Capacitar y soltar
“Pablo siguió su viaje y llegó a los pueblos de Derbe y de Listra. Allí vivía un joven llamado Timoteo, que era seguidor de Jesús. La madre de Timoteo era una judía cristiana, y su padre era griego. Los miembros de la iglesia en Listra y en Iconio hablaban muy bien de Timoteo. Por eso Pablo quiso que Timoteo lo acompañara en su viaje”, Hch 16:1-3Pablo y Timoteo se conocieron en una circunstancia misionera. Timoteo era de la ciudad de Listra donde vivía su madre Eunice y su abuela Loida. Timoteo era joven y sin experiencia, pero parece que Pablo pudo ver en el un gran potencial. Pablo supo incorporar en su equipo a creyentes de diferentes lugares, trasfondos culturales y experiencias de conversión distintas, Hch 20:4, Ro 16:3-15, 1 Co 16:10-19, Fil 2:19-30, 4:2-3. Somos llamados a ir y hacer discípulos, formar liderazgos de relevo, brindar oportunidades, animar, acompañar y finalmente liberar o soltar a la gente a la tarea que Dios les indique. No estamos destinados a retener la autoridad y ejercer un control nocivo. Cuando nos enfocamos en “la misión de Dios” el Señor nos lleva a pensar con mayor amplitud. Que lo importante sea el nombre de nuestro Señor y no el nuestro.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox