Sabiduria
"¡La sabiduría está llamando! ¡Gritando está la experiencia! Se para a la orilla del camino o a la mitad de la calle, para que todos puedan verla. Se para junto a los portones, a la entrada de la ciudad, y grita a voz en cuello: «Gente de todo el mundo, ¡a ustedes estoy llamando!,... pues voy a decirles algo importante; no me gusta la mentira ni tampoco la hipocresía, siempre digo la verdad", Proverbios 8:1-8
La palabra de Dios nos habla sobre la sabiduría como algo de cada día. Es algo práctico, una calidad de vida a la cual podemos acceder. El Dios de toda la verdad y sabiduría quiere que seamos sabios en cada decisión que hacemos.
Ser sabio significa tratar de discernir las opciones que Dios quiere que tomemos cada día. La sabiduría es el discernimiento para ver las diferencias entre mayores y menores problemas. La sabiduría nos está llamando y esta llamada es de Dios. No es un susurro o un secreto, más bien, grita y llama.
Es un llamado a vivir con prudencia en la que podamos discernir, planear, actuar, reaccionar, prosperar y agradar a Dios. Se requiere humildad, para no caer en el orgullo o la arrogancia; se trata de hacer lo que es justo y correcto. Hace que otros nos tengan confianza. Ser sabio, es más que ser inteligente. Ser sabio implica el discernimiento aplicando correctamente el conocimiento.
La sabiduría es pura, pacífica, bondadosa, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera, Stg 3:17. "Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie", Stg 1:5
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