¿Alguna vez pasaste por situaciones amargas?
Cuando los israelitas tuvieron su liberación cantaron: ¡El Señor reina por siempre y para siempre!, Ex 15:18. Tiempo después internados en el desierto no hallaron agua. Lo que encontraron fue una fuente de agua amarga y no pudieron apagar su sed allí, Ex 15:22-23
El desierto es el lugar donde la sed y el agua representan un seguro de vida. Hay momentos donde la sed se deja sentir. En la búsqueda de un pozo de agua sería fatal buscar algo que no puede apagar nuestra sed. El profeta Jeremías nos dice: ”Ustedes, pueblo mío, cometieron dos pecados: me abandonaron a mí, que soy para ustedes una fuente de agua que les da vida, y se hicieron sus propios estanques, que no retienen el agua. Yo era su guía, pero ustedes me rechazaron”, Jer 2:13
Hay pozos de agua que a pesar de las apariencias no retienen agua, sino la malgastan, la derraman. Nuestro instinto nos puede engañar cuando nos metemos en el primer charco que encontramos. Hay fuentes de aguas que están corrompidas, estancadas, cuyo fondo es cenagoso. Este tipo de agua te da la muerte más que la vida.
No te detengas en lugares equivocados o no te engañes pensando que las cosas equivocadas pueden darte la alegría y felicidad que estás buscando. Esas cosas son como el lecho de un río que se transformó en árido y reseco.
No dejemos arrastrarnos y seducirnos por lo pasajero, ceder a la fascinación de las tonterías, a los halagos de la vanidad. Solo Jesús puede llenar el corazón.
Alessandro Pronzato nos comenta: "Hasta que en nuestra vida, no pongamos a Dios en el primer puesto, un puesto único, exclusivo, absoluto, no habrá nada que pueda satisfacernos de verdad."
Nuestra sed puede ser saciada solo en la única y verdadera fuente y su nombre es Jesús, Jn 4:13-14
Para Pensar: ¿A qué fuente de agua viva te estás acercando cuando necesitas respuestas a tu necesidad emocional, física y espiritual? ¿Es una cisterna segura o no retiene el agua?
Carlos Scott
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