Creer y seguir creyendo
“Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de la iglesia en ese lugar. Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama. Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.» Al instante, Eneas se levantó. Al ver ese milagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús”, Hch 9:32-35Pedro visitaba a los seguidores del Señor Jesús y enseñaba. Cuando paso por la ciudad de Lida que estaba a unos cuarenta kilómetros de Jerusalén camino a Jope (Jaifa), conoció a Eneas que estaba enfermo y que no podía levantarse de su cama. En el nombre de Jesús el Mesías esta persona fue sanada. Hay poder en el nombre del Señor y es en su nombre en el que podemos confiar todos los días de nuestra existencia. No hay otro nombre. No te rindas jamás. Jesús ha venido a derrotar el mal, bendecir a toda la gente y que su nombre sea reconocido y glorificado. Seguimos confiando que “el Señor abre los ojos de los ciegos, levanta a los agobiados y ama a los justos”, Sal 146:8. “Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, porque hemos esperado en ti. Sé nuestro brazo fuerte cada día y nuestra salvación en los tiempos difíciles”, Is 33:2. “¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre”, Sal 107:1
Carlos Scott
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