lunes, 7 de agosto de 2023

Generosidad

Una iglesia generosa

“En ese tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Agabo, recibió la ayuda del Espíritu Santo y anunció que mucha gente en el mundo no tendría nada para comer. Y esto ocurrió, en verdad, cuando el emperador Claudio gobernaba en Roma. Los seguidores de Jesús en Antioquía se pusieron de acuerdo para ayudar a los cristianos en la región de Judea, y cada uno dio todo lo que pudo dar”, Hch 11:27-30

La iglesia en Antioquía se caracterizó por ser generosa. Lucas nos relata que en el reinado de Claudio mucha gente en el mundo no tuvo nada para comer. La historia registra cinco periodos distintos de hambre durante su reinado. Fue un periodo de malas cosechas y de hambruna. Los cristianos de Antioquía se pusieron de acuerdo para ayudar a sus hermanos en la región de Judea y recogieron una ofrenda que enviaron por medio de Bernabé y Saulo. Los cristianos de Antioquía no fueron creyentes pasivos sino fueron conscientes de su propia responsabilidad misionera siendo activos en la fe y práctica. No se trata de comunidades pobres o ricas, sino de la visión que se tiene de la iglesia y su misión. Antioquía se enfocó en el Dios de la misión y asumió su propia responsabilidad misionera. Todo es de Dios y nos enfocamos en sus recursos, su fortaleza, provisión y poder. Somos llamados a confiar en el Dios de la misión. Esto nos da esperanza, humildad y descanso. Lo importante no es lo que “no tenemos”, sino que hacemos con lo que “ya tenemos”. “Acuérdense de esto: «El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe mucho.» Cada uno debe dar según crea que deba hacerlo. No tenemos que dar con tristeza ni por obligación. ¡Dios ama al que da con alegría! Dios puede darles muchas cosas, a fin de que tengan todo lo necesario, y aun les sobre. Así podrán hacer algo en favor de otros. Como dice la Biblia, refiriéndose al que es generoso: «Siempre que ayuda a los pobres, lo hace con generosidad; y en todo sale triunfante», 2 Co 9:6-15

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 6 de agosto de 2023

Alcanzar a otros

 Influencia espiritual

“Los de la iglesia de Jerusalén supieron lo que estaba pasando en Antioquía, y enseguida mandaron para allá a Bernabé. Bernabé era un hombre bueno, que tenía el poder del Espíritu Santo y confiaba solamente en el Señor. Cuando Bernabé llegó y vio que Dios había bendecido a toda esa gente, se alegró mucho y los animó para que siguieran siendo fieles y obedientes al Señor. Y fueron muchos los que escucharon a Bernabé y obedecieron el mensaje de Dios. De allí, Bernabé se fue a la ciudad de Tarso, para buscar a Saulo. Cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía... y enseñaron a muchas personas”, Hch 11:22-26

Bernabé, a quien la iglesia de Jerusalén envió a Antioquia se lo describe como un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Los apóstoles lo llamaban «hijo de ánimo» y era muy generoso, Hch 4:36-37. Cuando Saulo tuvo su encuentro con el Señor fue Bernabé quien lo recibió en Jerusalén y le presento a otros creyentes, Hch 9:27. Bernabé era una persona que animaba a otros y entendía que el principal protagonista de toda historia era el Señor. Sirvió con humildad considerando a los demás y buscando su participación. Enseñaba y guiaba a otros para que sean fieles al Señor. Llevo a Saulo a Antioquia y luego hicieron juntos su primer viaje misionero. Fue clave en las deliberaciones del Concilio de Jerusalén en el que se discutió sobre la inclusión de los no judíos en la comunidad eclesial cristiana, Hch 15:2,12,22,25. Nos preguntamos: ¿Cómo puede cambiar una persona, la familia, la sociedad, una nación? ¿Como puede crecer y extenderse una comunidad de fe? ¿Qué impacto puede causar el evangelio? La palabra de Dios nos enseña que cuando le entregamos la vida a Dios y somos llenos de su Espíritu la transformación es posible. Necesitamos día a día personas buenas, de fe y llenas del Espíritu de Dios. “El Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto”, Ga 5:22-23.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 5 de agosto de 2023

La vida en misión es un privilegio

 En todos lados y de todas partes

«Y la mano del Señor estaba con ellos, ... », Hch 11:21

¿Es la misión sólo para algunos o para todos?, ¿Qué significa ser iglesia misionera en el mundo de hoy?, ¿Puede acaso una iglesia no ser misionera? Dado que Dios es un Dios misionero, su pueblo debe ser un pueblo misionero. Hablamos de que la iglesia es la iglesia en el mundo y para el mundo. La iglesia es enviada a compartir el gozo y la esperanza, en medio de la tristeza y la angustia de la gente de nuestro tiempo, de los que son pobres o afligidos en cualquier forma. Ser iglesia misionera es darnos cuenta de que hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar. Es servir a todos y especialmente a la gente más olvidada de la ciudad, la nación y el mundo. Estamos hablando de un mensaje integral de salvación que está dirigido a todo ser humano, considerando la totalidad de la persona. Dios «no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento», 2 Ped.3:9. El servicio no debe ser ofrecido sólo en la iglesia sino también en la vida común y corriente, ya sea en hogares, escuelas, oficinas, fábricas, tiendas, consultorios, en política, gobierno y toda actividad sociocultural. El trabajo en la iglesia como la acción a favor de la justicia, la misericordia y la verdad debe ser conjunto. Dios confió el don del sacerdocio a todo el pueblo de Dios, 1 Pedro 2:9; por lo cual podemos decir que «por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe», Rom.1:5. En este marco la iglesia es para todos y con todos. Cada creyente es proyectado al trabajo de solidaridad con todo el Cuerpo de Cristo y el Mundo. La clave es reconocer que la tarea le pertenece a la iglesia toda, y actuar en consecuencia. La vida en misión es un privilegio. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 4 de agosto de 2023

Sencillos

 Anónimos

“El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número de estos gentiles creyó y se convirtió al Señor”, Hch 11:21

