jueves, 23 de enero de 2025

La fuente de vida

 El Dios de las sorpresas

“Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal. Jesús le contestó: —¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?, Jn 11:39-40

Jesús se presentó a Marta como la fuente de vida y declaró su autoridad por encima de todo tipo de muerte. Marta creyó, pero más adelante expreso: "—Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.". La realidad es que muchas veces nosotros enfrentamos estas mismas dificultades y decimos esto “huele mal”. Es aquí donde nuestros compromisos se pueden alejar de la fe y su práctica. Hay contradicción entre dichos y hechos. Declaramos que Dios ya está en nuestro futuro y no hay desamparos, pero la enseñanza recibida sobre el Reino de Dios y la vida renovada no solo se encuentra en el futuro, sino ha comenzado en el pasado y también tiene un presente. La invasión del futuro se hace presente. Solo los ojos de la fe logran ver en Jesús de Nazaret la realidad de las promesas divinas. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Lo que queremos que Dios haga “algún día” él quiere hacerlo ahora. Nuestro desafío es abrirnos a lo que Dios quiere realizar no en el futuro lejano, sino ahora mismo. “—¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?”

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 22 de enero de 2025

¿Sufrimos esperas interminables? ¿Cuál es la agenda de nuestro Dios que no concuerda con la nuestra?

 Esperanza contra toda esperanza

“Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo: —Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.”, Jn 11:38-39

¿Es posible que Dios este lejos o ausente ante nuestra necesidad? ¿Sufrimos esperas interminables?  ¿Cuál es la agenda de nuestro Dios que no concuerda con la nuestra? “Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se arrodilló delante de él y le dijo: —Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.” Se escucha en nuestro contexto ¡Si Dios existiese, no podría admitir tanto dolor! ¿Cómo es posible seguir creyendo? Dios aparece ante nuestros ojos como negligente, como culpable de “omisión”. Dios no se justifica y tampoco nos reprocha nuestros desahogos y protestas. Simplemente nos dice “—¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?”, pero Dios no establece un plazo ni precisa el modo. El verbo creer y confiar implica un presente y el ver se refiere a un futuro. Entre estas dos instancias nos encontramos con la esperanza. Por lo general deseamos ver antes de creer. Queremos tener control, comprobar, verificar, examinar ahora, ya; y tal vez luego podremos creer en el poder de Dios.  Si la fe viene después no se puede hablar ya de fe y tampoco de esperanza. La esperanza no se sostiene si nuestro Dios está a tiempo y se da con celeridad o prontitud. La esperanza se sostiene cuando puede ser demasiado tarde, cuando ya no hay ninguna esperanza. "Cuando Dios le prometió a Abraham que tendría muchísimos descendientes, esto parecía imposible. Sin embargo, por su esperanza y confianza en Dios, Abraham llegó a ser el antepasado de gente de muchos países que también confían en Dios... Abraham nunca dejó de confiar en Dios. Y aunque sabía que su esposa Sara no podía tener hijos, nunca dudó de que Dios cumpliría su promesa. Al contrario, su confianza era cada vez más firme, y daba gracias a Dios”, Ro 4:18-21. Vivamos la esperanza contra toda esperanza.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox  

martes, 21 de enero de 2025

El llanto que riega y fertiliza el terreno de la esperanza

 Jesús se puso a llorar, Jn 11:35

Jesús nos dice “—Yo soy el que da la vida” y también “Yo soy el que no se avergüenza de llorar”. “Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión. Les preguntó: —¿Dónde sepultaron a Lázaro? Ellos le dijeron: —Ven Señor; aquí está. Jesús se puso a llorar”. Entre las frases “Yo soy la resurrección y la vida” y “Jesús se puso a llorar” no hay incompatibilidad. La fe sin lágrimas puede parecer una falta de sentimientos. Todo se debate en un área compleja y contradictoria de nuestra condición humana. El llanto no lo podemos evitar, pero riega y fertiliza el terreno de la esperanza. “A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto?”. En medio del dolor y el llanto confiamos en su palabra. “Oí una fuerte voz que salía del trono y decía: «¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida. Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos.”, Ap 21:3-7

