jueves, 16 de diciembre de 2021

ESTRELLA

"Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría." — Mateo 2.9-10


La estrella de Belén, una señal en el cielo percibida por los sabios, puede que haya sido un acontecimiento milagroso que acompañó la entrada sobrenatural del Salvador en el mundo. O puede que haya sido un fenómeno astronómico natural que Dios usó como señal. De cualquier modo, los cielos hablaban de una forma singular sobre un hecho particular que transformaría el mundo. ¿Tendría que ser algo que nos sorprendiera?

Pero notemos que solo los observadores reconocieron la señal y en este caso eran extranjeros. Dios llevó forasteros a Belén con una palabra que había colocado en el cielo. No tengas dudas de que Él le está hablando al «extranjero» y que aquellos que lo buscan, lo encontrarán. La Navidad es tanto para los creyentes como para quienes aún no han venido a la fe. En aquellos días fue una señal celestial que atrajo la atención de forasteros. Hoy en día hay muchas señales de que Jesús ha realizado algo singular en el mundo, hechos que se levantan y señalan hacia Su carácter santo.

Oración para este día:
Señor, gracias por poner indicativos claros en este mundo y en nuestra vida de modo que podamos saber que eres real y conocer cuál es tu propósito. Que esta Navidad sea una nueva señal para mí.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

miércoles, 15 de diciembre de 2021

BELÉN

 Belén era como cualquier otro pueblo en las colinas de Judea. Y aun así fue el lugar de nacimiento del rey más grande de Israel, David. Y mil años después, del Mesías. ¿Cómo llegó tal honor a lo común y corriente? ¿La gente de este pueblo era particularmente digna? ¿Había alguna ventaja estratégica en su ubicación geográfica? ¿Los habitantes de Belén eran políticamente expertos, con una larga tradición de haber generado grandes líderes? Para nada. La pequeña aldea de Belén se asentaba a la sombra de la gran Jerusalén, situada solo a diez kilómetros al norte. Aun el significado de Belén, «casa del pan», no es nada especial.


Pero cientos de años antes del nacimiento de Jesús, el profeta Miqueas predijo el destino de ese lugar pequeño y nada especial: «Pero de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos inmemoriales» (Miq. 5.2). Los aldeanos de Belén estaban ciertamente orgullosos de que los llamaran el «Pueblo de David» y ser el hogar de la famosa abuela del rey David, Rut. Estaban orgullosos también de que su tierra fuera donde yacía la tumba de Raquel, la amada esposa de Jacob. Pero seguramente se preguntaban qué significaba la profecía de Miqueas en realidad. ¿Cuándo vendría otro profeta como Samuel y ungiría a un nuevo rey, así como había efectuado con el muchacho David?

Sin embargo, no ocurrió de esta forma. En un día común y corriente, mientras los hombres ejercían sus oficios, las mujeres cocían el pan y los niños jugaban en las calles, una pareja de viajeros de Nazaret arribó en busca de un cuarto. No recibieron ningún trato especial. Nadie les ofreció un cuarto. La gente común y corriente mostraba una respuesta común ante una pareja de apariencia común.

El honor viene de lo común y corriente por decisión de Dios, sea que Él escoja usar una aldea, una nación o incluso simplemente un hombre, una mujer, un muchacho o una muchacha. Así que, si este día pareciera ser algo común y corriente para ti, prepárate. Es el escenario donde se realizan las obras de Dios.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad

martes, 14 de diciembre de 2021

REINO

 "Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y él reinará sobre la casa de Jacob para siempre; Su reino nunca terminará". - Lucas 1: 32-33


La Navidad representa un comienzo que solo tiene sentido si comprendemos el final. El comienzo es un niño, un nacimiento humilde en un establo terrenal. Pero el final ... El final es una explosión de gloria divina lo suficientemente brillante como para que la vea todo el mundo, como el nacimiento de una nueva estrella. El fin es un reino. Jesús vino a establecer el reino de Dios, a abrir los ojos de la gente al poder de Dios, a convertirlo en la realidad central de sus vidas. "Su reino nunca terminará". Contrasta esto con el rey Herodes, quien buscó proteger su reino tratando de eliminar a cualquier rival potencial para su trono. Lo que Herodes no entendió fue que al matar a todos los bebés varones en Belén, no estaba protegiendo su reino, sino mostrando su debilidad y temor.

El reino de Cristo es diferente; no acabará nunca. No hay rival para su autoridad, aunque los incrédulos siempre abundarán. No hay nadie sentado a la diestra de Dios, excepto Cristo. Ninguna otra autoridad estuvo presente cuando se creó la tierra, y ninguna otra estará allí cuando llegue el juicio final.

La Navidad es una celebración de la venida de un reino. Poderoso. Que cambia la vida. Nunca pienses que la Navidad es una manera de envolver a Dios en un paquete, hacer una reverencia y mantener todo bajo control.

La primera navidad fue la llegada de un rey. Los sabios del este lo sabían, así que vinieron a presentar regalos. El rey Herodes lo sabía, y por eso ordenó que mataran a todos los niños en Belén. Es la batalla de Belén, el comienzo de una guerra en la que el Rey de Reyes tiene la intención de recuperar el territorio que le perteneció todo el tiempo, y de llevar a personas como nosotros a un nuevo reino benévolo.

Oración para hoy: Querido Dios, ayúdame a vivir estos días sabiendo que estás reinando en este mundo quebrantado. Tu eres el Rey. Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

lunes, 13 de diciembre de 2021

CONSEJERO

 "Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz." — Isaías 9.6


Cientos de años antes, otros nombres se habían anunciado para «El Ungido». Entre ellos, Isaías habló de uno que sería llamado Consejero Admirable. ¿Qué significaba ser «consejero» en tiempos bíblicos? Era uno de los roles que asumía un rey u otro oficial de alto rango, y su tarea era ser sabio y juicioso frente a la mayoría de las preguntas difíciles, las negociaciones más complejas y los problemas más insolubles. El consejo del rey era supremo, pero no era infalible. Todos sabemos que hay consejo bueno y consejo carente de valor.

Aquel nacido de una virgen sería llamado Consejero Admirable. Esto es algo diferente. La palabra hebrea para admirable significa algo fuera de lo común, claramente distinto, más allá de la explicación humana. Jesús nos da una visión clara para que nuestra vida siga el buen consejo. Nos instruyó con palabras de sabiduría. Nos dio ejemplo de cómo es llevar una vida consagrada al Padre. ¿Cuán a menudo seguimos su consejo? ¿Cómo podríamos vivir más conscientemente a la luz del ejemplo que nos dejó?

Oración para este día:
Señor, necesito tu consejo en cada aspecto de mi vida. Al pensar sobre mi familia, amigos, trabajo y decisiones, sé que necesito ser sabio. Por eso, ayúdame a escucharte en esta Navidad como el Único que es Consejero Admirable.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad

domingo, 12 de diciembre de 2021

PADRE ETERNO

 “— …y se llamará su nombre… Padre eterno…. ¡— Isaías 9.6 ¡Qué conjunto destacable de nombres en Isaías 9:6! Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.


Isaías también habló de un gobernante a quien su pueblo miraría en términos mucho más personales: «Padre». Su reinado sería «eterno». Duradero, imparable, sin nadie que pudiera desafiarlo, teniendo las cualidades del Cielo. Un regente eterno tendría que ser un rey divino.

Quien reina como padre es una clase diferente de rey. Un rey (o, para el caso, un primer ministro, un presidente, etc.) no tiene que tratar a la gente como si fuera su padre. Puede ejercer el poder sencillamente porque lo tiene. Pero un gobernante que se preocupa por aquellos en su reino, que quiere realmente proteger y proveer para todos un tipo de amor familiar es tanto un padre como un rey.

Cientos de años antes de Su nacimiento, Jesús fue llamado «Padre eterno» porque Su reinado consistiría en proteger y proveer; un rey, sí, pero uno paternal. Y no deberíamos olvidar que la relación de Jesús con Dios el Padre fue tan estrecha que Jesús podía decir: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn. 14.9). Nada puede compararse a la realidad que Jesucristo se ha vuelto (para el mundo) el Protector poderoso y el Proveedor perfecto, un Rey cuya autoridad es tan justa y buena que nunca terminará.

Nacido como niño, destinado a dar cuidado paternal, por siempre y siempre jamás. En esto, los hijos de Dios ponemos nuestra fe y esperanza.

Oración para este día:
Señor, ayúdame a reconocer y sujetarme por completo a tu autoridad como Rey en mi vida, y luego permite que conozca tu protección y provisión que van más allá de lo que cualquier padre terrenal podría ofrecer.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

sábado, 11 de diciembre de 2021

GOBIERNO

"Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros... Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre." — Isaías 9:6-7


Dios sabe que necesitamos gobierno. Esa es la razón por la que Él mismo se denomina Rey, Pastor, Maestro, Señor y Padre. Y cuando Jesús nació en Belén, el mundo ganó a su gobernante más grande. ¿Alguna vez pensaste en un gobernante en particular y te preguntaste cómo puede sobrellevar el peso de la responsabilidad? Sin embargo, el gobierno real, la autoridad para modelar la vida, en última instancia yace solo en los hombros de Cristo: «La soberanía reposará sobre sus hombros».

Hay un tiempo futuro en el que Jesús reinará como gobernante indiscutido. Desde aquella noche en Belén, el mundo ha cambiado. No es que la maldad haya desaparecido, pero su contra parte (el poder de Cristo) ha resultado triunfante en una vida tras otra. Lo vemos en la persona que tiene victoria sobre una adicción, en alguien que se levanta por la justicia, en las relaciones reconciliadas, en la gente cuyo carácter se modela por el carácter de Cristo.

En esta Navidad podemos agradecerle a Dios que no nos dejó solos en nuestro estado caótico. Un pastor–rey se levantó en la línea sucesoria davídica no para ser como los demás reyes sino para gobernar nuestra vida, al cambiar nuestros corazones, vivificar nuestras conciencias y cambiar nuestro mundo (Salmo 2). Él es el Rey y todo pueblo le adorara.

Oración para este día:
Señor, confieso que hay mucho en mí que no quiere ser gobernado. Ayúdame a tener alegría en el hecho de que tu gobierno nunca terminará y, debido a eso, la paz se incrementará.

Alegría de Navidad - Mel Lawrenz 

Foto de Gilbert Lennox Photography

viernes, 10 de diciembre de 2021

¡Hemos contemplado su gloria!

 “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad” Jn 1:14. “Que vean mi gloria, la gloria que me has dado…” Jn 17:20-24 ¿Qué gloria le dio el Padre a Jesucristo? ¿Qué tipo de gloria quiere que veamos y contemplemos? ¿En qué consiste la verdadera gloria?


La gloria que Dios le otorga a Jesucristo tiene una relación directa con la encarnación. Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo y Juan nos dice que hemos contemplado su gloria. Es una manifestación de servicio y entrega. Se identificó con los temas y problemas de la gente. Su modelo implica sacrificarse por los demás y buscar su bienestar. La encarnación es el modelo para la misión de la Iglesia (Jn 20:21). Somos desafiados a buscar una gloria diferente. Es la gloria de aprender a lavarnos los pies unos con otros (Jn 13:12-17). Es la gloria del amor. “Que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” Jn 13:35-35.

Es la gloria de servir a todos, ser pequeños y humildes. En Jesucristo tenemos el modelo del amor, servicio, perdón y reconciliación. “Porque ni aún el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” Mr. 10:45

Que sepamos ver su gloria caracterizada por la relación entre Padre, Hijo y Espíritu Santo desde antes de la creación y durante toda la vida de Jesús. El desea que su pueblo sea lleno de su vida y amor. La gloria que busca Dios está íntimamente ligada con la evangelización, la misión y unidad de la Iglesia. Dios «no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» 2 P 3:9

«Hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar» y «Cada persona tiene derecho a oír las Buenas Nuevas». “Sean Uno, así como nosotros somos uno” Jn 17:22

Carlos Scott

jueves, 9 de diciembre de 2021

¡La luz resplandece! Jn 1:5

 El capítulo primero de Juan está lleno de sorpresas y la más grande de todas es que Dios entró en la historia humana. La escritura nos dice que Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo (Jn 1:14). “Dios se ha metido donde estamos nosotros y nos entiende desde adentro”


Juan nos dice que “en él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad” (Jn 1:4). Jesucristo no solo nos da la vida sino también la luz que nos guía en esta vida. Es una luz que resplandece en las tinieblas y las tinieblas no pueden extinguirla (Jn 1:5). Es un mensaje de esperanza en medio del dolor y el quebranto.