Lucas nos relata que cuando se extiende el evangelio hacia aquellos que no son judíos por parte de los creyentes de Chipre y de Cirene “la mano del Señor estaba con ellos”. El poder del Señor estaba con estos misioneros anónimos y los no judíos de Antioquía se hicieron seguidores de Jesucristo. Estas conversiones describen la clara evidencia de ese poder. Es el Señor que está trayendo a otros grupos a su seguimiento y se forma la primera iglesia en el mundo no judío. No se trataba de meras lealtades a determinadas figuras humanas. Jesús dijo: “Mi Padre me ha confiado todo. Nadie conoce verdaderamente al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce verdaderamente al Padre excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo”, Mt 11:27. Seguimos confiando en su poder por arriba de cualquier programa, orador, estructura o “etiqueta denominacional”. Solo él trae a otras personas a su conocimiento y seguimiento. Nosotros somos desafiados a ser como estos creyentes anónimos que se atrevieron hacer cosas diferentes y lo diferente fue ampliar sus fronteras: “Y la mano del Señor estaba con ellos”. “Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios”, 1 Co 2.4-5

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 3 de agosto de 2023

Nuevas formas de obediencia

Una nueva era

“Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús”. Hch 11:20-21

Cuando leemos los escritos de Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles lo que resalta es como el Espíritu va llamando a la iglesia a nuevas formas de obediencia. Lucas nos dice que la misión a toda etnia, cultura y lengua es la obra del Espíritu Santo y se da por medio de varios acontecimientos paralelos: la del etíope eunuco por medio de Felipe, la de Cornelio por medio de Pedro y ahora por creyentes anónimos en Antioquía. Lucas comenta que Pedro bautizó a Cornelio y a otros, es decir, nos relata el comienzo de una iglesia de origen gentil en Cesarea y ahora pasa a comentarnos de otra iglesia semejante que está en Antioquía. “Después de la muerte de Esteban, los seguidores de Jesús fueron perseguidos y maltratados. Por eso muchos de ellos huyeron … En todos esos lugares, ellos anunciaban las buenas noticias de Jesús solamente a la gente judía. Sin embargo, algunos de Chipre y otros de Cirene fueron a Antioquía y anunciaron el mensaje del Señor Jesús también a los que no eran judíos. Y Dios les dio poder y los ayudó para que muchos aceptaran el mensaje y creyeran en Jesús”. Antioquía tenía una comunidad judía numerosa y una bella sinagoga donde muchos paganos se sentían atraídos y es ahí donde comienza una nueva iglesia a casi quinientos kilómetros de Jerusalén. El centro de atención va a pasar de Jerusalén a Antioquía. Jerusalén tenía una tendencia a vivir aislada con su creciente estrechez nacionalista y etnocentrista. La iglesia de Jerusalén tuvo su momento y su misión, pero ahora está comenzando una nueva era. Antioquía que fue un lugar periférico, a gran distancia del centro, vendrá a ser el foco de la acción. Será necesario responder al desafío de llevar el evangelio a toda etnia, pueblo y nación. La iglesia de Antioquía no era la más rica, la más poderosa y antigua, pero el Espíritu Santo está interesado en toda comunidad de fe que está dispuesta a enfrentar los nuevos contextos y horizontes. “El poder del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor”

Carlos Scott

Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 2 de agosto de 2023

Ampliando las fronteras

 Amor inclusivo

“Yo empecé a hablarles, y de pronto el Espíritu Santo vino sobre todos ellos, así como nos ocurrió a nosotros al principio. Y me acordé de que el Señor Jesús nos había dicho: “Juan bautizó con agua, pero a ustedes Dios los va a bautizar con el Espíritu Santo”, Hch 11:15-16

Lucas nos relata lo ocurrido con un judío no helenista y miembro del grupo de los doce apóstoles, como Pedro, que comprendiera mucho más la verdad de la gracia e inclusión del amor de Dios. El Señor fue guiando los pasos de Cornelio y Pedro para que se encontraran. Dios está interesado a que nos animemos a cruzar otras fronteras y lo ocurrido fue un proceso de interpretación y actualización de la Palabra de Dios para la naciente comunidad seguidora de Jesucristo. El amor de Dios es inclusivo y el Señorío de Jesucristo está sobre todos los pueblos, sociedades y culturas. Dios es imparcial en su amor y es el Señor de todos los seres humanos. El Espíritu sigue haciendo cosas nuevas y le dijo a Pedro que fuera a la casa de Cornelio. “Entonces pensé: “Dios le ha dado a esta gente el mismo regalo que nos dio a nosotros los judíos, porque creímos en Jesús, el Mesías y Señor. Y yo no soy más poderoso que Dios para ponerme en contra de lo que él ha decidido hacer", Hch 11:17-18. Hoy debemos hacernos la misma pregunta que se hizo Pedro “¿quién soy yo para pretender estorbar a Dios?” Como iglesia estamos llamados a que el Espíritu nos sorprenda nuevamente renovando las estructuras y quitando todo obstáculo que pueda estorbar la incorporación de otros grupos a la vida de la comunidad de fe. Dios sigue ampliando todo tipo de fronteras incluyendo a personas de cualquier origen étnico, cultural y lingüístico. 

