Las probabilidades inexploradas
“Como tenía que pasar por Samaria, llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida”, Jn 4:1-8
En lo cotidiano y fatigado del camino Jesús se encuentra con una mujer de Samaria y la desafía a ver la vida de otra manera. La invita a una superación que provoca una maravilla.
Jesús profundiza y penetra en el corazón de todo ser humano para revelar sus probabilidades inexploradas. Él quiere hacernos crecer, dilatar los deseos, los sueños, ampliar nuestros horizontes y llevarnos más allá de nuestras esperanzas. Somos llamados a medirnos según el proyecto de Dios.
Jacob se limitó a excavar un pozo, pero Jesús excava dentro de nuestra propia vida. Él es la fuente inagotable de “agua viva” y nos abre un espacio a la plenitud. Jesús quiere que no pidamos a otros lo que solamente él es capaz de ofrecernos.
«¡Todo el que tenga sed puede venir a mí! ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”», Jn 7:37-38
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