GRACIA
"Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama" (Hebreos 4:16)
¡Qué bueno poder acercarnos a Jesús sabiendo que es empático! ¡Qué bien saber que ante Él nos podemos sentir confiados, es decir, seguros! Pero, una vez ante su presencia, ¿Qué podemos esperar?
El anónimo autor del libro de Hebreos nos lo dice con claridad, con Jesús nos vemos sorprendidos, no sólo por una gran empatía, sino también por una escandalosa gracia. Habitualmente, en la Biblia, el trono está vinculado con la justicia de Dios. El Señor, sentado en su trono, imparte juicio y justicia, dando a cada uno según su merecido.
El trono que es mencionado en Hebreos es diferente, se trata de un trono de gracia; se trata de un trono donde no somos juzgados, sino somos tratados con aceptación, amor, misericordia. Donde no recibimos el trato que merecemos, sino aquel que necesitamos. Donde, en definitiva, somos recibidos debido a lo que somos, sino a pesar de ello.
Cuando uno se acerca a Jesús sólo recibe gracia ¿Qué te impide acercarte a Él?
Felix Ortiz Fernández
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