Carlos Scott 

Foto Gilbert Lennox

martes, 1 de agosto de 2023

Nuevas posibilidades

 Superando Obstáculos

“Al llegar a Cesarea, entramos en la casa de Cornelio. Él nos contó que un ángel del Señor se le había aparecido y le había dicho: “Envía unos mensajeros a Jope, para que hagan venir a un hombre llamado Pedro. El mensaje que él te va a dar hará que se salven tú y toda tu familia”, Hch 11:12-14

La iglesia naciente tuvo que enfrentarse a bastantes opositores dentro de la misma comunidad. A medida que la iglesia crecía y había una creciente apertura hacia otros grupos surgió un partido opositor llamado los “judaizantes” que insistían en la necesidad de circuncidarse y de cumplir toda la ley de Israel para ser cristiano. Lucas relata lo siguiente: “En toda la región de Judea se supo que también los que no eran judíos habían recibido el mensaje de Dios. Así que, cuando Pedro regresó a Jerusalén, los apóstoles y los seguidores judíos se pusieron a discutir con él. Y le reclamaron: —¡Tú entraste en la casa de gente que no es judía, y hasta comiste con ellos!”. Indudablemente en todo movimiento que viene por parte del Espíritu Santo hacia nuevos horizontes suelen ocurrir críticas, diferentes planteos y desconfianza. La iglesia es la iglesia en el mundo y para el mundo. La comunidad de fe es enviada a compartir el gozo y la esperanza, en medio de la tristeza y la angustia de la gente de nuestro tiempo. Hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar. Es servir a todos y especialmente a la gente más olvidada de la ciudad, la nación y el mundo. Las estructuras eclesiásticas no deben obstaculizar el servicio relevante al mundo separando al creyente de la sociedad. El servicio no debe ser ofrecido sólo en la iglesia sino también en la vida común y corriente. Nosotros como iglesia debemos ver en este tiempo cuáles son las nuevas circunstancias y contextos que nos toca vivir. La misión consiste en cruzar fronteras de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios. Que podamos decir como Pedro: “Y yo no soy más poderoso que Dios para ponerme en contra de lo que él ha decidido hacer”

Carlos Scott

lunes, 31 de julio de 2023

Algo nuevo puede suceder

 Conceder la palabra 

“Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que escuchaban su mensaje. Y los creyentes procedentes del judaísmo que habían llegado con Pedro, se quedaron admirados de que el Espíritu Santo fuera dado también a los que no eran judíos, pues los oían hablar en lenguas extrañas y alabar a Dios. Entonces Pedro dijo: —¿Acaso puede impedirse que sean bautizadas estas personas, que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros? Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después rogaron a Pedro que se quedara con ellos algunos días.” Hch 10:44-48

Los que toman la palabra no ciertamente son “héroes” sino personas que tienen “autoridad”. Esta autoridad no siempre viene de las victorias sino de aprender sobre los fracasos. Pedro es un “veterano” de una aventura que no es tan gloriosa. En su momento abandono al Señor y ahora tiene el coraje de hablar de Jesús de Nazaret. Lo pudo hacer porque ha derramado lágrimas y Jesús lo ha aceptado con esa confesión sencilla: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero – Apacienta mis ovejas – le dijo Jesús”. Como pecadores perdonados que día a día obtenemos la gracia inesperada se nos concede la palabra no porque seamos tan valientes, sino porque estamos decididos a dejarnos transformar y volver a comenzar. Pedro fue amado a pesar de su infidelidad y nosotros también. Dios nos llama a ir a determinados ambientes que no son tan favorables y algo nuevo puede suceder. “Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que escuchaban su mensaje”. Jesús remueve los obstáculos y nos da garantías en que todos los días estará con nosotros. Seguir a Jesús es camino, viaje, movimiento e impaciencia de anuncio. Compartamos la vida en Cristo, su paz, el perdón, la luz que pone en crisis las tinieblas y el amor que derrota al odio. Su Espíritu Santo sigue derramándose sobre toda la humanidad. “Pondré mi espíritu en ustedes, y así haré que obedezcan todos mis mandamientos” Ez 36:27 

Carlos Scott

domingo, 30 de julio de 2023

Quitando los obstáculos

Fin al odio, la enemistad y el legalismo

“—Nos envía el capitán Cornelio, que es un hombre bueno y obedece a Dios. Todos los judíos lo respetan mucho. Un ángel del Señor se le apareció y le dijo: “Haz que Pedro venga a tu casa, y escucha bien lo que va a decirte” …  Allí Pedro encontró a toda la gente que se había reunido para recibirlo, y les dijo: …  Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie”, Hch 10:22-28

Lucas nos relata acontecimientos claves que impulsan a los discípulos a compartir el evangelio. Implica reconocer “al otro” y a toda persona sin excepción afirmando su plena humanidad y origen étnico. Toda persona es sujeto del amor y cuidado de Dios. Las Buenas Nuevas de Jesucristo están destinadas a todas las etnias y pueblos. Se nos llama a reconocer a los otros, derribar prejuicios, racismo y declarar su dignidad como personas creadas a la imagen de Dios. En todo proceso de restauración de la justicia y la paz se nos confronta a que tengamos una actitud de confesión y arrepentimiento por no tener presente a nuestro prójimo. La iglesia es la comunidad donde las barreras que separan a los humanos deben ser derribadas por el amor de Cristo. “Cristo nos ha dado la paz. Por medio de su sacrificio en la cruz, Cristo ha puesto fin al odio que, como una barrera, separaba a los judíos de los que no son judíos, y de dos pueblos ha hecho uno solo. Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley, y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, un solo pueblo amigo.  Por medio de su muerte en la cruz, Cristo puso fin a la enemistad que había entre los dos grupos, y los unió, formando así un solo pueblo que viviera en paz con Dios... Por medio de lo que Jesucristo hizo, tanto los judíos como los no judíos tenemos un mismo Espíritu, y podemos acercarnos a Dios el Padre”, Ef 2:14-18. “Por eso, ya no importa si alguien es judío o no lo es, o si está circuncidado o no lo está. Tampoco tiene importancia si pertenece a un pueblo muy desarrollado o poco desarrollado, o si es esclavo o libre. Lo que importa es que Cristo lo es todo, y está en todos”, Col 3:11.

Carlos Scott

sábado, 29 de julio de 2023

Un paso mas

 Nuevos escenarios

"Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie”, Hch 10:28. 

Pedro fue una persona que estuvo acostumbrado a obedecer las reglas religiosas judías o sea la Ley y por lo tanto el contacto con los gentiles debía evitarse. Cuando se encuentra con el centurión o capitán Cornelio junto a sus familiares y un grupo de sus mejores amigos les dice: “Ustedes deben saber que, a nosotros, los judíos, la ley no nos permite visitar a personas de otra etnias ni estar con ellas. Pero Dios me ha mostrado que yo no debo rechazar a nadie”, Hch 10:28. Cuando Pedro comenzó a seguir a Jesús dejo su oficio junto al mar de Galilea y lo que menos podría pensar era que un día iría a visitar a un gentil, capitán romano, que Dios enviaría el Espíritu Santo para dirigir la vida de gente de otros países y que luego los bautizaría quedándose en la casa de ellos. Los soldados romanos no eran bien vistos por los judíos nacionalistas y ortodoxos. Quizás Pedro fue de mala gana a verlo a Cornelio, pero no renuncio a lo que Dios le pedía. En medio de una situación incómoda es cuando se derrama el Espíritu Santo mostrando a Pedro y a los otros judíos que para Dios todos somos iguales y que Dios no muestra favoritismo. Al igual que Pedro el Señor nos presenta nuevos escenarios, contextos y determinadas circunstancias. La tentación es decir que no debemos mezclarnos con la gente “impura”, “inmunda”, “no creyente”, pero Dios nos dice no llames “impuro, inmundo y no aceptable” lo que yo estoy limpiando y llamando. Dios es amor, pero ahora somos nosotros los que tenemos leyes, reglas, determinados legalismos y tradiciones que a veces nos hacen correr el riesgo de faltar a nuestra misión. Se trata de mantenernos puros y la consecuencia es que nos alejamos de aquellos que no son como me gustaría que fueran y los evadimos. La santidad bien entendida nos debe llevar a buscar “al otro” y no retirarme del escenario público. Amar como Dios ama. “No olvidemos que las buenas nuevas incluyen la noticia de que los que estaban lejos han sido hechos cercanos”

Carlos Scott

viernes, 28 de julio de 2023

Sin barreras

 Preferencia por todos

“Había en la ciudad de Cesarea un hombre que se llamaba Cornelio, capitán del batallón llamado el Italiano. Era un hombre piadoso que, junto con toda su familia, adoraba a Dios. También daba mucho dinero para ayudar a los judíos, y oraba siempre a Dios… Un día, a eso de las tres de la tarde, tuvo una visión: … El ángel le dijo: «Dios tiene presentes tus oraciones y lo que has hecho para ayudar a los necesitados … Entonces Pedro comenzó a decirles: —Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales”, Hch 10:1-38

Jesús es alguien que tiene preferencia por todos. “Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean”. Jesús elimina las barreras religiosas, las discriminaciones abusivas, las mentalidades de privilegio y quita las ridículas clasificaciones de los “nuestros” y “no nuestros”. “Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo porque Dios estaba con él”. Jesús vino a poner en pie a toda persona de cualquier origen étnico, a dar salud integral, la alegría de vivir, esperanza; a demostrar que el mal puede ser vencido y el poder del diablo roto. Porque Jesús es poderoso se ocupa de los débiles y se manifiesta tierno de corazón y humilde. Porque Dios esta con él, el esta con toda la humanidad. “Así que no importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales.”, Ga 3:28 

Carlos Scott

miércoles, 26 de julio de 2023

Sanidad

 Señales generosas del camino

“Tabitá (Dorcas) siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres. Por esos días Tabitá se enfermó y murió … Muchas viudas se acercaron llorosas a Pedro, y todas le mostraban los vestidos y los mantos que Tabitá les había hecho cuando aún vivía”, Hch 9:36-39

Dorcas nos marca un ejemplo de generosidad y de compromiso con los indefensos. Nos muestra el camino del seguimiento de Jesús y señala la importancia de las buenas obras. La muerte de Dorcas causo mucho dolor entre los discípulos y especialmente entre las viudas que ella atendía. Dios obro un milagro y Dorcas retorno a la vida. El evangelio nos habla que las buenas obras declaran el amor de Dios por toda la humanidad. El poder de Dios se expresa de múltiples maneras y en este caso resucitando a los muertos. Lucas nos describe la manifestación pública del poder de Dios y como lo hace por medio de sus discípulos. El tiempo que nos toca vivir es un llamado a expresar una y otra vez estos milagros por medio de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Hay salvación y sanidad en el nombre del Señor. “Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas”, Sal 147:3. “Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto», Jer 17:7-8 “Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvado, porque tú eres mi alabanza”, Jer17:14

Carlos Scott

martes, 25 de julio de 2023

Seguir confiando

 Milagros y más milagros

“En el puerto de Jope vivía una seguidora de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela». Tabitá siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres. Por esos días Tabitá se enfermó y murió …Muchas viudas se acercaron llorosas a Pedro, y todas le mostraban los vestidos y los mantos que Tabitá les había hecho cuando aún vivía. Pedro mandó que toda la gente saliera del lugar. Luego se arrodilló y oró al Señor. Después de eso, se dio vuelta hacia donde estaba el cuerpo de Tabitá y le ordenó: «¡Tabitá, levántate!» Ella abrió los ojos, miró a Pedro y se sentó. Pedro le dio la mano para ayudarla a ponerse de pie; luego llamó a los seguidores de Jesús y a las viudas, y les presentó a Tabitá viva”, Hch 9:36-41
Lucas nos habla sobre Dorcas que era una mujer que “servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres”. Dorcas se enfermó y murió. Cuando Pedro llego a Jope que es la actual ciudad de Jaifa, “muchas viudas se acercaron llorosas a Pedro, y todas le mostraban los vestidos y los mantos que Tabitá (Dorcas) les había hecho cuando aún vivía". Pedro se arrodilló y oró al Señor. El resultado fue que Dorcas volvió a la vida y muchos creyeron en el Señor Jesús. El poder de Jesús continuaba con los discípulos y ese mismo poder continua hasta el día de hoy. El poder de Dios se manifiesta en las más variadas situaciones, en diferentes tiempos y lugares. Creemos en su poder y no renunciamos a orar y seguir orando. "¡Venga tu Reino!, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Mat 6:10. "Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre”, Jn 14:12. La oración extiende el Reino de Dios entre las naciones y orar es traer el cielo a la tierra. "Todos los que vivían en Jope se enteraron de esto, y muchos creyeron en el Señor Jesús”, Hch 9:42

lunes, 24 de julio de 2023

Tenacidad

 Creer y seguir creyendo

“Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de la iglesia en ese lugar.  Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama. Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.» Al instante, Eneas se levantó.  Al ver ese milagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús”, Hch 9:32-35