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

lunes, 20 de enero de 2025

Seguimos creyendo en su amor y manifestación

 “Yo creo”

"Marta le respondió: —Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que debía venir al mundo.”, Jn 9:27

En esta vida podemos enfrentar tiempos de soledad y abandono. En la rotura, en la amargura más desagradable, en la falta de todo consuelo, seguimos creyendo en su amor y manifestación. Lázaro ha salido de la tumba porque alguien se atrevió a proclamar “Sí, Señor. Yo creo”. Lo que cuenta es que mi fe sea la de hoy. Lo esencial es que el perfume de mi fe sea más fuerte que todos los malos olores que apestan el aire. El “yo creo” es más fuerte del acostumbrado “vamos a ver”  “A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto?”. La resurrección es un hecho y Lázaro llamado de nuevo a la vida es un hecho. La resurrección de los muertos es un punto central de la fe y es algo que marca nuestra vida. La fe en la resurrección incide de manera determinante nuestra orientación y caminar. Nos dirige en nuestra existencia y en las opciones que tengo que realizar. ¿Qué es el evangelio? Es un mensaje en palabra y obra que transforma toda la existencia humana. “Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras. Lo vio Pedro y luego lo vieron los Doce. Más tarde, lo vieron más de quinientos de sus seguidores a la vez, la mayoría de los cuales todavía viven, aunque algunos ya han muerto. Luego lo vio Santiago, y después lo vieron todos los apóstoles. Por último, como si hubiera nacido en un tiempo que no me correspondía, también lo vi yo”, 1 Co 15:3-8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 19 de enero de 2025

Hay esperas que son interminables

 “Si crees, veras”

“Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir.”, Jn 11:23

Esto fue lo que le ocurrió a María y Marta ante la muerte de su hermano Lázaro. “Un día, Lázaro se enfermó y sus hermanas le mandaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu querido amigo Lázaro está enfermo.» … Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro. Sin embargo, cuando recibió la noticia de que Lázaro estaba enfermo, decidió quedarse dos días más en donde estaba… Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes. Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa. Entonces Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.”, Jn 11:2-21. Hay esperas que son interminables marcadas por una ausencia inexplicable donde se desgarra el corazón por esa lejanía. Existen vacíos terribles y situaciones que no salen como deseamos. Hay perdidas y a veces una detrás de otra. Son heridas que hacen gritar. Dios debe ser nuestro Dios antes de todo milagro. Él es reconocido en la oscuridad y no necesariamente cuando todo se ha despejado. Su verdad se acepta en la duda, en la incomprensión, lo absurdo, en la confusión y no cuando resplandece la plena evidencia. Su poder es admitido en la derrota más dolorosa y no en el momento del triunfo. La sorpresa, lo imprevisible, incluso lo imposible, se conceden exclusivamente a la fe, pero Dios no nos pide la fe como una recompensa. Sino como una condición necesaria para que él pueda actuar. Muchas veces deseamos que actúe rápidamente y entonces decimos que podemos confiar más, pero nuestro Dios también exige nuestra confianza cuando solo existe la desilusión de la espera interminable. Nos hace esperar más allá de todo plazo razonable, no acude a nuestras citas. "¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte?... Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó", Ro 8:35-37

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

sábado, 18 de enero de 2025

Los que no pueden hablar ¡cantarán de alegría!

