“Si crees, veras”
“Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir.”, Jn 11:23Esto fue lo que le ocurrió a María y Marta ante la muerte de su hermano Lázaro. “Un día, Lázaro se enfermó y sus hermanas le mandaron este mensaje a Jesús: «Señor, tu querido amigo Lázaro está enfermo.» … Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro. Sin embargo, cuando recibió la noticia de que Lázaro estaba enfermo, decidió quedarse dos días más en donde estaba… Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes. Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa. Entonces Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.”, Jn 11:2-21. Hay esperas que son interminables marcadas por una ausencia inexplicable donde se desgarra el corazón por esa lejanía. Existen vacíos terribles y situaciones que no salen como deseamos. Hay perdidas y a veces una detrás de otra. Son heridas que hacen gritar. Dios debe ser nuestro Dios antes de todo milagro. Él es reconocido en la oscuridad y no necesariamente cuando todo se ha despejado. Su verdad se acepta en la duda, en la incomprensión, lo absurdo, en la confusión y no cuando resplandece la plena evidencia. Su poder es admitido en la derrota más dolorosa y no en el momento del triunfo. La sorpresa, lo imprevisible, incluso lo imposible, se conceden exclusivamente a la fe, pero Dios no nos pide la fe como una recompensa. Sino como una condición necesaria para que él pueda actuar. Muchas veces deseamos que actúe rápidamente y entonces decimos que podemos confiar más, pero nuestro Dios también exige nuestra confianza cuando solo existe la desilusión de la espera interminable. Nos hace esperar más allá de todo plazo razonable, no acude a nuestras citas. "¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte?... Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó", Ro 8:35-37
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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