Pedro visitaba a los seguidores del Señor Jesús y enseñaba. Cuando paso por la ciudad de Lida que estaba a unos cuarenta kilómetros de Jerusalén camino a Jope (Jaifa), conoció a Eneas que estaba enfermo y que no podía levantarse de su cama. En el nombre de Jesús el Mesías esta persona fue sanada. Hay poder en el nombre del Señor y es en su nombre en el que podemos confiar todos los días de nuestra existencia. No hay otro nombre. No te rindas jamás. Jesús ha venido a derrotar el mal, bendecir a toda la gente y que su nombre sea reconocido y glorificado. Seguimos confiando que “el Señor abre los ojos de los ciegos, levanta a los agobiados y ama a los justos”, Sal 146:8. “Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, porque hemos esperado en ti. Sé nuestro brazo fuerte cada día y nuestra salvación en los tiempos difíciles”, Is 33:2. “¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre”, Sal 107:1

Carlos Scott


domingo, 23 de julio de 2023

Nuevas comunidades de fe

 Perspectivas claras

“En las regiones de Judea, Galilea y Samaria, los miembros de la iglesia vivían sin miedo de ser maltratados. Seguían adorando al Señor, y cada día confiaban más en él. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez se unían más y más personas al grupo de seguidores del Señor Jesús.”, Hch 9:31

Muchas iglesias no han iniciado nuevas comunidades de fe simplemente porque no han tenido una perspectiva clara de los propósitos de Dios y una actitud intencional para llevar adelante este proceso. El comienzo de nuevas comunidades de fe se debe dar por las razones adecuadas y no por razones equivocadas. Las iglesias locales algunas veces se dividen por la rivalidad o lucha en el liderazgo y por no tener una visión saludable. Este tipo de divisiones y debilitamiento se puede dar por las diferencias en el choque de personalidades, estilos de liderazgo, administración, búsqueda de poder, prestigio, posición, competencia, envidia, celos, inmoralidad, etc. No se ha tenido una visión clara de toda la escritura y su propósito. El modelo no es la torre de Babel sino el espíritu del Pentecostés y la llenura del Espíritu Santo. Los propósitos de Dios a través de toda la escritura nos revelan que Dios quiere bendecir a todas las personas, a todas las etnias, a toda sociedad. Dios se ha propuesto derrotar el mal por medio del Reino de Dios y quiere ser reconocido y glorificado. Él llama a todo su pueblo a participar de su Misión. Somos desafiados a guiar a todo el pueblo de Dios en el comienzo de nuevas comunidades de fe. Nuevos odres para un nuevo tiempo.

Carlos Scott

sábado, 22 de julio de 2023

Aceptarnos unos a otros

Un personaje incómodo

“Saulo se fue a la ciudad de Jerusalén, y allí trató de unirse a los seguidores de Jesús. Pero éstos tenían miedo de Saulo, pues no estaban seguros de que en verdad él creyera en Jesús.”, Hch 9:26-31

Este relato nos habla de un personaje que resulto ser bastante incómodo para todos. Parece que tenía un temperamento difícil, con ideas e iniciativas audaces y arriesgadas. Sus antiguos amigos judíos le tenían odio cuando se unió a los creyentes en Jesucristo y lo consideraban un traidor. Por otro lado, la nueva comunidad de fe tenía reservas para reconocerle como apóstol y hermano porque había perseguido a la iglesia. Ante estas circunstancias se alimentaban sospechas, prejuicios y rechazo. Pablo conoció la marginación y se dio cuenta del fastidio y sospecha en el interior de la comunidad. Muchos se guiaron por los antecedentes poco recomendables y no pudieron aceptar otra realidad presente. Para algunos solo cuenta el pasado y no pudieron ver a un Saulo nuevo. Bernabé supo dar la cara por él. Pablo al final de su vida cuando la mayoría le había abandonado le escribe a Timoteo y le solicita que le envié a Marcos. Le dice: “Marcos puede ayudarme mucho en mi trabajo, así que búscalo y tráelo contigo cuando vengas”, 2 Ti 4:11. Este mismo Marcos es el que había abandonado a Pablo y Bernabé en Panfilia y tiempo después Bernabé quiso darle otra oportunidad por lo cual genero un conflicto entre él y Pablo. Ellos terminaron por separarse, Hch 15:36-41. Pablo por su propia experiencia de vida supo reconocer y aceptar que toda persona puede ser restituida y con esto reconocer implícitamente el trabajo que Bernabé había realizado. "Por lo tanto, acéptense unos a otros, tal como Cristo los aceptó a ustedes, para que Dios reciba la gloria", Ro 15:7. “Sobre todo, ámense mucho unos a otros, porque el amor borra los pecados”, 1 P 4:8. 

Carlos Scott


viernes, 21 de julio de 2023

Discernir

 Evidencias y procesos

"Sin embargo, el Señor Jesús le dijo: —Ve, porque yo he elegido a ese hombre para que me sirva. Él hablará de mí ante reyes y gente que no me conoce, y ante el pueblo de Israel.", Hch 9:15