 En constante avance

“El reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos.”, Mt 11:12

El profeta Isaías nos recuerda: “Y cuando él venga, abrirá los ojos de los ciegos y destapará los oídos de los sordos. El cojo saltará como un ciervo, y los que no pueden hablar ¡cantarán de alegría! Brotarán manantiales en el desierto y corrientes regarán la tierra baldía. El suelo reseco se convertirá en laguna y los manantiales de agua saciarán la tierra sedienta. Crecerán las hierbas de pantano, las cañas y los juncos donde antes vivían los chacales del desierto", Is 35:5-7. “Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: —Juan el Bautista nos envió a preguntarte si eres el Mesías, o si debemos esperar a otro. En ese momento, Jesús sanó a muchos que estaban enfermos y que sufrían mucho. También sanó a los que tenían espíritus malos, y a muchos ciegos les devolvió la vista. Luego les respondió a los dos hombres: —Vayan y díganle a Juan todo lo que ustedes han visto y oído: Ahora los ciegos pueden ver y los cojos caminan bien. Los leprosos quedan sanos, y los sordos ya pueden oír. Los que estaban muertos han vuelto a la vida, y a los pobres se les anuncia la buena noticia de salvación.» ¡Dios bendecirá a los que no me abandonan porque hago todo esto!”, Lucas 7:20-23, La vida de Jesús manifiesta la autoridad y el poder de Dios en acción. Su acción redentora se manifestó cuando expulsaba a los demonios, sanaba, liberaba a la gente de la opresión del diablo y llamaba a todos al arrepentimiento dando el perdón, Mc 1:14-45, 2:1-12. No había pasividad y tampoco resignación. Su muerte en la cruz, la resurrección y la venida del Espíritu Santo completaron su obra. La misión de Jesús es anunciar la buena noticia que Dios ha venido a derrotar el mal, salvar y bendecir a la gente de todos los pueblos y reinar sobre todas las naciones, Mt 12:28

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

viernes, 17 de enero de 2025

No se trata de magia

 Gente valiente y decidida

“Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él.”, Mt 11:12

Jesús coloca su enfoque en el Reino de Dios y nos ayuda a pensar en este orden donde la oración extiende su Reino. Es interceder por la nación y las naciones. No se trata de magia o de manipular a Dios con una determinada técnica. Sencillamente es pedirle a Dios: “¡Venga tu Reino! Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo”. La sanidad de Dios, hacer el bien y buscar una transformación es señal de que el Reino ha llegado en Jesús, Hch 10:38. En la oración le pedimos a Dios que extienda su mano para sanar, marca un nuevo presente anhelado, forman el futuro y nos da valor, Hch 4:29-30, Ef 6:18-20. Buscar la bendición de todas las etnias y de la nación implica tomar riesgos cuando enfrentamos el mal. Dios tiene como propósito bendecir a todas las naciones, derrotar el mal por medio del Reino de Dios y ser reconocido recibiendo la gloria. Jesús nos dice: "Si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes”, Lc 11:20-22.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 16 de enero de 2025

Abierto y disponible ante las necesidades

 Valoración y aprecio

“Jesús le dijo: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: —Maestro, haz que pueda yo ver de nuevo”, Mc 10:51

Jesús pregunta y marca su valorización por la persona. En este caso le pregunta al ciego Bartimeo: ¿Qué quieres que haga por ti? Marca su sencillez, está abierto y disponible ante las necesidades del otro. La respuesta del ciego fue "quiero ver" y no una imposición de Jesús. La sanidad del ciego fue un milagro y decide seguir al Señor. ¿Cómo responde nuestra tradición o trasfondo teológico a la solución de los Bartimeos?  Algunos harían imposición de manos, oración y pedirán sanidad. Otros, resolver su situación económica, enseñarle a leer en Braille, conseguir un perro guía, buscarle empleo, concientizar por su condición de explotado. Otros responderían con amor, aprecio, perdón, aceptación. Otros rápidamente le dirían que acepte a Jesús como su Señor y Salvador. Con énfasis tan variados el ciego conocería un aspecto de Cristo o bien lo conocería de una determinada manera. Pero faltaría algo: responder a la manera de Jesús. Jesús apeló a la relación, comunión, solidaridad y cooperación. Se mostró abierto al interesarse por el otro. Nos causa cierta inestabilidad e incomodidad hacer preguntas que pueden alterar nuestro orden. Corremos el peligro o riesgo que Bartimeo nos pida algo que no está en nuestra agenda o aún más, algo que no queremos dar o hacer. Jesús nos enseña que la comunión, cooperación y solidaridad es compartir la vida, una experiencia común; privilegios y realidades, fortalezas y debilidades; compartir por medio del dar o donar. Lo que se comparte primero en el contexto de la comunidad es la fe. Lo que sale de la comunión de la fe es la comunión o koinonía de la obra. El compartir la fe viene primero y define la cooperación práctica, pero la fe común debe tener una salida a la participación práctica y esta participación en la práctica tiene consecuencias concretas. Sencillamente es dar valor al otro. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 15 de enero de 2025

