 2020

¿Culpable o Inocente?, Jn 5:1-10

¿Culpable o Inocente?, Jn 5:1-10 Nos encontramos en la celebración de una fiesta de los judíos. Jesús se encuentra con un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. “Ya tenía mucho tiempo de estar así” (v.6). Jesús toma la iniciativa y le pregunta: ¿Quieres quedar sano? Su respuesta fue: “No tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua y cuando trato de hacerlo otro se mete antes” (v7). Este hombre muestra la falta de acompañamiento y solidaridad de los demás: Indica su limitación y el tema no es la Fe. Lo único que le hacía falta era la compasión humana, la comunión y la solidaridad. Jesús decide centrarse en la Justicia, Misericordia y Humildad. Las autoridades están centradas en la ley, normas, estructura y poder. Jesús nos muestra una teología que tiene que ver con el apego, el cuidado, el abrazo, la ternura, la proximidad, aceptación, sentido de pertenencia y equidad. Hay empatía, valoración y humildad. Dios nunca pierde el corazón. Nunca. Es una teología del amor que se manifiesta en la autoridad del afecto y el cuidado tierno. Es importante tener presente que el criterio divino para observar la calidad de los dirigentes religiosos y gobernantes se resume en el trato con los necesitados, Ez 34. Se les llamaba pastores y la voz profética nos reclama que en todo tiempo debemos “fortalecer a la oveja débil, cuidar de la enferma, curar sus heridas, ir por la descarriada y la que está perdida”. Cuando no hacemos esto las ovejas se dispersan por falta de pastor y quedan a la merced de las fieras del campo. El lamento profético es que nadie se preocupa por buscarlas, por hacerles justicia, tratarlas con misericordia, dejar la crueldad y alejar la violencia. Jesús nos dice: “Levántate, recoge tu camilla y anda”. El evangelio registra que “al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar” (v.9). Ante la sanidad de aquel hombre se podría esperar una actitud de alegría por parte de las autoridades. Sucedió todo lo contario. Ellos le dijeron: “Hoy es sábado, no te está permitido cargar tu camilla” (v10). Treinta y ocho años sin usar sus piernas, pero observaban que en el día de reposo usaba sus piernas para trabajar. Nos encontramos con un hombre que no tenía derecho según las autoridades. La clave en la dirigencia era ejercitar el derecho a la autoridad. Lo importante no era la restauración de la persona sino observar que no guardaba “las normas establecidas de comunión y servicio”. El hombre marginado fue invisible hasta que violó la ley. Sus autoridades no demostraban un interés en las necesidades del rebaño. Su enfoque eran sus leyes, sus estructuras, modelos, “etiquetas” y tradición. Se olvidaron de los derechos que le correspondía al inválido. Habían perdido el propósito, el espíritu y objetivo de la ley. Les faltaba escuchar el llanto del pueblo necesitado. Al pensar en la iglesia Latinoamericana las últimas estadísticas nos indica que el 50 % no se congrega. Hay gente que ha sido avergonzada, humillada, no tratada con respeto, dignidad y equidad. En una sociedad líquida, como el agua que se va entre las manos las personas siguen perdiendo las relaciones sólidas, los vínculos, la cercanía, la confianza y el sentido de comunidad. ¿Podrán volver a confiar? En la Iglesia y la sociedad del rendimiento con su exceso de positividad, dispersión y autosuficiencia para vivir sin límites hemos perdido el descanso espiritual, emocional y físico. Es como una rodilla que aprieta el cuello de una persona y no le permite respirar. Su medida es utilitaria y política por lo que podemos aportar o dar. La pandemia de la productividad, los resultados, la competencia, la aceleración y el éxito a cualquier costo, nos llevaron a tener una sociedad e iglesia cansada que puede estar alejada de una teología trinitaria de relación, del compañerismo, la amistad, la unidad en el espíritu y cerca del dolor, del lamento, fragilidad y sufrimiento de la gente. ¿Qué tipo de iglesia surgirá después de esta pandemia? ¿Cuáles son nuestros problemas? ¿Es la institución, el clero o liderazgo? ¿El problema son los laicos o feligreses? ¿Qué hemos hecho mal si es que algo hicimos mal? ¿Cuál es el proceso de purificación que necesitamos? ¿Culpable o Inocente? ¿Cuánta gente hay en la iglesia y cerca de la misma que no puede caminar? ¿Por qué muchos siguen en esa condición? ¿Qué tipo de modelo estamos compartiendo y encarnando?... “Ya tenía mucho tiempo de estar así” Carlos Scott  Misión Local y Global (GloCal) http://carlosaliciascott.blogspot.com.ar/ Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina E-mail: MisionGloCal@ciudad.com.ar, licscott@yahoo.com.ar Blog Español: http://misionglocal.blogspot.com/ English Blog: http://glocalmission.blogspot.com/


martes, 4 de agosto de 2020

FE EN LA PERIFERIA DEL MUNDO

FE EN LA PERIFERIA DEL MUNDO. El Evangelio de Mateo presenta a Jesús como un maestro sabio que enfrentó a variados antagonistas. Esta peculiaridad se debe, en gran manera, a la situación de persecución que vivía la comunidad cristiana en el momento en que se redactó el Evangelio. Mateo quiere enseñarles que, así como Jesús enfrentó a sus perseguidores (los del templo y la sinagoga), también lo deben hacer sus lectores (quienes enfrentaban a finales del primer siglo la persecución religiosa). La intención de su escrito es catequética o pastoral. Los desprecios se dieron hasta en su propia tierra, en la sinagoga de su juventud, entre sus paisanos quienes, al escucharlo hablar con tanta destreza, en lugar de reconocerlo como uno de los suyos, lo rechazaron. La imagen del Mesías que esperaban era la de un ser diferente, muy diferente a ellos. Jesús era de su mismo pueblo (Nazaret), de su misma sinagoga, su papá era conocido como el carpintero (trabajador manual o constructor) del lugar. Conocían a su mamá, a sus hermanos y a sus hermanas. Por lo tanto, para ellos, era imposible que fuera “la imagen visible del Dios invisible” (Col 1:15-17). Allí no pudo hacer milagros porque no encontró quien creyera en él. Su falta de fe en Jesús, en cierta manera, era una falta de fe en ellos mismos, en su gente, en su pueblito, en su Nazaret marginada. Mateo nos deja pensando: ¿tener fe en Jesús significa también tener fe en nosotros mismos, en lo que Dios ha hecho de nosotros? ¿Fe en lo que Dios hace en la periferia del mundo? “y se fue a su pueblo donde se puso a enseñar en su sinagoga, de tal manera que la gente no salía de su asombro y se preguntaba: — ¿De dónde le vienen a este los conocimientos que tiene y los milagros que hace? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No es María su madre, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no viven todas ellas entre nosotros? ¿De dónde ha sacado todo eso? Así que estaban desconcertados a causa de Jesús. Por eso les dijo: — Sólo en su propia tierra y en su propia casa menosprecian a un profeta. Y a causa de su falta de fe, no hizo allí muchos milagros”. MATEO 13:54-58 Biblia La Palabra Twitter @haroldsegura Instagram @harold_segura #EvangelioDelDia #Biblia 

lunes, 3 de agosto de 2020

¡Te invitamos a participar del Lanzamiento del Curso Virtual Perspectivas 2020 este sábado 8 de agosto a las 20hs!

