Buen pronóstico
"De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma", Mc 4:39
No deseamos vivir de tempestad en tempestad y cuando hay calma podemos llegar a la otra orilla. Dios nos desafía a ser productivos y mirar por otros cuando hay constante calma. Una calma que nos habla de estar comprometidos, mirar a quien ayudar, servir y amar. Que deja de lado la indiferencia, el olvido, el prejuicio, egoísmo y la falta de generosidad. Nuestras posibilidades se juegan en el terreno de la fe y hacer que la furia de la tormenta sea menos leve para otros. "Haz todo lo que puedas para ayudar a... en su viaje. Asegúrate de que se les dé todo lo que necesiten. Los nuestros tienen que aprender a hacer el bien al satisfacer las necesidades urgentes de otros; entonces no serán personas improductivas", Tit 3:13-14. "Querido hermano, tú te portas muy bien cuando ayudas a los otros seguidores de Cristo, especialmente a los que llegan de otros lugares. Ellos le han contado a toda la iglesia cuánto los amas. Por favor, ayúdalos en todo lo que necesiten para continuar su viaje. Hazlo de tal modo que resulte agradable a Dios. Ellos han comenzado a anunciar el mensaje de Jesucristo, y no han aceptado ninguna ayuda de los que no creen en Dios. Por eso, debemos ayudarlos en este trabajo que han empezado, y también debemos hacernos cargo de ellos", 3 Jn 1:5-8
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