El trabajo misionero es el trabajo del Espíritu de Dios y la iglesia trabajando juntos. Entonces, ¿cómo llegar a tener cierta confiabilidad para poder avanzar? En primer lugar, hay una revelación o evidencia interna (lo que Dios me está indicando). Esto mismo le pasó a Saulo (Hch 9:15, 13:47, 22:12-21, 26:12-18, Gá 1:11-24, 2:1-2). Pablo recibe su llamamiento a través de su encuentro personal con el Señor y de Ananías, que es quien recibe la palabra del Señor en cuanto al modo en que Pablo ha de servirle. A partir de ahí Pablo vive 14 años formándose para el ministerio. Tenía unos 31 años cuando lo llamó, pero el cumplimiento de ese llamado se concreta aproximadamente a los 45 años de edad. Dios formó a un Pablo nuevo en esos 14 años. En segundo lugar, está la evidencia externa manifestada por la comunidad de fe. Son todos aquellos que nos ayudan a discernir espiritualmente (Pr 11:14, Hch 11:25-26, 13:1-3, Gá 2:7,9). Finalmente, en tercer lugar, los acontecimientos o circunstancias nos orientan a los nuevos pasos y oportunidades que tenemos (Hch 14:27, 16:6-10, 2 Co 2:12, Col 4:2-4). Son los acontecimientos que Dios permite para discernir y tener sabiduría en el conocimiento de su voluntad. En el libro de Apocalipsis se habla de la iglesia de Filadelfia a la cual Jesucristo le presenta una puerta abierta y una oportunidad. Esto nos recuerda que Dios es quien coloca las oportunidades y cada una de ellas representa una puerta abierta que nadie puede cerrar. 

Carlos Scott

jueves, 20 de julio de 2023

Paso a paso

 Revelación progresiva


“Pero levántate y entra en la ciudad, que allí sabrás lo que tienes que hacer … Allí Saulo estuvo ciego durante tres días … El Señor dijo: Yo he elegido a ese hombre para que me sirva. Él hablará de mí ante reyes y gente que no me conoce, y ante el pueblo de Israel. Yo le voy a mostrar lo mucho que va a sufrir por mí “, Hch 9:6-16

Saulo fue descubriendo paso a paso nuevas dimensiones de su servicio. Todo comenzó con el encuentro que tuvo con Jesús camino a Damasco. Ananías fue a ver a Saulo como le había indicado el Señor y “cuando llegó a la casa, le impuso las manos y le dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Lucas nos da más información en otros capítulos: “Porque tú le anunciarás a todo el mundo lo que has visto y lo que has oído”, Hch 22:13-15, 26:15-18. En Antioquía, el Espíritu Santo les dijo a los maestros y profetas: «Prepárenme a Bernabé y a Saulo. Yo los he elegido para una misión especial», Hch 13:1-2. Mas adelante Pablo tuvo una visión: “Vio a un hombre de la región de Macedonia, que le rogaba: «¡Por favor, venga usted a Macedonia y ayúdenos! …”, Hch 16:9-10. El Espíritu Santo invita a Pablo y a sus compañeros a nuevos campos de testimonio y así sucesivamente. Cuando Dios nos llama, pocas veces nos dice más de lo que necesitamos saber en ese momento. Si nos da una visión de lo que hemos de hacer, esa visión se va aclarando según lo hacemos. Debemos avanzar, aunque todos los detalles no estén claros. Lo contrario es no hacer nada. La conversión y luego un servicio específico no son generalmente el último desafío que tendremos, sino que paso a paso, día a día, vamos descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. Lo sencillo, pequeño e insignificante Dios lo transforma en algo especial para que la gente de toda nación sea bendecida, el mal sea derrotado por medio del Reino de Dios y su nombre reconocido, alabado y glorificado en todas las etnias.

Carlos Scott

miércoles, 19 de julio de 2023

Otros ojos

 Un evangelio transformador

”Saulo estaba furioso y amenazaba con matar a todos los seguidores del Señor Jesús. Por eso fue a pedirle al jefe de los sacerdotes unas cartas con un permiso especial. Quería ir a la ciudad de Damasco y sacar de las sinagogas a todos los que siguieran las enseñanzas de Jesús, para llevarlos presos a la cárcel de Jerusalén”, Hch 9:1-2

Saulo era fariseo, ciudadano romano de nacimiento y educado bajo la tutoría de Gamaliel, Hch 23:6, 22:28, 22:3. El tuvo una experiencia dramática cerca de Damasco mientras perseguía a los seguidores de Jesucristo. “Desde el cielo lo rodeó un gran resplandor, como de un rayo. Saulo cayó al suelo, y una voz le dijo: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues? —¿Quién eres, Señor? —preguntó Saulo. —Yo soy Jesús —respondió la voz—. Es a mí a quien estás persiguiendo” Saulo no perseguía a Jesús, sino a la iglesia, pero el Señor le dice “Yo soy Jesús, a quien tu perseguís”. La relación entre Jesús y la iglesia es tal que perseguir a la comunidad cristiana es perseguirle a él. El que parecía ser poderoso y temible perseguidor, ahora se levanta del suelo débil y ciego. Saulo pasa tres días ciego y el Señor envía a Ananías para que reciba la vista y le comparta lo que Dios desea de él. Ananías podía haberle manifestado su enojo por perseguir a sus hermanos en la fe, pero lo primero que le dice es: «Amigo Saulo, el Señor Jesús se te apareció cuando venías hacia Damasco. Él mismo me mandó que viniera aquí, para que puedas ver de nuevo y para que recibas el Espíritu Santo». Lo llamo amigo y hermano. Jesús está dispuesto a perdonar y recibir a sus enemigos. Esta es una visión transformadora. El Señor nos enseña a ver a las personas con otros ojos. Quizás algunos puedan ser nuestros enemigos, pero se pueden transformar en hermanos y amigos por el poder transformador de Dios. Somos llamados a compartir las buenas nuevas con todos aquellos que no son de nuestra simpatía y aun con los que pueden ser nuestros enemigos. El poder transformador del evangelio nos ha alcanzado a nosotros y también puede alcanzarlos a ellos.

