viernes, 10 de julio de 2020

Mientras tanto,..."vivamos con gratitud"

Mientras tanto,..."vivamos con gratitud", Mr 6:41 Nuestra gratitud comienza en dar gracias por lo que ya tenemos. La alimentación de toda una multitud se realizó por medio de un milagro en la multiplicación de cinco panes de cebada y dos pescados, Jn 6:9. Jesús les reveló una estrategia para servir a toda la gente: "Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde". Debemos estar preparados a obedecer antes de ser bendecidos. Dios desea un banquete comunitario de alcance local y global. La mesa o banquete tiene dos lados: el de arriba y el de abajo. A veces la misión la queremos hacer desde arriba, donde hay abundancia y si no hay abundancia nos inclinamos por no hacer nada. Jesús en este caso nos invita a sentarnos en el pasto, en un lugar de igualdad, sin diferencias para compartir el alimento sencillo pero contundente. Compartir todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos. “Jesús tomo los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo", Mr 6:41. ¿Que hizo Jesús con lo que tenía? Dio gracias y “dirige su palabra hacia quien es el verdadero dador". Lo significativo era la gratitud por lo que tenía y la confianza de lo que vendría. Con el agradecimiento comienza el milagro. Esta señal muestra la suficiencia de Jesús en medio de la deficiencia. Lo insuficiente pero consagrado pudo satisfacer la necesidad de la multitud. Jesús es el Pastor prometido que alimenta al Pueblo de Dios y a todos los que vienen a él, Jn 6:32-35. "Comieron todos hasta quedar satisfechos...", Mr 6:42-44. Cuando somos obedientes Dios nos suple y nos cubre. Cuando nuestro corazón está quebrantado por las mismas cosas que Dios se interesa y actuamos en consecuencia, entonces, Dios nos bendice. La lección fue que los que no tenían nada pudieron saciarse y los que tenían algo tuvieron suficiente para saciarse y mucho más. Sobraron 12 canastas. Dios proveyó para ese día, pero también para el siguiente. Suplió en abundancia. Finalmente, “hay que tener cuidado que el dar de comer no se transforme en una mala enseñanza, como ser, la dependencia, el clientelismo, el endiosamiento del proveedor, la idolatría del “hombre”. La compasión de Jesús se revela en su actitud no clientelística de ganar prestigio por los “hechos” sino en enseñar para que la liberación sea completa”. Los milagros apuntan a la persona de Jesús. ¿Que acciones muestran mi gratitud a Dios? ¿A quién señalamos cuando servimos a la gente? ¿Nuestras "etiquetas" denominacionales, tradiciones o estructura son más importantes que el nombre de Jesús? Carlos Scott

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