"Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de alegría." — Mateo 2.9-10
La estrella de Belén, una señal en el cielo percibida por los sabios, puede que haya sido un acontecimiento milagroso que acompañó la entrada sobrenatural del Salvador en el mundo. O puede que haya sido un fenómeno astronómico natural que Dios usó como señal. De cualquier modo, los cielos hablaban de una forma singular sobre un hecho particular que transformaría el mundo. ¿Tendría que ser algo que nos sorprendiera?
Pero notemos que solo los observadores reconocieron la señal y en este caso eran extranjeros. Dios llevó forasteros a Belén con una palabra que había colocado en el cielo. No tengas dudas de que Él le está hablando al «extranjero» y que aquellos que lo buscan, lo encontrarán. La Navidad es tanto para los creyentes como para quienes aún no han venido a la fe. En aquellos días fue una señal celestial que atrajo la atención de forasteros. Hoy en día hay muchas señales de que Jesús ha realizado algo singular en el mundo, hechos que se levantan y señalan hacia Su carácter santo.
Oración para este día:
Señor, gracias por poner indicativos claros en este mundo y en nuestra vida de modo que podamos saber que eres real y conocer cuál es tu propósito. Que esta Navidad sea una nueva señal para mí.
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