Carlos Scott

martes, 18 de julio de 2023

Alcance

  Nuevas comunidades de fe

"Ordenó que detuvieran el carruaje, descendieron al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco nunca más volvió a verlo, pero siguió su camino con mucha alegría. Entre tanto, Felipe se encontró más al norte, en la ciudad de Azoto. Predicó la Buena Noticia allí y en cada pueblo a lo largo del camino, hasta que llegó a Cesarea", Hch 8:38-40

Cuando hablamos de llevar el evangelio a todas partes se espera una firme determinación y actitud intencional de plantar nuevas comunidades de fe. Hablamos de la gente y no de terrenos, construcciones, edificios o etiquetas denominacionales. Implica el trabajo de personas comprometidas las unas con las otras, donde se mantiene la comunión, comunicación y los ojos puestos en Jesús. El comienzo de nuevas iglesias da la oportunidad a que todos se puedan involucrar desarrollando sus dones espirituales en amor y unidad. Somos llamados a unirnos a la misión de Dios a favor de toda la gente y ser testigos en círculos cada vez más amplios. La iglesia debe ampliar su influencia y no tolerar ningún nacionalismo estrecho. Ninguna estructura religiosa, institución, jerarquía o tradición debe ser un obstáculo para que los seguidores de Jesucristo puedan comenzar nuevas iglesias o comunidades de fe. Jesús nos llama y nos desafía a ampliar nuestro horizonte, Hch 1:8. La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio reino, pero el Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua y toda cultura. Liberar y soltar a la gente implica desatar el evangelio y no privatizar la misión. La misión no tiene dueño y Dios nos llama a cruzar barreras de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios. 

Carlos Scott

lunes, 17 de julio de 2023

Repensar

 ¿Qué impide? Nuevos modelos y paradigmas

"Mientras iban juntos, llegaron a un lugar donde había agua, y el eunuco dijo: «¡Mira, allí hay agua! ¿Qué impide que yo sea bautizado?», Hch 8:36

Cuando pensamos en los movimientos de nuevas comunidades de fe o la plantación de nuevas iglesias debemos hacernos la misma pregunta que le hizo el etíope a Felipe: ¿Qué impide? Felipe era simplemente uno de los siete que había sido elegido para atender las necesidades de la comunidad, pero luego del martirio de Esteban comienza la persecución y dispersión de la Iglesia. Felipe fue a predicar a una ciudad en Samaria, pero luego el Espíritu de Dios lo llevó a un lugar desértico. En esa ocasión el Espíritu Santo le dijo a Felipe que se acerque a un etíope para anunciar las buenas nuevas acerca de Jesús, Hch 8:26-40. En el camino se encontraron con un lugar donde había agua y la pregunta del etíope resuena en nuestros días: “¿Qué impide que yo sea bautizado?”. Felipe lo bautizó y el etíope siguió su camino con alegría. La acción de Felipe no quedó condicionada a la presencia y decisión de los apóstoles que estaban en Jerusalén. El Espíritu de Dios desafía a su iglesia a reformarse para ser una comunidad que le lleva alegría a la gente. Hay nuevas situaciones y contextos que nos confrontan con nuestra forma de ser iglesia. Nos encontramos en un nuevo tiempo de introspección para pensar y repensar modelos, estructuras y paradigmas. Hay algo que está surgiendo por parte de Dios y seguir lo que el Espíritu Santo indica es unirnos a su Misión. Nuestra fe en Jesucristo nació para caminar y no para protegernos. Se nos llama a seguir formando nuevas comunidades de fe a favor de los no alcanzados. ¿Qué impide?

Carlos Scott

domingo, 16 de julio de 2023

Nuevas circunstancias

 ¿Entiendes lo que estás leyendo?

“Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó: —¿Entiendes lo que estás leyendo?”, Hch 8:30

El Espíritu constantemente lleva a la comunidad del Reino de Dios a nuevos desafíos y a una nueva obediencia. Esto fue lo le paso a Felipe. No era apóstol, pero el Espíritu lo guio para acercarse a gente muy diferente. Felipe pertenecía a la cultura Helenista o griega y no hebrea. El mismo había formado parte de uno de los siete para servir en el orden interno de la comunidad y que haya equidad en la misma, Hch 6:1-6. Conocía la discriminación y formaba parte de esa periferia. El Espíritu guio a Felipe a que abra las puertas a los que estaban afuera. Nuestros desafíos entre otros tienen que ver principalmente con la periferia donde nos encontramos con nuevas situaciones y se necesita una nueva percepción del evangelio. Constantemente el Espíritu nos llama a revisar nuestra manera de ser comunidad para los demás. Hay nuevas circunstancias que nos deben llevar a pensar y repensar la iglesia y no quedarnos con viejas formas que pudieron servir en un determinado momento histórico, pero que hoy se pueden transformar en formas de exclusión. El eunuco le pregunto a Felipe ¿Qué impide? Felipe le pudo haber dicho que no estaba autorizado para bautizarlo o que debía esperar a los apóstoles o que debía respetar la tradición, seguir el manual de procedimiento o bien la ley. Su respuesta fue: Nada impide. Una nueva forma de ser iglesia nos pregunta ¿Qué impide? Se nos llama a dar un testimonio audaz en todo tiempo y ser sensibles a lo que Dios nos indica.

Carlos Scott

sábado, 15 de julio de 2023

Espíritu

 Percibir el Espíritu de Dios

"El Espíritu le dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro, ... le anunció las buenas nuevas de Jesús", Hch 8:29, 35. "... el Espíritu del Señor se llevó de repente a Felipe, ... y se fue predicando el evangelio en todos los pueblos...", Hch 8:39-40

La comunidad de Jesús vive bajo la inspiración del Espíritu Santo. Este es el secreto de su vida, de su comunión y de su poder. El don del Espíritu es el don de involucrarse en la Misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu. Somos desafiados a percibir el soplo del Espíritu, ser abiertos y sensibles a su fuerza y vigor. El mensaje del evangelio se extendió por medio de compartir la Palabra de Dios y el poder sobrenatural del Espíritu. La conversión requiere una palabra específica pero también un poder que va mucho más allá que la palabra del predicador. Es la práctica de la misión la que abre a las personas a la acción del Espíritu. Entre la Palabra y el poder hay una especie de relación: “Aquí las poderosas energías del Espíritu son más importantes que palabra alguna, aun cuando estas energías en tanto que son del Espíritu Santo deben su origen a la Palabra de Dios”. Seguir el impulso del Espíritu Santo es ser obedientes y creativos para una nueva manera de ser iglesia para los demás.