¡Te invitamos a participar del Lanzamiento del Curso Virtual Perspectivas 2020 este sábado 8 de agosto a las 20hs!.  Nuestro invitado especial es Steve Hawthorne quien es editor de Perspectivas y autor de la Guía de Estudio del curso. El lanzamiento se realizará por Zoom (exclusivo para alumnos) pero también será retransmitido a través de de la fanpage en facebook “Perspectivas Argentina” para todo público. ¡No te lo pierdas!

domingo, 2 de agosto de 2020

La alegría del Evangelio

LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO.
El seguimiento de Jesús se ha hecho parecer más a una ceremonia lúgubre que a una fiesta jubilosa. Como si tener fe en él fuera similar a renunciar a la alegría, a sacrificar la existencia (la de uno y la de otros) y a privarse de disfrutar de la dicha de estar vivos. En esta fúnebre versión del cristianismo, la fe tiene rostro de tormentos y amarguras.
Es cierto que Jesús advirtió que los suyos estarían expuestos a pruebas y aflicciones (Jn.16:33). Pero estas serían consecuencia de vivir la fe con radicalidad. Eran la consecuencia, pero no la esencia de la fe. Pues quien abraza el Evangelio puede tropezar con la persecución y el sufrimiento, pero nadie debería abrazarla para ser perseguido y vivir sufriendo.
Jesús, en una de sus prodigiosas parábolas —por cierto, la más breve de todas— enseñó que encontrar el Evangelio era semejante a haberse topado con un tesoro escondido en el campo. Un hallazgo que produce una inmensa alegría. Y por ser un tesoro tan valioso, el agraciado vende todo lo que tiene para comprarlo.
“Dios es alegría infinita”, según Teresa de los Andes (1900-1920). Si, infinita. Es la alegría de quienes saben que con Jesús la vida es más plena. El Evangelio es un tesoro.
“El reino de los cielos puede compararse a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra, lo primero que hace es esconderlo de nuevo; luego, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo. También puede compararse el reino de los cielos a un comerciante que busca perlas finas. Cuando encuentra una de mucho valor, va a vender todo lo que tiene y la compra.” MATEO‬ ‭13:44-46‬ ‭Biblia La Palabra.
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sábado, 1 de agosto de 2020

EL IMPULSO DEL ESPÍRITU

EL IMPULSO DEL ESPÍRITU La comunidad de Jesús vive bajo la inspiración del Espíritu Santo. Este es el secreto de su vida, de su comunión y de su poder. El don del Espíritu es el don de involucrarse en la Misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Somos desafiados a percibir el soplo del Espíritu, ser abiertos y sensibles a su fuerza y vigor. El mensaje del evangelio se extendió por medio de compartir la Palabra de Dios al mismo tiempo que el poder sobrenatural del Espíritu. La conversión requiere una palabra específica pero también un poder que va mucho más allá que la palabra del predicador. Es la práctica de la misión la que abre a las personas a la acción del Espíritu Entre la Palabra y el poder hay una especie de relación: “Aquí las poderosas energías del Espíritu son más importantes que palabra alguna, aun cuando estas energías en tanto que son del Espíritu Santo deben su origen a la Palabra de Dios.” Seguir el impulso del Espíritu Santo es ser obedientes y creativos para una nueva manera de ser iglesia para los demás. "El Espiritu le dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro,... le anunció las buenas nuevas de Jesús" Hch 8:29, 35 "... el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe,... y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos..." Hch 8:39-40 ¿Que implica para nuestras vidas y la vida de la iglesia seguir la inspiración y el impulso del Espíritu Santo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 22 de julio de 2020

Perspectivas del Movimiento Cristiano Mundial

¡Estamos a 3 días del cierre de inscripciones del curso virtual de Perspectivas
¡No te quedés fuera!

¿Cual es tu experiencia con el Espíritu Santo y su dirección?

"El Espíritu Santo dijo: "Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado..." "Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre". Cuando leemos este texto se valora profundamente la experiencia que vivieron aquellos apóstoles y surgen algunas preguntas: ¿Podemos fiarnos de una voz a la cual llamamos el Espíritu Santo? ¿Cómo la descubrimos y escuchamos? ¿Cómo podemos describirla e interpretarla? El texto de Juan nos puede ayudar cuando dice «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu»,Jn. 3:8. Es un Espíritu que según Juan nos enseñara todas las cosas, Jn 14:26. Hay una dimensión sobrenatural que supera nuestra razonabilidad. En un primer acercamiento podemos decir que es algo que "viene de arriba" o "de lo alto" y no corresponde a ninguna construcción humana. El Cristo resucitado se hizo presente en la comunidad primordialmente por medio del Espíritu. El mismo Espíritu, en cuyo poder Jesús se fue a Galilea, también empuja a los discípulos a la misión. A cada paso se ve la misión de la Iglesia inspirada y confirmada por manifestaciones del Espíritu. El evento decisivo, por supuesto, es Pentecostés El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Roland Allen comenta: “No habla de hombres quienes, siendo lo que eran, se esmeraron en obedecer las últimas órdenes de un patrón muy amado, sino de hombres quienes, habiendo recibido un Espíritu, fueron impulsados por tal Espíritu a actuar de acuerdo con ese mismo Espíritu” ¿Cual es tu experiencia con el Espíritu Santo y su dirección? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

