jueves, 4 de abril de 2024

El invitado principal

 Encuentro con Dios

"Si un vestido viejo se rompe, ... ", Mc 2:21

Somos llamados a celebrar una fiesta porque el invitado principal es Cristo. Es el encuentro con el Señor y sería bueno dejar de lado los cantos de lamentación. Jesucristo es una novedad gozosa y nos anima a ponernos un traje o vestido nuevo. El Señor no quiere que sigamos remendando lo viejo, tapando agujeros. "Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!", " Co 5:17 "Les daré integridad de corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Les quitaré su terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo", Ez 11:19 "Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros. El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos», Jn 13:34-35

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

miércoles, 3 de abril de 2024

Transformación

 Retoques y cosmética

"Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva ...", Mc 2:21 

La conversión es un cambio de corazón. Es transformación profunda, no operación de cirugía estética. Es cambio de mentalidad, no de fórmulas. Es algo ridículo colocar un vestido juvenil en alguien muy viejo. Seguirá siendo viejo. Se habla de prudencia, equilibrio y tradición que en otras palabras para algunos es aferrarse al propio esquema, tener poder, control y no querer renovarse. Jesús no podía entrar en el esquema de los maestros de la ley. Ellos pensarían en retoques y con eso basta. Jesús no es una pieza nueva para colocarla en un vestido viejo. No debemos confundir ajuste con transformación.  "Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad. Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. «Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol ni den cabida al diablo. El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados. Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. No agravien al Espíritu Santo de Dios con el que fueron sellados para el día de la redención. Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo", Ef. 4:22-32

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 2 de abril de 2024

Tiempos nuevos

 Un vestido nuevo y un recipiente inédito

"Si un vestido viejo se rompe, nadie le pone un parche de tela nueva; porque al lavarse el vestido, la tela nueva se encoge y el hueco se hace más grande. » Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Así el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos", Mc 2:21-22

Jesús inaugura la época del gozo y nos hace entrar en los tiempos nuevos, de los cuales el vino es el símbolo más evidente. Cuando Jesús nos toca, se viste el traje nuevo. Jesucristo nos indica que la novedad es él. Una novedad contundente, incompatible con lo viejo. El remiendo al mojarse se contrae y el vestido viejo termina por rasgarse más. Daño y ridículo. También hay recipientes de cuero viejo que están desgastados, muy usados, que no están en condiciones de soportar el ímpetu y la efervescencia del vino nuevo. "No se puede adoptar lo nuevo para remendar lo antiguo o para dejarlo caer en formas del pasado". No se pueden aceptar las cosas nuevas sino haciéndonos nuevos. Hay estructuras inadecuadas para contener y expresar el mensaje de Jesús. El tiempo de la salvación se resuelve en una experiencia de novedad. La novedad es Jesucristo qué implica una mentalidad nueva. Aquí está la necesidad de la conversión. Dios se ha abierto en un nuevo camino hacia todos nosotros por lo tanto es inútil encontrarlo en lo viejo. La reforma de la iglesia no puede reducirse a una operación de cosmética. El discípulo de Jesucristo no es el que acepta lo nuevo en pequeñas dosis. Es uno que se hace nuevo. Una persona nueva. "Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia", Col 3:12

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 1 de abril de 2024

Discernir

 Tiempos

"Jesús les respondió: —Los invitados a una fiesta de bodas no ayunan mientras el novio está con ellos; pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces los invitados ayunarán", Mc 2:19

La palabra de Dios nos anima a saber discernir los tiempos en los cuales vivimos. Discernir es un término que se usa comúnmente en la Biblia para describir la habilidad de entender y distinguir entre el bien y el mal, la verdad y la mentira, y lo correcto y lo incorrecto. Discernir implica una sabiduría profunda y una comprensión espiritual que nos permite tomar decisiones informadas y justas. “Jesús le dijo a la gente: «Cuando ustedes miran hacia el oeste, y ven una nube en el cielo, dicen: “¡Va a llover!”; y en verdad llueve. Y si ven que sopla viento desde el sur, dicen: “¡Va a hacer calor!”; y así pasa. ¿A quién tratan de engañar? A ustedes les basta mirar el aspecto del cielo y de la tierra para saber si el tiempo será bueno o malo. ¡Pero miran lo que yo hago, y no son capaces de entender que son señales de Dios!", Lc 12:54-56. La acusación de Cristo contra todos aquellos que no celebran la vida, la libertad y el amor es la de no discernir los tiempos. Jesús en nuestro tiempo se hace nuevamente presente por medio del Espíritu Santo. Él es nuestra esperanza en este tiempo y estamos animados a caminar en Fe. Muchas veces lloramos por lo que no tenemos, determinadas ausencias y Dios nos llama la atención para celebrar su presencia. Vivimos también un tiempo de lucha espiritual y somos conscientes de esto, pero también Dios nos llama a proclamar y celebrar su victoria final. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 31 de marzo de 2024

“No llores, no tengas miedo” ¡Cristo ha resucitado!