Carlos Scott

viernes, 14 de julio de 2023

Nada impide

 Ampliando los márgenes

“En cuanto a Felipe, un ángel del Señor le dijo: «Ve al sur por el camino del desierto que va de Jerusalén a Gaza». Entonces él emprendió su viaje y se encontró con el tesorero de Etiopía, un eunuco de mucha autoridad bajo el mando de Candace, la reina de Etiopía. El eunuco había ido a Jerusalén a adorar y ahora venía de regreso. Sentado en su carruaje, leía en voz alta el libro del profeta Isaías”, Hch 8:26-28

Lucas describe a un mensajero o ángel que le indica a Felipe que vaya al camino del desierto que va de Jerusalén a Gaza. Felipe se encuentra con una persona de mucha autoridad que estaba bajo el mando de la reina de Etiopía. Esta persona era alguien que creía en el Dios de Israel, pero no seguía totalmente la ley ni la circuncisión. Se encontraba leyendo al profeta Isaías y “el Espíritu Santo le dijo a Felipe: «Acércate y camina junto al carruaje»” y le preguntó: “—¿Entiendes lo que estás leyendo?” y es aquí donde “Felipe le habló de la Buena Noticia acerca de Jesús”. Los eunucos no podían ser parte del pueblo de Dios (Dt 23:1), pero la escritura en otra parte nos recuerda que “Si un extranjero me adora, no tiene por qué decir: “Dios me apartará de su pueblo”. El hombre que no puede tener hijos tampoco debe decir: “Yo parezco un árbol seco”, Is 56:3-5. Luego llegaron a un lugar donde había agua, y el eunuco dijo: «¡Mira, allí hay agua! ¿Qué impide que yo sea bautizado?». Ordenó que detuvieran el carruaje, descendieron al agua, y Felipe lo bautizó. La palabra de Dios nos desafía en ampliar los márgenes y cruzar fronteras de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios. Los márgenes se van ampliando a medida que soltamos a la gente, confiamos en la obra del Espíritu Santo y nos unimos a la Misión de Dios en el mundo. Dios nos está llamando a nuevas maneras de hacer Misión. Felipe se atreve a decirle al eunuco que nada impide que sea bautizado. 

Carlos Scott

jueves, 13 de julio de 2023

Semillas de Fe

 Sembrar con Esperanza

“Antes de volver a Samaria, Pedro y Juan compartieron con la gente el mensaje del Señor. Después regresaron a la ciudad de Jerusalén, pero en el camino fueron anunciando a los samaritanos las buenas noticias del reino de Dios”, Hch 8:25

Podemos y debemos sembrar. El proceso de la siembra es laborioso, el agricultor primero debe seleccionar la semilla, preparar la tierra, sembrarla en el tiempo adecuado, cuidarla, abonar, regar, esperar y finalmente cosechar. Sembrar el Reino de Dios significa sembrar con esperanza, Sal 126:5, 2 Co 9:6. Es necesario acompañar con una ferviente oración la siembra de las semillas del Reino de Dios y ser testigos, pero no podemos producir el fruto, 1 Co 3:6-7. El mensaje del Reino en palabra y obra está destinado a crecer. La semilla es minúscula, pero tiene el potencial dado por Dios para el crecimiento. El Reino de Dios es universal, tiene un inicio pequeño e insignificante que puede pasar desapercibido, pero está destinado a ser la realidad más grande del mundo y una fuerza indetenible que afecta a todas las personas. La comunidad del Reino de Dios está llamada a reproducirse y multiplicarse confiando que Dios da el crecimiento. Este crecimiento puede llegar a dominar el ambiente de manera desproporcionada en comparación con el tamaño de la semilla. La finalidad es dar abrigo a las naciones y proveer alimento que saciará el hambre de muchos. Seamos semillas de fe, que Dios nos plante llevando esperanza y cubriendo la vida con amor. Que nuestro buen Dios sea reconocido y su nombre glorificado.

Carlos Scott

miércoles, 12 de julio de 2023

Una voz

 El otro poder

“Un hombre llamado Simón, quien por muchos años había sido hechicero allí, asombraba a la gente de Samaria y decía ser alguien importante. Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, a menudo se referían a él como «el Grande, el Poder de Dios». Lo escuchaban con atención porque, por mucho tiempo, él los había maravillado con su magia”, Hch 8:9-11

Este relato describe a Simón como una persona de prestigio e importancia. “Se referían a él como «el Grande, el Poder de Dios», pero la gente creyó el mensaje de Felipe y el resultado fue que se bautizaron hombres y mujeres. Luego el mismo Simón creyó y fue bautizado. Simón comenzó a seguir a Felipe y estaba asombrado por las señales y los grandes milagros que hacía. Los apóstoles enviaron a Pedro y Juan para ver que sucedía y los nuevos creyentes recibieron el Espíritu Santo. “Cuando Simón vio que el Espíritu se recibía cuando los apóstoles imponían sus manos sobre la gente, les ofreció dinero para comprar ese poder. Pedro le respondió: —¡Que tu dinero se destruya junto contigo por pensar que es posible comprar el don de Dios!”. Simón siempre fue muy poderoso y también lo quería ser en la iglesia. Hoy hay políticos y grupos que desean seducir y tener a su favor el voto de la comunidad de fe. También hay algunos religiosos que creen que la transformación social viene por medio del poder político. Indudablemente el poder afecta a la vida cristiana. Frente al poder de Simón "el mago" está el otro poder que es el de Simón Pedro, un simple pescador que descubrió la presencia del Espíritu y encontró valor para enfrentarse a las más variadas circunstancias. Todo esto no se compra con dinero o vendiendo el don del Espíritu. La iglesia debe rechazar toda tentación de acomodarse al poder político y vender su identidad. La transformación de una nación viene por medio del evangelio. Se nos llama una vez más a ser una voz profética que le recuerda a toda Nación: “Pero si mi pueblo se humilla, y ora y me busca, y si al mismo tiempo abandona su mala conducta, yo escucharé en el cielo su oración, perdonaré sus pecados y los haré prosperar de nuevo”, 2 Cr 7:14

Carlos Scott