Abrir los ojos
El comienzo es un niño, un nacimiento humilde en un establo terrenal. Pero el final... es un reino. Jesús vino a establecer el reino de Dios, a abrir los ojos de la gente al poder de Dios, a convertirlo en la realidad central de sus vidas. "Su reino nunca terminará".
El reino de Cristo es diferente; no acabará nunca. No hay rival para su autoridad. El verdadero Rey ha llegado.
«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, le dije: “¡Aquí estoy!” Isaías 65:1
"Venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo". Jesucristo es el Señor.
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