"Volvamos a Casa"
"Sed pues misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. Sean compasivos como vuestro Padre es compasivo” (Lucas 6:36).
La parábola del Padre amante nos enseña que Dios busca a las personas y quiere encontrarlas, Lc 15:1-32. “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidare! Grabada te llevo en las palmas de mi mano” (Isaías 49:15-16).
Dios es amor. Los judíos y religiosos de aquel momento no podían concebir a un Dios que saliera en busca de los pecadores. Dios es un Dios que no se esconde.
Esta parábola es la historia del amor que siempre estuvo antes de cualquier rechazo y que sigue presente después de los rechazos. Es el amor que siempre da la bienvenida y lo quiere celebrar.
Esta parábola es una invitación para amar como Dios ama, tener compasión, aceptación y perdón para dárselos a los demás. Este amor y perdón es para los que un día abandonaron la casa o bien están adentro, pero con un corazón lejos del latir y sentir de Dios.
En la tierra tenemos padres y madres que son imperfectos y nosotros también lo somos. Pero cuando miramos el amor de Dios que no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento podemos decir que hay esperanza aquí y por la eternidad.
Carlos Scott
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