sábado, 16 de septiembre de 2023

Misericordia divina

 ¿Inclusivos o exclusivos?

“Todos escucharon en silencio mientras Bernabé y Pablo les contaron de las señales milagrosas y maravillas que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles”, Hch 15:12

“Cuando Pablo y Bernabé estaban en Antioquía de Siria, llegaron unos hombres de Judea y comenzaron a enseñarles a los creyentes: «A menos que se circunciden como exige la ley de Moisés, no podrán ser salvos». Pablo y Bernabé no estaban de acuerdo con ellos y discutieron con vehemencia. Finalmente, la iglesia decidió enviar a Pablo y a Bernabé a Jerusalén, junto con algunos creyentes del lugar, para que hablaran con los apóstoles y con los ancianos sobre esta cuestión”, Hch 15:1-2. Los apóstoles advierten que lo que está en juego no es principalmente su forma de hacer misión sino el evangelio mismo. Podemos suponer que tanto unos como otros, perseveraban en la doctrina, en la comunión, en las oraciones y que estos fariseos o religiosos formaban parte de la iglesia, por lo tanto: ¿Por qué es que Bernabé y Pablo pueden ver lo que Dios está haciendo entre los no alcanzados, mostrarse abiertos, y algunos religiosos no? ¿Dónde está la diferencia? La iglesia de Antioquía junto a sus líderes se ha unido a la misión de Dios en el mundo y se lanzaron a la labor misionera. El Espíritu estaba activo en Jerusalén, sí; pero donde el Espíritu estaba haciendo cosas nuevas y abriendo caminos era en otras partes. Somos desafiados una vez más a seguir el impulso del Espíritu aceptando nuevos desafíos. Se nos llama a participar de la obra del Espíritu, ser flexibles, creativos y no centrarnos en el mantenimiento de las estructuras, tradiciones, reglamentos. La periferia tiene un sabor especial para Dios cuando nos dice: “Vayan a Galilea y ahí me verán”. Dios nos espera en otra parte, con otro público y desde esos lugares manifiesta su poder haciendo cosas nuevas. Hay un tiempo nuevo, un vino nuevo y Dios nos llama donde no reina la fe, pero les alcanza la misericordia divina. Hoy necesitamos la voz de los incontables Bernabé y Pablo que están experimentando la aventura de la fe que los lleva más allá.

Carlos Scott

Foto G. Lennox

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