domingo, 19 de julio de 2020

LA TERNURA POLÍTICA DEL SEÑOR

LA TERNURA POLÍTICA DEL SEÑOR Una vieja y siempre sugestiva disputa teológica es si la conversión es personal —un asunto entre el individuo y Dios— o un proceso comunitario, grupal o nacional (la conversión de Nínive, por ejemplo). En esta misma cuestión se debate si el pecado es solo individual o puede ser colectivo o estructural. La doctrina cristiana más tradicional opta por la respuesta individual. Quien peca es el individuo y, por lo tanto, es él quien debe convertirse. Sin embargo, aunque esta versión sea la más difundida y popular, no es la única, ni la más bíblica (si a la Biblia vamos). Jesús expresó su lamento sobre una ciudad, Jerusalén, porque actuaba con crueldad e insensibilidad hacia los profetas (Lucas 13:34). Y, contra Corazín, Betsaida, Tiro y Sidón, expresó palabras muy severas por su letargo espiritual. Él, heredero de la tradición profética, conocía, entre otros, el caso de imperios como el asirio, al que Nahúm había denunciado llamándolo “ciudad sanguinaria, que estás llena de mentira y acumulas rapiña” (Nahúm 3:1). La culpa es individual, pero también estructural. Porque ha habido (y hay) naciones, gobiernos e imperios que excluyen, discriminan, asesinan y hacen violencia. Pueblos cuyo “pillaje, no tiene fin” (Nahúm 3:1). Este reproche profético forma parte de la Misión de la Iglesia y es también una forma de ternura, a la que Alejandro Cussianovich y Víctor M. Mendoza (ambos peruanos) llaman la ternura política de Dios. “Los pueblos donde Jesús había hecho la mayor parte de sus milagros no se habían convertido. Entonces se puso a reprochárselo, diciendo: — ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han realizado en medio de ustedes, ya hace mucho tiempo que sus habitantes se habrían convertido, y lo habrían demostrado con luto y ceniza. Por eso, les digo que Tiro y Sidón serán tratadas en el día del juicio con más clemencia que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo serás precipitada! Porque Sodoma no habría sido destruida si en ella se hubieran realizado los milagros que se han realizado en ti. Por eso, les digo que, en el día del juicio, Sodoma será tratada con más clemencia que tú.” ‭‭MATEO‬ ‭11:20-24‬ ‭Biblia La Palabra. Instagram @harold_segura Twitter @haroldsegura Foto de Gilbert Lennox

Curso Perspectivas del Movimiento Cristiano Mundial

viernes, 17 de julio de 2020

MISIÓN SENCILLA, PERO NO INCAUTA

MISIÓN SENCILLA, PERO NO INCAUTA Jesús es un maestro humilde y sencillo, no ingenuo, ni incauto. Al presentarles la Misión a sus discípulos les advirtió acerca de los peligros que enfrentarían. No sería una faena novelesca, ni un atajo adornado con elogios, sin peligro alguno. Siendo que el Evangelio anuncia el reino de la vida (“he venido para que todos tengan vida, y la tengan abundante”), es innegable que deba enfrentar la reacción del antireino de muerte (“el ladrón sólo viene para robar, matar y destruir”, Juan 10:10). Lo insólito de sus advertencias son los enemigos que anotó: gobernadores y reyes (ninguna sorpresa), la gente de la propia familia (estos sí sorprenden) y los jerarcas de las sinagogas (¿la religión entre los enemigos?). ¡Extraños, muy extraños los grupos de adversarios de la fe! ¿Qué hacer, entonces? Actuar con la astucia de las serpientes y la inocencia de las palomas. Siendo conscientes de la realidad del mal y no dejándose atrapar por las apariencias del bien. Porque no todo gobierno es humano, ni toda familia es saludable, ni toda religión es conveniente. “Tengan cuidado con la gente”, fue lo que les dijo. “Miren, los envío como ovejas en medio de lobos. Por eso, sean astutos como serpientes, aunque también inocentes como palomas. Tengan cuidado con la gente, porque los entregarán a las autoridades y los azotarán en sus sinagogas. Por causa de mí los llevarán ante gobernadores y reyes para que den testimonio delante de ellos y de los paganos. Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen de cómo han de hablar o qué han de decir, pues en aquel momento Dios les sugerirá las palabras oportunas. No serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu del Padre hablará por ustedes. Los hermanos entregarán a sus hermanos y harán que los maten. Los padres entregarán a sus hijos, y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán. Todos los odiarán por causa de mí; pero el que se mantenga firme hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, pues les aseguro que el Hijo del hombre vendrá antes que ustedes hayan recorrido todas las ciudades de Israel. MATEO 10:16-23 Biblia La Palabra Instagram harold_segura Twitter haroldsegura

miércoles, 15 de julio de 2020

FINALIDAD Y MODALIDAD

FINALIDAD Y MODALIDAD. Después de haber delineado la Misión, Jesús pasó a explicarles a los suyos de qué manera se llevaría a cabo esa Misión. Primero qué hacer, ahora cómo hacerlo. Porque, era tan importante que ellos supieran cuál era el encargo como que supieran que no se podría desarrollar de cualquier manera. Finalidad y modalidad son complementarios cuando hablamos de fe. Veámoslo en un ejemplo: buscar que el mundo acoja la voluntad de Dios (finalidad) es incompatible con buscarlo por imposiciones jurídicas, manipulaciones politicas o procedimientos mercantilistas (modalidad). Entonces, por eso, Jesús se detuvo para explicarles que su Reino se anuncia, no se impone; se promociona sanando, no enfermando (fe tóxica) y liberando, no oprimiendo. Paso siguiente, enseñó que para cumplir con esos propósitos, sería necesaria la paciencia, la prudencia, la humildad y un franco compromiso con la paz (nada de misiones forzadas por medios violentos, como sucedería después). Sin aliarse a los grandes poderes económicos, ni a engañosos poderes políticos. Así no más, sin oro, plata, ni cobre. Sin querer tener más de lo necesario. Para que la Misión mantenga la frescura del inicio y la generosidad desinteresada de su iniciador. “Vayan y anúncienles que el reino de los cielos está ya cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos, expulsen a los demonios. Pero háganlo todo gratuitamente, puesto que gratis recibieron ustedes el poder. No lleven oro, plata ni cobre en el bolsillo; ni zurrón para el camino, ni dos trajes, ni zapatos, ni bastón, porque el que trabaja tiene derecho a su sustento. Cuando lleguen a algún pueblo o aldea, averigüen qué persona hay allí digna de confianza y quédense en su casa hasta que salgan del lugar. Y cuando entren en la casa, saluden a sus moradores. Si lo merecen, la paz de su saludo quedará con ellos; si no lo merecen, la paz se volverá a ustedes. Y si nadie quiere recibirlos ni escuchar la palabra de ustedes, entonces abandonen aquella casa o aquel pueblo y sacúdanse el polvo pegado a los pies. Les aseguro que, en el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con más clemencia que ese pueblo.” ‭‭MATEO‬ ‭10:7-15‬ ‭Biblia La Palabra. Instagram @harold_segura Twitter @haroldsegura