Dejar algo

  Abrirse camino

“El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús”, Mc 10:50 

El ciego Bartimeo consiguió abrirse camino hacia Jesús. El seguimiento necesariamente implica dejar algo. Lanzó el manto al viento y pasó de la orilla al centro de la escena para encontrarse con Jesús. Junto al manto es probable que Bartimeo haya arrojado las monedas que había recogido aquel día. Su grito le dio salvación "—Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”. Bartimeo sintió que la salvación le pasaba cerca y no dejó pasar esta oportunidad. “Recuerden lo que dice «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón”, He 3:15. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

martes, 14 de enero de 2025

Entrar en escena en el momento no señalado

 La confianza y autogestión saludable

“La gente comenzó a reprender al ciego para que se callara, pero él gritaba con más fuerza todavía: —Señor, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame! Entonces Jesús se detuvo y dijo: —Llámenlo. La gente llamó al ciego y le dijo: —¡No tengas miedo! Ven, que Jesús te llama. El ciego tiró su manto, y de un salto se puso de pie y se acercó a Jesús, …”, Mc 10:48-50

En el seguimiento de Jesús una y otra vez se nos llama a tener fe y mirar hacia adelante. Implica la autogestión, confianza y dependencia de Dios. El orden establecido según nuestras capacidades nos puede decir que podemos hacer y que no podemos hacer. Bartimeo decide rechazar el rol que la multitud le quiere imponer. No acepta quedarse ciego, mendigo y callado. Rechaza esa condición y entra en escena en el momento no señalado. Decide ir a Jesús como su principal recurso. Rompe el molde, no acepta papeles impuestos. Está en juego quién es Jesús y quién puede ser para él. Seguir a Jesús es aprender a dejar algo: una barca, un manto, una forma de pensar y actuar. Bartimeo dejó todo, arrojó su capa, dio un salto, no espero, se abrió camino, no se conformó con el lugar que le habían dado y se acercó a Jesús. Seguramente pensó: soy ciego, pero no me voy a quedar así. Comienza a sanarse en el instante mismo que decide ir al encuentro con Jesús. El milagro es romper con los estándares y barreras que nos pone la gente o que muchas veces nos colocamos nosotros mismos. Finalmente debemos tratar de entender cuál es nuestra verdadera necesidad. Tal vez en este tiempo el Señor está trabajando en el proceso de nuestra vida, la iglesia y la nación y nos está preguntando: ¿Sabes cuál es tu verdadera necesidad? “Porque lo que yo doy es de mucho valor, como el oro que se refina en el fuego. Si no quieres pasar la vergüenza de estar desnudo, acepta la ropa blanca que yo te doy, para que te cubras con ella, y las gotas medicinales para tus ojos. Sólo así podrás ver", Ap 3:17-22

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 13 de enero de 2025

Marginado del aprecio y estima de los demás

 Un clamor que es atendido

“—Jesús, tú que eres el Mesías, ¡ten compasión de mí y ayúdame!”, Mc 10:47

El evangelio de Marcos le da valor al protagonista del pasaje indicando su nombre. No es un ciego y mendigo sin nombre. Esto es muy significativo. Bartimeo es una persona marginada y se le considera pecador. Está marginado socialmente y expulsado del mercado en términos económicos. Marginado del aprecio y estima de los demás por su ceguera. Tiene que estar mendigando y se siente solo. Ante el clamor de Bartimeo, Jesús se detiene, lo manda llamar y después se muestra abierto a su necesidad. Todas estas acciones valorizan a la persona y no a un método, a una ideología o doctrina. "Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido. »Nadie le da a su hijo una piedra, si él le pide pan. Ni le da una serpiente, si le pide un pescado. »Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan. »Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia”, Mt 7:7-12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox