martes, 16 de junio de 2020

Mientras tanto,... la solidaridad

Mientras tanto,... la solidaridad La Trinidad aparece como prototipo de sociedad perfecta y de esa forma ofrece un modelo de comunión social para el mundo, es decir, para los hombres y mujeres, los mayores y los niños, todos en el gran baile de la Vida. Somos llamados a crear una sociedad que responda a esta danza dadora de vida y generadora de amor. No es solo un camino de una persona a otra, sino también encuentro de amor unos con otros, que se dan mutuamente y comparten la vida. El hombre es imagen de Dios y como tal, está llamado a expresar esta relación unos con otros, dando lugar a los demás con humildad y respetando las diferencias. Es un llamado a la humanidad para recorrer este camino. La unión perfecta que se llama unidad se expresa por el amor donde cada persona es libre y misteriosamente autónoma dentro de una asociación íntima y una comunión activa. Cada persona existe en la medida que “camina” hacia la otra en proceso circular. Es un camino como un baile incesante, en el cual cada persona se dirige sin cesar a la otra en donación total. El itinerario de Dios es proceso culminado. Esta es la voluntad de Dios también en que cada persona de la humanidad complete el itinerario caminando unos hacia los otros. Esto nos lleva a valorar la comunión humana hallando un camino de entrega mutua, que culmina como encuentro de amor y vida compartida. Como el ser humano es hecho a la imagen de Dios, Gn 1:26, la humanidad está marcada por esta característica divina, la pericóresis. Somos llamados a seguir esta vocación en caminar, participar y construir una comunión a pesar que el pecado obstaculiza esta unión y que no será perfecta antes del final de los tiempos. Nos toca vivir en función de la misión de Dios, contribuir constantemente a la realización de la unidad que Jesús pide en una de sus más profundas oraciones. Jn 17:21. La meta es clara y la asistencia del Espíritu Santo está asegurada, Jn 14:26, 15:26, 16:7-8,13,15. La mejor forma de trabajar en esta realización es imitando con la ayuda de la gracia divina lo que viven las tres personas de la trinidad. ¿Cómo podemos construir mejor el puente misionero de cooperación, comunión y solidaridad en nuestra propia nación y con la iglesia global? ¿Nos ayudaremos mutuamente siendo de diferentes latitudes y culturas? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

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