Lo bueno visto como malo
“Pero los dueños de la muchacha, al ver que se les había acabado la oportunidad de ganar más dinero, llevaron a Pablo y a Silas ante las autoridades, en la plaza principal. Allí les dijeron a los jueces: «Estos judíos están causando problemas en nuestra ciudad. Enseñan costumbres que nosotros, los romanos, no podemos aceptar ni seguir.» También la gente comenzó a atacar a Pablo y a Silas. Los jueces ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan en la espalda. Después de golpearlos bastante, los soldados los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara muy bien. El carcelero los puso en la parte más escondida de la prisión, y les sujetó los pies con unas piezas de madera grandes y pesadas, Hch 16:19-24La liberación de una muchacha poseída por un espíritu de adivinación provocó un motín en la ciudad y termino con la prisión de Pablo y Silas. Ellos fueron azotados y recluidos en la cárcel pública. La proclamación pública del evangelio con palabra y las señales visibles del poder de Dios produjo transformaciones sociales que evidenciaron las maneras en que explotaban a la gente indefensa. El bien que ellos hicieron no les trajo gratitud sino azotes y cárcel. Cuando nos oponemos al pecado, nos podemos oponer a los intereses de alguien. En este caso el dinero mandaba y todo a costa de la explotación humana de esta muchacha. La iglesia no puede ser fiel sin enfrentar lo que está mal. Sin ser controversiales o no enfrentar lo que daña al prójimo y a la sociedad es cuando perdemos la esencia, el rumbo y el significado del evangelio. No se trata de buscar conflictos, pero si se trata de que nuestra obediencia y fidelidad al evangelio nos puede originar problemas. La misión siempre se trata de “traer el cielo a la tierra”. ¡Venga tu Reino!
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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