jueves, 17 de agosto de 2023

De lo alto

 Sin construcción humana

 "El Espíritu Santo dijo: "Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado..." "Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre", Hch 13:1-4

Cuando leemos este texto se valora profundamente la experiencia que vivieron aquellos apóstoles y surgen algunas preguntas: ¿Podemos fiarnos de una voz a la cual llamamos el Espíritu Santo? ¿Cómo la descubrimos y escuchamos? ¿Cómo podemos describirla e interpretarla? El texto de Juan nos puede ayudar cuando dice «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; más ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu», Jn. 3:8. Es un Espíritu que según Juan nos enseñara todas las cosas, Jn 14:26. Hay una dimensión sobrenatural que supera nuestra razonabilidad. En un primer acercamiento podemos decir que es algo que "viene de arriba" o "de lo alto" y no corresponde a ninguna construcción humana. El Cristo resucitado se hizo presente en la comunidad primordialmente por medio del Espíritu. El mismo Espíritu, en cuyo poder Jesús se fue a Galilea, también empuja a los discípulos a la misión. A cada paso se ve la misión de la Iglesia que es inspirada y confirmada por las manifestaciones del Espíritu. El evento decisivo, por supuesto, es Pentecostés. El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Roland Allen comenta: “No habla de hombres quienes, siendo lo que eran, se esmeraron en obedecer las últimas órdenes de un patrón muy amado, sino de hombres quienes, habiendo recibido un Espíritu, fueron impulsados por tal Espíritu a actuar de acuerdo con ese mismo Espíritu”

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

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