lunes, 13 de julio de 2020

IGLESIA PARA LOS DEMÁS

IGLESIA PARA LOS DEMÁS. Como bien se dice en teología, no es que la iglesia tenga una misión, sino que es Dios quien la tiene (Missio Dei) y la iglesia es colaboradora (o instrumento) de ella. Por eso, en situaciones de crisis global como la de hoy, las preguntas misioneras son: ¿dónde está actuando Dios en nuestro mundo? ¿qué conmueve su corazón? ¿qué se propone? Y, por ende, de qué manera el Pueblo de Dios debe unirse a ese proyecto compasivo y redentor. Esas preguntas se responden mejor a la luz del testimonio de Jesús, siendo que él es el modelo y Señor de la Misión. ¿De qué manera actuaba Jesús para cumplir con el proyecto del Padre? En el Evangelio de Mateo se describe el ministerio de Jesús destacando estas facetas: la de caminante, maestro, portador de noticias confortadoras y sanador. Así se resume su Misión. Jesús andaba entre el pueblo para darse cuenta de lo que realmente estaba pasando. No le contaban lo que pasaba, porque conocía de primera mano la realidad. Enseñaba y polemizaba en las sinagogas, donde muchas veces, en lugar de instruir en el plan generoso del Padre, destruían con ordenanzas religiosas que hacían más infeliz la vida de la gente. Jesús añadía a su enseñanza oral, la acción vital de sanar las enfermedades y dolencias. Porque, no solo de palabras vive el ser humano. La Misión es de Dios, el modelo es Jesús y la guía viene del Espiritu. Misión trinitaria para un mundo que se pregunta dónde está Dios y para qué sirve la Iglesia. Dietrich Bonhoeffer (1906-1945), el mártir luterano alemán, decía que “La iglesia sólo es iglesia cuando existe para los demás”. “Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas judías. Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias. Y al ver a toda aquella gente, se sentía conmovido porque estaban maltrechos y desalentados, como ovejas sin pastor. Dijo entonces a sus discípulos: — La mies es mucha, pero son pocos los trabajadores. Por eso, pídanle al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies”. MATEO 9:35-37 Biblia La Palabra. Instagram @harold_segura Twitter @haroldsegura

viernes, 10 de julio de 2020

Mientras tanto,..."vivamos con gratitud"

Mientras tanto,..."vivamos con gratitud", Mr 6:41 Nuestra gratitud comienza en dar gracias por lo que ya tenemos. La alimentación de toda una multitud se realizó por medio de un milagro en la multiplicación de cinco panes de cebada y dos pescados, Jn 6:9. Jesús les reveló una estrategia para servir a toda la gente: "Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde". Debemos estar preparados a obedecer antes de ser bendecidos. Dios desea un banquete comunitario de alcance local y global. La mesa o banquete tiene dos lados: el de arriba y el de abajo. A veces la misión la queremos hacer desde arriba, donde hay abundancia y si no hay abundancia nos inclinamos por no hacer nada. Jesús en este caso nos invita a sentarnos en el pasto, en un lugar de igualdad, sin diferencias para compartir el alimento sencillo pero contundente. Compartir todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos. “Jesús tomo los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo", Mr 6:41. ¿Que hizo Jesús con lo que tenía? Dio gracias y “dirige su palabra hacia quien es el verdadero dador". Lo significativo era la gratitud por lo que tenía y la confianza de lo que vendría. Con el agradecimiento comienza el milagro. Esta señal muestra la suficiencia de Jesús en medio de la deficiencia. Lo insuficiente pero consagrado pudo satisfacer la necesidad de la multitud. Jesús es el Pastor prometido que alimenta al Pueblo de Dios y a todos los que vienen a él, Jn 6:32-35. "Comieron todos hasta quedar satisfechos...", Mr 6:42-44. Cuando somos obedientes Dios nos suple y nos cubre. Cuando nuestro corazón está quebrantado por las mismas cosas que Dios se interesa y actuamos en consecuencia, entonces, Dios nos bendice. La lección fue que los que no tenían nada pudieron saciarse y los que tenían algo tuvieron suficiente para saciarse y mucho más. Sobraron 12 canastas. Dios proveyó para ese día, pero también para el siguiente. Suplió en abundancia. Finalmente, “hay que tener cuidado que el dar de comer no se transforme en una mala enseñanza, como ser, la dependencia, el clientelismo, el endiosamiento del proveedor, la idolatría del “hombre”. La compasión de Jesús se revela en su actitud no clientelística de ganar prestigio por los “hechos” sino en enseñar para que la liberación sea completa”. Los milagros apuntan a la persona de Jesús. ¿Que acciones muestran mi gratitud a Dios? ¿A quién señalamos cuando servimos a la gente? ¿Nuestras "etiquetas" denominacionales, tradiciones o estructura son más importantes que el nombre de Jesús? Carlos Scott

jueves, 9 de julio de 2020

Mientras tanto,... "compasión para las ovejas sin pastor"

Mientras tanto,... "compasión para las ovejas sin pastor", Mc. 6:30-44 “Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor”. Jesús tuvo compasión. “Compasivo” viene de la raíz de la palabra “matriz”. Indica que Dios ama con amor maternal. Es cuando sentimos dolor por lo que le pasa a otras personas y actuamos en consecuencia. Dios se acerca a los sufridos y humildes. Jesús nos llama a tener compasión, aunque estemos desanimados, cansados y las circunstancias superen nuestra capacidad de respuesta. El motivo por el cual Jesús tuvo compasión fue “porque eran como ovejas sin pastor”. La clase política y religiosa no miraba por ellos. Herodes daba banquetes a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea, Mc 6:21. Dios nos confronta y desea un banquete comunitario para la gente que no es atendida en sus necesidades. Solemos mirar a otro lado cuando estamos abrumados ante tanta pobreza y desigualdad. Jesús comenzó a enseñarles. Los discípulos pensaban que satisfecha la necesidad espiritual otros podrían suplir la necesidad material. Generalmente hay algo que hacemos cuando vemos la necesidad del mundo. Por un lado, decimos alguien lo hará. Algún otro va a realizar la otra parte. Jesús nos dice: “Denles ustedes mismos de comer” y nos quiere llevar por otro camino. ¿Qué entendemos cuando se nos llama a tener compasión y parecernos a Jesús? ¿Por qué las ovejas estaban sin pastor? ¿Qué hizo Jesús? ¿Qué es lo que podemos hacer nosotros? Carlos Scott

miércoles, 8 de julio de 2020

Mientras tanto,... Vayan a ver

Mientras tanto,... Vayan a ver. ¿Qué es esto para tanta gente?, Jn 6:1-15, Mr 6:38 Las preguntas difíciles suelen surgir cuando enfrentamos situaciones complejas y a todos nos vienen problemas. Cuando las circunstancias superan nuestra capacidad de respuesta necesitamos enfocarnos en los recursos ilimitados de Dios y mirar a un Dios grande que puede encargarse de las matemáticas. Jesús desafía nuestro sentido estadístico, de presupuesto y planeamiento y nos suele confrontar para hacernos crecer. Él conoce nuestro problema y ante las dificultades debemos recordar quién es Jesús, tranquilizarnos y confiar en su poder. Jesús nos dice que Él ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia, Jn 10:10. Él es el buen pastor y el buen pastor da su vida por las ovejas, Jn 10:11. Jesús es la puerta a la cual podemos llamar y entrar para movernos con entera libertad y hallar pastos, Jn 10:9. Jesús nos ofrece el pan de vida, Jn 32-35. La gente puede encontrar en Jesús a su pastor y guía que nos prepara la mesa del pan y la palabra. Jesús es el pastor prometido que alimenta al pueblo de Dios. Nos encontramos con una pastoral de vida en medio de la muerte. Jesús nos da una respuesta y nos dice: "Vayan a ver". ¿Qué tienes en tu inventario?. Lo importante no es lo que no tenemos sino qué hacemos con lo que ya tenemos. Dios usa cosas pequeñas para bendecir a muchos. Lo poco es mucho cuando se lo damos a Jesús. Esto implica ser generosos, renunciar al egoísmo y dar con alegría. Con Dios nada es imposible, Lc 1:37 ¿Cuales son los obstáculos que enfrentamos? ¿Cómo podemos superarlos? ¿Cuál puede ser nuestra oración en el día de hoy? Carlos Scott

martes, 7 de julio de 2020

Mientras tanto,... “Denles ustedes mismos de comer”

