Un amor que no elige a quien amar
Jesús lavó los pies de Judas.
Jesús sabía quién era Judas (Jn. 2:25, 6:64,70). ¿Qué haríamos si alguno de nosotros tuviese en su grupo a una persona como Judas? Quizás por mucho menos que una traición no tendríamos a personas que no estén de acuerdo con nosotros.
Judas había oído el mensaje de Jesús pero eso no lo transformó. Es muy interesante cuando Pablo les habla a los Corintios sobre la locura de la cruz (1 Co. 1:23, 25). Exponerse y quedar vulnerable ante el enemigo es realmente una locura. Sin embargo Jesus lavó los pies de Judas.
Responder cabalmente al ejemplo de Jesús en lavar los pies de todos implica abandonar el derecho de elegir a quien quiero servir.
Dios es amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario