“Contigo en lo menos y contigo en lo más”
“Mientras Pedro estaba en la cárcel, los miembros de la iglesia oraban a Dios por él en todo momento. Una noche, Pedro estaba durmiendo en medio de dos soldados y atado con dos cadenas. Afuera, los demás soldados seguían vigilando la entrada de la cárcel. Era un día antes de que Herodes Agripa presentara a Pedro ante el pueblo”, Hch 12:5-6Cuando Herodes Agripa mando apresar a Pedro tomo todas las precauciones para que luego no escapara de la cárcel. Había grupos de cuatro soldados haciendo guardia por tres horas cada uno. Herodes asigna cuatro de esas cuadrillas a la tarea de custodiar a Pedro. Además, para mayor seguridad, lo atan con dos cadenas, entre dos soldados. La costumbre ante un preso peligroso era encadenarlo a un soldado y en el caso de Pedro, redoblan la seguridad y le atan cada mano a un soldado mientras otros guardias custodiaban la puerta (Hch 12:6-11). Frente a todas estas precauciones hay otro poder: La iglesia o comunidad de fe ora sin cesar, “hacía ferviente oración a Dios por él”. Mientras que Herodes planeaba acusar a Pedro delante del pueblo judío y ordenar que lo mataran es interesante observar que Pedro está durmiendo. ¿Cuál es el poder que nos lleva a tener confianza en estas circunstancias? Simplemente es ponernos en las manos de Dios. Amado Nervo escribió: “Pastor te bendigo por lo que me das, si nada me das, también te bendigo. Te sigo riendo, si entre rosas vas, si vas entre cardos y zarzas te sigo. Contigo en lo menos. Contigo en lo más”. “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo”, Fil 4:6-7
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
No hay comentarios:
Publicar un comentario