Mientras tanto,... “Denles ustedes mismos de comer”, Mc 6:37 Los discípulos objetaron: “¡Eso costaría casi un año de trabajo! ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?”. Jesús definió a la multitud como "ovejas sin pastor" y refleja una imagen del Antiguo Testamento: “No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida, no van por la descarriada; ni buscan la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia. Por eso las ovejas se han dispersado: por ¡falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes. Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas”, Ez 34:4-6. Lo primero que hace Jesús es suplir la necesidad espiritual pero no se queda ahí. “Sanó a los que estaban enfermos”, Mt.14:14. Hay distintas perspectivas en el evangelio que forman una sola pieza: Enseñó y sanó. Luego Jesús nos dice: “Denles ustedes mismos de comer”. Los discípulos objetaron con fuerza su autoridad. Hacer un compromiso con el Maestro incluye, no solo su vida sino también, la de los bienes, Lc 8:3. El mercado competitivo nos dice que cada uno debe buscar su manera de solucionar sus necesidades. Hay muchas características individualistas y egoístas. Jesús nos dice que la provisión del Reino viene por medio de la solidaridad, compartiendo los recursos humanos y materiales. Las personas suelen verse amenazadas cuando sale a la luz lo que no están haciendo. Jesús en cierta manera por medio de su acción estaba denunciando el pecado de las autoridades, de aquellos pastores que eran los gobernantes, los líderes sociales, religiosos y políticos que debían atenderlos y vivir un estilo de vida sencillo. La lucha contra el verdadero poder comienza cuando tocamos realidades que son transformadas. Es ahí donde comienza la lucha de poder contra poder. El poder del amor en vez del amor al poder debe ayudarnos a producir cambios a nivel estructural. ¿Cuál es tu perspectiva del evangelio? Carlos Scott - Foto de Gilbert Lennox -

sábado, 27 de junio de 2020

RECOSTADO SOBRE SU PECHO

RECOSTADO SOBRE SU PECHO. Hay otro discípulo, también llamado “el discípulo amado” que se menciona varias veces en el cuarto Evangelio: Juan 18:15-16; 20:3-4; 19:25-27; 20:2-21 y otros más. A diferencia de Pedro, a quien se le asignan tareas pastorales asociadas a la jerarquía de la primitiva comunidad cristiana, a este “otro discípulo” solo se le entrega afecto: era el que “Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho” (Juan 21:20). Lo mas probable, tal como señalan los especialistas, es que el escritor (escritores) del Evangelio quiera cerrar su texto insistiendo en otra manera de ser comunidad de fe: no basada en estructuras institucionales, sino solo en el amor (X.Léon-Dufour). Sea como sea, en nuestras comunidades de fe lo que debe primar es la autoridad del afecto, del servicio, la amistad y el cuidado tierno, antes que la autoridad de los rangos jerárquicos y del poder institucional, muchas veces necesarios, pero no esenciales para la experiencia del amor. “Pedro se volvió y vio que detrás de ellos venía el discípulo a quien Jesús tanto quería, el mismo que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que va a traicionarte?”. Al verlo, Pedro preguntó a Jesús: — Señor, y este, ¿qué suerte correrá? Jesús le contestó: — Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.” ‭‭JUAN‬ ‭21:20-22‬ ‭ Twitter @haroldsegura Instagram @harold_segura Harold Segura

viernes, 26 de junio de 2020

SIN SER LO QUE ÉL ESPERA, NOS HA ENCARGADO LO QUE ÉL MÁS QUIERE


IN SER LO QUE ÉL ESPERA, NOS HA ENCARGADO LO QUE ÉL MÁS QUIERE. En el ultimo capitulo del Evangelio de Juan y un poco antes del epílogo se nos presenta el diálogo entre Jesús y Pedro. Dos veces el Maestro le pregunta si lo ama. Pero Pedro responde diciendo que lo quiere (y querer es diferente a amar). Entonces Jesús, sabio y paciente como siempre, cambia su pregunta y, la tercera vez, le dice: ¿me quieres? Y Pedro, viéndose descubriendo su corazón responde: “Señor, tú lo sabes todo”. Esta sutiliza en el cambio de los verbos infortunadamente no la registran todas las versiones de la Biblia. Hay versiones que traducen las tres veces con la palabra amor. Pero no, Jesus pregunta por el amor y Pedro responder con un “te quiero”. Pieza magistral del Evangelio registrada solo por Juan para mostrarnos la enorme distancia entre lo que Jesus espera y lo que nosotros damos. También para mostrarnos —y esto es lo mejor—- que aun cuando damos mucho menos de lo que Él espera, no por eso deja de confiar en nosotros y encargarnos las tareas más nobles y sublimes a favor de los demás: apacentar sus ovejas, cuidar a la gente, preocuparnos y servir a los demás. Sin ser lo que Él espera de nosotros, insiste en encargarnos lo que Él más quiere. Es la muestra de su gracia (solo dependemos de ella) que nos cura y nos alienta. “Terminada la comida, Jesús preguntó a Pedro: — Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Pedro le contestó: — Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: — Apacienta mis corderos. Jesús volvió a preguntarle: — Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro respondió: — Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: — Cuida de mis ovejas. Por tercera vez le preguntó Jesús: — Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si lo quería, y contestó: — Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Entonces Jesús le dijo: — Apacienta mis ovejas.” JUAN‬ ‭21:15-17‬ ‭BHTI‬‬ Twitter @haroldsegura Instagram @harold_segura Harold Segura Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 24 de junio de 2020

Mientras tanto,... “hagan lo que él les ordene”, Jn 2:1-12

Mientras tanto,... “hagan lo que él les ordene”, Jn 2:1-12 Juan en el capítulo dos de su evangelio nos habla de una fiesta, una boda; en una aldea llamada Caná de Galilea. Las bodas eran importantes y podían durar hasta una semana. La vida por lo general estaba marcada por la pobreza y el trabajo duro. Esa semana sería era algo especial para todos. Jesús, sus discípulos y la madre de Jesús se encontraban allí. Jesús afirma la importancia de compartir la alegría y felicidad. Dios quiere que celebremos la vida. Nos quiere colocar un “traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento”, Is 61:3 Nos encontramos en una casa humilde. Es la periferia y no hay tantos recursos económicos. La familia debía ofrecer un banquete de acuerdo a las normas sociales. No había gran variedad de bebidas y por lo general se tomaba agua o vino. En un determinado momento la fiesta se quedó sin vino. María se angustió, se acercó a Jesús y le compartió la dificultad. Tuvo compasión. No tener vino en una fiesta de boda implicaría vergüenza y humillación. Sin vino, decían los rabinos, no hay fiesta. Cuando nuestras vidas pierden sabor y no hay ganas de celebrar la vida debemos recordar las palabras de María a los sirvientes: “Hagan lo que él les ordene”. María tenía confianza en su hijo y siempre tenemos que estar listos para hacer lo que Jesús quiere que hagamos. Jesús transformó el agua en el mejor vino y lo mejor apareció al final. Lo mejor está por venir y cada día con Jesús es mejor que el anterior, una gracia nueva, algo nuevo por entender y descubrir. Invite a Cristo, obedezca a Cristo, disfrute a Cristo. La gracia abunda y sobreabunda para todos, Ro.5:20. Cuando nuestras propias vidas son insípidas y se pierde el sabor para celebrar es cuando necesitamos un milagro del Señor. Sin Jesús la vida parece pesada y vacia, pero con Jesús la vida se convierte en algo ágil, dinámico, emocionante. No debemos renunciar a celebrar la vida. Cuando Jesús entra en la vida de una persona es como convertir el agua en vino. Jesús es la alegría de la humanidad. ¿Qué implica “hacer lo que él nos dice” y "celebrar la vida"? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

viernes, 19 de junio de 2020

Mientras tanto,... comunión. cooperación y responsabilidad mutua

Mientras tanto,... comunión. cooperación y responsabilidad mutua. “El hecho que podamos decidir juntos hacer misión, será una señal de la derrota de Satanás, evidencia de la unidad y de la cooperación global. El hecho de que lo hagamos juntos con nuestras diferencias de culturas, de riqueza, de trasfondo; requerirá la ayuda del Espíritu Santo y una disponibilidad de sacrificar lo nuestro para el bien de su misión. Somos de diferentes países desafiados a ser ciudadanos del cielo, Fil 3.20; se nos recuerda que tenemos un futuro en común y una misma identidad”. Esta identidad en común se debe manifestar por medio de la comunión, amor, aceptación, perdón, la interdependencia y rendirnos cuenta los unos a los otros. «Tenemos que confesar que la pérdida de la unidad eclesial no es sólo una molestia sino un pecado. La unidad no es una opción superflua. Es, en Cristo, ya un hecho, algo dado. Al mismo tiempo es un mandamiento: «¡Sean uno!» Estamos llamados a ser uno como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno y nunca debemos cansarnos de esforzarnos hasta el día cuando los cristianos en todo lugar puedan juntarse para compartir el solo Pan y la sola Copa» La presente condición del mundo está marcada por el sufrimiento, Ro 8.18-22. Nosotros estamos siendo llamados a participar de sus padecimientos (Fil 1.29, Fil 3.10, Col. 1.24, 1 P 4.13, 16), a favor de su cuerpo, que es la iglesia, llegando a ser semejante a él en su muerte. «Hermanos, no piensen que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús», Fil 3.13-14. Que toda la iglesia en unidad, comunión y solidaridad lleve todo el evangelio a todo el mundo hasta que el Señor vuelva. ¿Qué implica la interdependencia? ¿Cómo definimos la palabra “nosotros”? ¿Quiénes son “nosotros” y qué alcance tiene esta palabra? ¿Cómo hacemos lugar para los demás? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

jueves, 18 de junio de 2020

Mientras tanto,... llamados a servirnos unos a otros

Mientras tanto,... llamados a servirnos unos a otros Somos llamados a servirnos unos a otros por la pasión que tenemos por el evangelio. Nos necesitamos, 1 Co 12.21-22. Somos miembros los unos de los otros. Nadie le puede decir al otro: «no te necesito», 2 Co 10.12, 17-18. Nuestro problema, muchas veces, está en pensar que no necesitamos de nadie y que no hace falta compartir con otros. Esto es pecado y debemos arrepentirnos. Para que exista la cooperación, comunión y solidaridad se necesita haber cumplido con un nivel de confianza que es muy difícil de edificar cuando alguien se muestra autosuficiente. La belleza de la encarnación es que Jesucristo siendo por naturaleza Dios se «rebajó» voluntariamente para estar entre nosotros. Debemos tener unanimidad con los planes del Padre, Lc 6.27-31. Esta unanimidad con Él nos habla de un mismo sentir y parecer, Fil 2.1-11. Nos habla de perdonarnos, de humillarnos, de entender y comprender nuestras diferentes culturas y ayudarnos mutuamente. No hay nadie superior, ni nadie inferior. Significa también que debemos construir mejor nuestro puente de comunicación. Como siervos, nuestra presencia, nuestro compromiso, nuestra flexibilidad y cooperación son indispensables. Junto a esto, debemos enriquecer el diálogo entre todo el cuerpo de Cristo: la iglesia global. No hay Norte o Sur, Este u Oeste, lo que hay es «un solo cuerpo». Cuando servimos en medio de la cooperación, comunión y solidaridad podemos decir como el apóstol dijo de Epafrodito: «mi hermano, colaborador y compañero de lucha» «Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado», Fil 2.25 y 4.18. Se nos invita a tomar una decisión, creer, a no dudar y tomarnos de la mano de Dios. Dejemos que sea Dios quien dirija nuestra danza. Será necesario aprender los pasos, escuchar la música del Espíritu y ser un acontecimiento de gracia al desplegarse su vida en nosotros. ¿Cómo definimos “vaciarnos de nosotros mismos”? ¿Qué implica ser una comunidad abierta, de invitación y amor? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox



miércoles, 17 de junio de 2020

Mientras tanto,... ampliamos los espacios

Mientras tanto,... ampliamos los espacios Las tres personas de la trinidad son eternamente activas donde el Padre siempre trabaja y Él también trabaja, Jn 5:17. No hay cansancio ni tampoco interrupción en las relaciones que unen a las tres Personas. Implica movernos a la entrega y el intercambio mutuo sea por obras específicas, la oración y relación espiritual. Moverse significa también hacer espacio para que los demás puedan desarrollarse y realizar la misión sin obstáculo, ni estorbo. Hay que saber ceder el lugar a quienes lo van aprovechar mejor y ampliarlo para que quepan otros. Nadie y ningún grupo pueden quedar excluido de la comunión. Todos deben ser integrados cuanto antes, unir fuerzas y con energía enfrentar el mal y combatir los ataques dirigidos contra la unidad, motivadas por la soberbia, egoísmo y la codicia. Dejar lugar a los demás, actitud fundamental de humildad, supone al mismo tiempo respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter. Cada cual debe promover la libertad y la autonomía de los demás y tratarlos con el máximo amor en el respeto de las diferencias. Respetar las diferencias está lejos del deseo de centralizar, de uniformizar los pensamientos y costumbres, sino por el contrario es dar la oportunidad de apreciar las riquezas que ofrecen los otros y de gozarlas Del trabajo realizado entre todos a partir de las diferencias, resultará una complementariedad armoniosa y recíproca vivida por el amor. Esta relación de unos con otros, exige un diálogo continuo marcado por el respeto dentro de una intercomunión creciente. En esta fe trinitaria tenemos la ayuda del Espíritu Santo hacia una progresiva compenetración de unos con otros, conservando la identidad, creciendo en santidad, sirviendo a los demás con los dones que Dios nos dio y recibiendo lo que otros hacen por nosotros. No hay erosión ni confusión de personalidades donde cada uno crece conforme a lo que es y de acuerdo a su vocación. Habrá intimidad, libertad, alteridad y amor. Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios. La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

martes, 16 de junio de 2020

Mientras tanto,... la solidaridad

Mientras tanto,... la solidaridad La Trinidad aparece como prototipo de sociedad perfecta y de esa forma ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida. Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor. No es solo un camino de una persona a otra, sino también encuentro de amor unos con otros, que se dan mutuamente y comparten la vida. El hombre es imagen de Dios y como tal, está llamado a expresar esta relación unos con otros, dando lugar a los demás con humildad y respetando las diferencias. Es un llamado a la humanidad para recorrer este camino. La unión perfecta que se llama unidad se expresa por el amor donde cada persona es libre y misteriosamente autónoma dentro de una asociación íntima y una comunión activa. Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra en proceso circular. Es un camino como un baile incesante, en el cual cada persona se dirige sin cesar a la otra en donación total. El itinerario de Dios es proceso culminado. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida. Como el ser humano es hecho a la imagen de Dios, Gn 1:26, la humanidad está marcada por esta característica divina, la pericóresis. Somos llamados a seguir esta vocación en caminar, participar y construir una comunión a pesar que el pecado obstaculiza esta unión y que no será perfecta antes del final de los tiempos. Nos toca vivir en función de la misión de Dios, contribuir constantemente a la realización de la unidad que Jesús pide en una de sus más profundas oraciones. Jn 17:21. La meta es clara y la asistencia del Espíritu Santo está asegurada, Jn 14:26, 15:26, 16:7-8,13,15. La mejor forma de trabajar en esta realización es imitando con la ayuda de la gracia divina lo que viven las tres personas de la trinidad. ¿Cómo podemos construir mejor el puente misionero de cooperación, comunión y solidaridad en nuestra propia nación y con la iglesia global? ¿Nos ayudaremos mutuamente siendo de diferentes latitudes y culturas? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

lunes, 15 de junio de 2020

Mientras tanto,... la misión en unidad

Mientras tanto,... la misión en unidad Tenemos como Iglesia local y global un desafío: trabajar en unidad, comunión y solidaridad porque Cristo es la verdadera señal de unidad y desde su principio, el Señor nos ha desafiado al trabajo en equipo. José Miguez Bonino nos habla que «la misión puede ser el principio material de nuestra unidad». La cooperación en la tarea práctica de la misión es el primer paso hacia una unidad más profunda. La unidad ha sido lograda por medio de Jesucristo. La oración de Jesús fue oída por el Padre, así que, en Cristo y en la perspectiva de Dios, ya somos uno. El cuerpo de Cristo desde su perspectiva es indivisible. Jurgen Moltmann comenta que nuestro pasado puede ser denominacional, pero nuestro futuro es ecuménico. Nuestro gran desafío es cómo convivir en la diversidad. Ser una comunidad trinitaria implica que hay diversidad sin uniformidad, diferencia sin división y distinción sin individualismo. La comunidad de la iglesia debe ser como una danza de vida y amor. Debemos dejar la división, pero no la diferencia; dejar la uniformidad, pero no la diversidad; dejar el individualismo, pero no la distinción y personalidad. La comunidad implica danzar alrededor, danzar en torno e intercambiar lugares. Es cuando estamos compenetrados con el otro respetando su personalidad. Hacer espacio para otros, vaciarnos de nosotros mismos y ser humildes. Respetar, dar dignidad y tener una relación cara a cara. El sentido de cooperación, solidaridad y unidad que se basa en el Dios trinitario implica el auto vaciamiento, dando lugar unos a otros. Es un sacrificio, 2 Co 8:2. “Cada vez que sentimos que la vida es demasiado complicada o demasiado fracturada - muchas piezas para resolver, demasiada diversidad, demasiadas diferencias- entonces la Trinidad, el Dios que es uno y que es tres, nos recuerda que construyó la unidad y la diversidad en el propio diseño de la vida. Podemos confiar en la unidad, y debemos saborear la diversidad. Esa es nuestra única esperanza de llevarnos bien en nuestras comunidades. Él es un Dios de paz y no un Dios en pedazos. ¿Qué significa proveer espacio para los demás? ¿Cómo hacemos lugar para los demás?¿Qué implica la interdependencia? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

domingo, 14 de junio de 2020

Mientras tanto,... una fe trinitaria, Jn 17:20-22

Mientras tanto,... una fe trinitaria, Jn 17:20-22 Tenemos una fe trinitaria que es una fe relacional. Dios en tres personas, pero siempre uno. Su oración es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21. Como comunidad trinitaria somos desafiados a vivir compenetrados unos con otros. Para describir la trinidad algunos usan la palabra perijóresis o perichóresis que fue tomado o fijado por primera vez en la iglesia antigua por los Padres Capadocios. Se trata de un término griego que está construido por dos palabras: una es peri (alrededor) y la otra choreo (danzar). Es bailar juntos danzando en círculo o alrededor. Significa “intercambiar lugares”, “danzar en torno”. Una danza de vida y amor. Cada persona de la trinidad provee espacio para las otros dos. Esta fabricación de espacio está asociada con el vaciamiento de uno mismo, Fil 2:6. Hay comunión y comunicación total, donde cada persona existe solamente en la medida que camina y avanza hacia la otra, ocupando su lugar y habitando en ella. La trinidad es una danza divina de tres personas que se aman unas a las otras y se reciben plenamente, en donde cada una de ellas se vuelve “una” con las otras. La permanencia y la morada de una de las tres Personas en la otra significa que son inseparables, que no han de separarse. Hay una compenetración. Cada persona está en el otro y viceversa, sin mezcla, fusión o confusión. Se mantiene la personalidad, sin caer en el individualismo. Hay unidad con distinción, distinción sin mezcla, y unidad sin separación. Esta fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse realizándose en las otras. El texto de Juan 17 presenta el modelo de la unidad sobre la base del amor trinitario. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente, donde sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. ¿Cómo podemos bailar juntos, alrededor, en la danza de la vida y el amor? ¿Cómo aprendemos los pasos de esta danza? Carlos Scott

jueves, 11 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... les enseñare todas las cosas, Jn 14:26