Vivimos tiempos en que muchas veces nos sentimos amedrentados por las circunstancias que nos toca vivir, por un contexto errático, con pérdida de valores y falta de reconocimiento a Dios. La impresión es que muchas veces la última palabra la tiene el sistema o poder imperante, los medios de comunicación, el mercado, la pauta cultural, gobiernos, políticos, periodistas o jueces.

Juan escribe a personas afligidas por las tinieblas. Les da ánimo con su anuncio. ¡La luz resplandece! y quiere animar a los que sufren para que sigan adelante. Es una luz que puede guiarnos en medio de las tinieblas de nuestros conflictos, de los grandes problemas y circunstancias adversas.

Junto con la visión de la majestad de Jesucristo (Jn 1:1-3) nos encontramos con esta buena nueva que la luz triunfa sobre la oscuridad y no puede ser vencida. Esta luz verdadera ha venido a este mundo para alumbrar a todo ser humano (Jn 1:9). La luz vence y nos da valor para continuar.

La verdad prevalecerá sobre la mentira, la justicia sobre la injusticia, el amor sobre el odio. ¡No te rindas jamás! No te dejes vencer por lo malo. No te inclines a la oscuridad, a las reglas del sistema o el mercado a costa de darle la espalda a Dios. Una vez más Jesús nos dice: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Jn 8:12

Carlos Scott

miércoles, 8 de diciembre de 2021

 EL PRINCIPIO DE TODAS LAS COSAS

Cómo anhelamos conocer el principio de todas las cosas. Las palabras inaugurales del Evangelio de Juan ubican al Hijo de Dios justo allí, al principio: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios» (Jn. 1.1). A diferencia de cualquier otro nacimiento, el de Jesús no fue el principio de una nueva vida. Estaba en El Principio y «Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado» (1 Jn. 1.2).


Es una vida real. «Esta vida se manifestó». Fue oída, vista, sentida. Belén no fue el principio de la vida de Cristo y esa es la razón por la que Su vida puede cambiar la nuestra. Jesús dijo: «…antes de que Abraham naciera, ¡yo soy!» (Jn. 8.58). «Yo soy»: siempre fui, ahora soy y siempre seré. Esa es la razón por la que Jesús puede conectarnos con nuestro propósito original.

En Belén, se abrió un nuevo canal de comunicación: Dios «nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó heredero de todo, y por medio de Él hizo el universo. El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que Él es, y el que sostiene todas las cosas con Su palabra poderosa» (Heb. 1.2-3). Por lo tanto, Navidad trata acerca del buen comienzo y retomar todo lo que se suponía que fuera la vida humana: una auténtica relación con Dios, verdadera sabiduría, genuino carácter, real virtud. Se propone restaurar la imagen de Dios en nuestra humanidad.

Oración para este día:
Señor, reconozco que tú eres el único que puede comenzar algo nuevo en mi vida. Gracias por la manifestación de Jesús, la Vida. Ayúdame a ser un verdadero discípulo.

Mel Lawrenz - Alegría de Navidad –

martes, 7 de diciembre de 2021

¡Emanuel!, “Dios con nosotros”.

Mateo al comenzar el evangelio indica que la presencia de Jesús es prometida para el pueblo de Dios: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamaran Emanuel» (Que significa «Dios con nosotros») Mt. 1:23 y las últimas palabras de este mismo evangelio dice: «Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo» Mt. 28:20b. En el final de su evangelio su presencia es prometida para todos los discípulos donde estos se encuentren.


