miércoles, 17 de junio de 2020

Mientras tanto,... ampliamos los espacios

Mientras tanto,... ampliamos los espacios Las tres personas de la trinidad son eternamente activas donde el Padre siempre trabaja y Él también trabaja, Jn 5:17. No hay cansancio ni tampoco interrupción en las relaciones que unen a las tres Personas. Implica movernos a la entrega y el intercambio mutuo sea por obras específicas, la oración y relación espiritual. Moverse significa también hacer espacio para que los demás puedan desarrollarse y realizar la misión sin obstáculo, ni estorbo. Hay que saber ceder el lugar a quienes lo van aprovechar mejor y ampliarlo para que quepan otros. Nadie y ningún grupo pueden quedar excluido de la comunión. Todos deben ser integrados cuanto antes, unir fuerzas y con energía enfrentar el mal y combatir los ataques dirigidos contra la unidad, motivadas por la soberbia, egoísmo y la codicia. Dejar lugar a los demás, actitud fundamental de humildad, supone al mismo tiempo respetar la identidad y la dignidad de cada uno, sin tentativa de dominio y deseo de subyugar o someter. Cada cual debe promover la libertad y la autonomía de los demás y tratarlos con el máximo amor en el respeto de las diferencias. Respetar las diferencias está lejos del deseo de centralizar, de uniformizar los pensamientos y costumbres, sino por el contrario es dar la oportunidad de apreciar las riquezas que ofrecen los otros y de gozarlas Del trabajo realizado entre todos a partir de las diferencias, resultará una complementariedad armoniosa y recíproca vivida por el amor. Esta relación de unos con otros, exige un diálogo continuo marcado por el respeto dentro de una intercomunión creciente. En esta fe trinitaria tenemos la ayuda del Espíritu Santo hacia una progresiva compenetración de unos con otros, conservando la identidad, creciendo en santidad, sirviendo a los demás con los dones que Dios nos dio y recibiendo lo que otros hacen por nosotros. No hay erosión ni confusión de personalidades donde cada uno crece conforme a lo que es y de acuerdo a su vocación. Habrá intimidad, libertad, alteridad y amor. Trabajar por la verdad, la justicia y la paz serán valores claves para la realización de una humanidad que sea imagen de Dios. La pregunta que nos hacemos es ¿Cómo bailamos juntos y damos espacio unos a otros para que exista unidad sin uniformidad, diferencia sin división, personalidad o distinción sin individualismo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

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