Después de Pentecostés,... les enseñare todas las cosas, Jn 14:26 Nos preguntamos cómo iglesia: ¿Cuáles serán los nuevos desafíos que tendremos en los próximos años? La iglesia de Antioquía jugó un papel importantísimo en la vida de la iglesia universal y nos muestra un ministerio compartido y no individual. Había cinco líderes destacados que trabajaban como un equipo. Formaban un liderazgo espiritual con diferentes trasfondos. Era un liderazgo internacional e intercultural. Encarnaban un compañerismo que servía de modelo a la congregación. Eran siervos líderes y celebraban juntos el culto al Señor. Somos llamados a vivir una fe trinitaria, una fe relacional; una vida de relación con Dios y con nuestro prójimo. Si queremos que la gente venga al conocimiento de Jesucristo, la iglesia en nuestros días debe avanzar en la unidad, el amor y el servicio. “Escuchar la palabra de Dios y escucharnos los unos a los otros van juntos; sólo podemos tener lo primero si estamos igualmente preparados para tener lo segundo” . En la iglesia de Antioquia había disposición para escuchar y separar para la obra del ministerio los siervos que el Espíritu Santo indicaba. Pero, ¿Cómo escucharon la voz del Espíritu Santo? Se nos dice que había entre ellos profetas y maestros. Diferentes énfasis teológicos. Quizás un profeta o varios de ellos en combinación con los maestros trajo el sentir del Espíritu de Dios y el Espíritu Santo puso convicción en el corazón de ellos o bien escucharon de otra forma su voz. El Espíritu Santo les manifestó su propósito. Les enseño los primeros pasos, pero no les revelo todo el plan. Debían avanzar por fe y depender del espíritu de Dios. La clave era reconocer el trabajo que el Señor dispone sin entenderlo todo. “Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y allí navegaron a Chipre”, Hch 13:4. La guía del Espíritu se manifestaría por el discernimiento, la sabiduría espiritual y las circunstancias o acontecimientos. La vida espiritual es el reflejo de aquella vida que está en comunión con Dios. Esto permite encontrar las oportunidades o puertas que Dios abre o cierra ante nosotros. La vida guiada bajo la influencia del Espíritu Santo busca las puertas abiertas y oportunidades que Dios está presentando ante nosotros, 2 Co 2:12. Es el Espíritu Santo que abre puertas y buscar lo que el Espíritu Santo manifiesta es encontrarnos con el propósito de Dios, Ap. 3:8. El Espíritu Santo nos da oportunidades, pero también puede cerrar puertas. Le prohibió al equipo apostólico predicar la palabra en la provincia de Asia, Hch 16:6-10. Luego, cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Fue recién cuando bajaron a Troas durante una noche que Pablo tuvo una visión donde se le indicaba que debían comenzar la misión en Europa. Después que Pablo tuvo la visión llegaron a la conclusión y convencimiento que Dios les había llamado a anunciar el evangelio a los macedonios. “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor” Pr 16:9. ¿Cómo solemos escuchar la voz del Espíritu Santo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 10 de junio de 2020

“Después de Pentecostés,... testigos"

“Después de Pentecostés,... testigos" Se nos llama a ser testigos, pero ¿testigos de qué...?. Lamentablemente a veces somos testigos de una determinada "etiqueta", nombre o denominación, tradiciones, programas, sistemas o modelos. El testimonio para el cual los discípulos reciben poder es el anuncio concreto de lo que Dios ha hecho en la vida, muerte y resurrección de Jesús. En los escritos de Lucas el Espíritu de misión es a la vez el Espíritu de poder. El Espíritu infunde valentía a los antes tímidos discípulos. Por medio del Espíritu, Dios está en el control de la misión. Norberto Saracco comparte que «la misión que tenemos es ser testigos. Esto no es solo hablar acerca de..., sino vivir de acuerdo a... Debemos profundizar el discipulado de tal manera de encarnar aquello de lo cual queremos dar testimonio. El mayor escándalo de la iglesia es la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Debemos llegar al punto en que la gente simplemente diga: “yo quiero vivir como ustedes”. Sabemos que solos no podemos. Por eso en la promesa del Espíritu Santo se nos asegura que nos daría poder para ser testigos. Poder para el servicio y poder para una vida ejemplar» . Ser testigos no es ser jueces. Hay mucho juicio entre los "santos". La evidencia de que seguimos a Jesucristo es que amamos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. "Cuando todo ha fracasado el amor vence". Los testigos establecen el valor de seguir a Cristo. Somos testigos desde Jerusalén hasta el fin del mundo. “No deberíamos detenernos hasta que ambos extremos hayan sido alcanzados”. Todo el período entre Pentecostés y la segunda venida del Señor se ha de llenar con la misión global de la iglesia en el poder del Espíritu. ¿Qué implica ser testigos? ¿Testigos de qué...? Carlos Scott

martes, 9 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... el Reino de Dios

Después de Pentecostés,... el Reino de Dios. “Después de padecer la muerte, se les presento dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios…" Con la venida de Jesús, el Reino se ha inaugurado. “Más que un mandato misionero lo que vemos en los escritos de Lucas es lo que el Espíritu realiza. Es un Espíritu misionero”. “El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu." La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio Reino, Hch 1:6. El Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua, todas las personas, todas las naciones. Los apóstoles mantenían aspiraciones estrechas, nacionalistas. Estaban preocupados por su propio Israel, nación, etnia e independencia. La respuesta de Jesús fue ampliar su horizonte, Hch 1:8. El tema clave es que el Reino de Dios no tolera ningún nacionalismo estrecho. Mientras que ellos le preguntan por la restauración de Israel, Jesús, les responde hablándoles de una misión hasta lo último de la tierra. Lo que debían saber es que habrían de recibir poder de manera que entre la venida del Espíritu y la segunda venida del Hijo habrían de ser sus testigos en círculos cada vez más amplios. Una iglesia llena del Espíritu de Dios entiende que el evangelio es Universal. Es para todos sin excepción, Hch 10:34. Es una iglesia que tiene un amor amplio: Toda lengua, toda cultura, toda etnia está en el corazón de Dios. Es una iglesia que está ampliando las fronteras del Reino de Dios. ¿Cuál es tu horizonte? Carlos Scott
                                                         Foto de Gilbert Lennox