Mateo toma la expresión “con ustedes” y “hasta el fin del mundo” de la palabra Emanuel que es “Dios con nosotros” citado en Is 7:14 y Mt 1:23. La permanencia de Jesús está relacionada con el compromiso de sus seguidores con la misión.

En el proceso de hacer discípulos Jesús permanece con todos aquellos que se comprometen a estar en su seguimiento. “En el Antiguo Testamento la presencia del Señor se enfatiza especialmente cuando la misión es peligrosa (Jos. 1:5, Is 43:1-13)”

Algunos pueden preguntar ¿Por qué involucrarnos en la misión de Dios cuando hay peligros? La respuesta es que nos involucramos en la misión porque Jesús está con nosotros. Dependemos de la palabra sencilla de Jesús, no de algo espectacular o determinadas seguridades. Es precisamente aquí donde debemos volver a confiar en la palabra sencilla de Jesús y toda la escritura.

La última palabra la tiene nuestro Dios. Es el principio y es el final, es la primera y última palabra para la humanidad. «Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra» (Mt. 28:18). Su autoridad no solamente la tiene sobre la tierra sino también sobre el cielo. Su autoridad es de extensión universal. Por lo tanto, “Si Jesús, en realidad, es Señor de todo, esta realidad tiene que ser proclamada”.

Jesús nos dijo: “Por tanto vayan y hagan discípulos” (Mt 28:19). El hecho que Jesucristo es el Señor y Rey de todo implica una misión global. Su reinado y victoria es final. Se cumple o se cumple, no hay medias tintas o marcha atrás. “Su reinado no tendrá fin” Lc 1:33.

Celebremos su nacimiento no solamente para mirar, ni aun para admirar, sino para compartir su Misión.

Carlos Scott

lunes, 6 de diciembre de 2021

NO TE RINDAS JAMAS

 NO TE RINDAS. UNA LUZ HA AMANECIDO

La gente que camina en la oscuridad ha visto una gran luz; una luz ha amanecido en aquellos que viven en la tierra de las tinieblas. (Isaías 9: 2 CSB). La Biblia describe honesta y francamente nuestro mundo como un lugar de oscuridad. Un lugar lleno de maldad y sufrimiento: violencia, pobreza, injusticia, enfermedad y dolor inimaginable.

A lo largo de nuestras vidas experimentamos esta oscuridad de varias maneras. Cuando decepcionamos a alguien, o lastimamos a personas cercanas a nosotros ... cuando guardamos secretos y escondemos partes vergonzosas de nosotros mismos ... convertimos la oscuridad en nuestro hogar. Cuando alguien nos lastima, nos avergüenza o nos viola ... nuestro mundo se vuelve más oscuro debido a la vergüenza que sentimos. Cuando estamos deprimidos, solos o asustados, la oscuridad puede ser abrumadora. Cuando vemos los sufrimientos y las atrocidades en nuestras ciudades y en todo el mundo, nuestros corazones se rompen y el alcance de la oscuridad crece. La oscuridad es real y está creciendo, y nadie sabe exactamente cómo solucionarlo.

Dietrich Bonhoeffer, en su libro de Navidad, “Dios está en el pesebre”, escribe: "Una celda de prisión, en la que uno espera, espera" y es completamente dependiente del hecho de que la puerta de la libertad debe abrirse desde el exterior, no es una mala foto de Navidad". Mientras Bonhoeffer se sentaba en su celda en la Alemania nazi, esperando, orando para que alguien viniera a rescatarlo, se dio cuenta de que, al igual que estar en prisión, la única esperanza para la condición humana es que alguien del exterior venga para ayudar. La puerta de la libertad, la luz que necesitamos, debe venir de afuera de la oscuridad.

Y es por eso por lo que celebramos la Navidad, porque mientras estamos atrapados en una prisión de oscuridad, una Luz ha venido para liberarnos. No te rindas por el momento. No pierdas la esperanza. Una luz ha amanecido. Su nombre es Jesús.

Nate Edmondson

Manos a las piedras

  Recurrente "En nuestra ley, Moisés manda que a esta clase de mujeres las matemos a pedradas.", Jn 8:5 Lamentablemente los que su...