martes, 18 de julio de 2023

Alcance

  Nuevas comunidades de fe

"Ordenó que detuvieran el carruaje, descendieron al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco nunca más volvió a verlo, pero siguió su camino con mucha alegría. Entre tanto, Felipe se encontró más al norte, en la ciudad de Azoto. Predicó la Buena Noticia allí y en cada pueblo a lo largo del camino, hasta que llegó a Cesarea", Hch 8:38-40

Cuando hablamos de llevar el evangelio a todas partes se espera una firme determinación y actitud intencional de plantar nuevas comunidades de fe. Hablamos de la gente y no de terrenos, construcciones, edificios o etiquetas denominacionales. Implica el trabajo de personas comprometidas las unas con las otras, donde se mantiene la comunión, comunicación y los ojos puestos en Jesús. El comienzo de nuevas iglesias da la oportunidad a que todos se puedan involucrar desarrollando sus dones espirituales en amor y unidad. Somos llamados a unirnos a la misión de Dios a favor de toda la gente y ser testigos en círculos cada vez más amplios. La iglesia debe ampliar su influencia y no tolerar ningún nacionalismo estrecho. Ninguna estructura religiosa, institución, jerarquía o tradición debe ser un obstáculo para que los seguidores de Jesucristo puedan comenzar nuevas iglesias o comunidades de fe. Jesús nos llama y nos desafía a ampliar nuestro horizonte, Hch 1:8. La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio reino, pero el Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua y toda cultura. Liberar y soltar a la gente implica desatar el evangelio y no privatizar la misión. La misión no tiene dueño y Dios nos llama a cruzar barreras de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios. 

Carlos Scott

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