El poder de la resurrección en el Pueblo de Dios, Jn 20:1-18

“No llores, no tengas miedo” ¡Cristo ha resucitado!, Mt 28:5. La resurrección de Jesucristo nos da suficientes motivos, razones y certezas para confiar y seguir a Jesús. La escritura nos dice que “el primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro…”, Jn 20:1. Aparentemente el propósito que tenían las mujeres de ir al sepulcro era llevar especies aromáticas, Mc 16:1, Lc 24:1. Quizás no sabían el trabajo realizado por Nicodemo y José de Arimatea, Jn 19:38-42. Para sorpresa de María Magdalena habían quitado la piedra que cubría la entrada. La piedra era muy grande, Mc 16:4. Ella se fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo. Les dijo: ¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!, Jn 20:2. Ambos discípulos fueron corriendo al sepulcro. Al entrar, Pedro vio las vendas y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús. El sudario aparece prolijamente enrollado en un lugar aparte. No se trataba de un robo humano. El otro discípulo que llegó primero y entro después “Vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar”, Jn 20:8-9. Nosotros como ellos también nos encontramos en un proceso de entender la escritura y poder progresar. Sin entender todo, se nos llama a creer y avanzar. La única manera de conocer a Jesús es caminar con él. En medio del camino las dudas son aclaradas y viene la certeza. María Magdalena se quedó llorando junto al sepulcro, Jn 20:10-11 y busca a Jesús como alguien que está muerto, Lc 24:5. Somos tentados a pensar que la resurrección de Jesucristo no puede ayudarnos en nuestras luchas, dudas y temores. Jesús nos invita a cambiar nuestro criterio y manera de entender las cosas. Jesús ya resucitado se le aparece a María Magdalena y la cuestiono ¿Por qué lloras? Quiere que veamos su presencia en medio de toda circunstancia. Ella solo podía ver al que cuidaba el huerto, Jn 20:15; y no se dio cuenta que era el Señor resucitado. A nosotros nos puede pasar lo mismo. Como seguidores de Jesús somos llamados a tener amplitud y no quedarnos con respuestas cerradas. Jesús no dejo sola a María Magdalena y la llama por su nombre. Ninguna situación está fuera del control de Dios y es su voz inconfundible la que nos hace recapacitar, tener esperanza y reconocer su presencia, Jn 10:3-4,16. Ella y las otras mujeres le abrazaron los pies y lo adoraron, Mt 28:9; pero su mandamiento fue de animar a los hermanos, salir al mundo y no privatizar la misión. No podemos detener a Jesús sino soltarlo y estar en su seguimiento. Demos a conocer esta noticia ¡He visto al Señor!, Jn 20:18; y que la resurrección del Señor este comprobada por la actividad y práctica de la Iglesia que se proyecta en la tarea inconclusa. No busquemos solo a Jesús para nosotros mismos sino para unirnos a su misión. Salgamos con una misión de amor compartiendo todo el evangelio con toda la humanidad

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox


Un nuevo amanecer

 ¡He visto al Señor!, Jn 20:18


"Permítanme recordarles, hermanos, el evangelio que les prediqué antes. Ustedes lo aceptaron entonces, y perseveran en él. Es por medio de este mensaje como ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente. Si no, todo fue en vano. Lo primero que hice fue transmitirles lo que me enseñaron: que Cristo murió por nuestros pecados, de acuerdo con las Escrituras; que fue sepultado y que al tercer día se levantó de la tumba, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y, más tarde, a los doce. Después se apareció a más de quinientos cristianos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto ya. Luego se le apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles. Y, por último, como a uno que había nacido fuera de tiempo, se me apareció a mí.” 1 Cor 15: 1-8

"La Pascua muestra que puedes poner la verdad en una tumba, pero no se quedará allí". La resurrección de Jesucristo nos da suficientes motivos, razones y certezas para confiar y seguir a Jesús. Ante el mal que nos desgarra, tenemos la fortaleza que nos levanta. Ante la adversidad que nos desconcierta, tenemos la fuerza que es superior. Ante el mal que nos aflige, tenemos la esperanza que nos revive. En medio de cualquier oscuridad, decepción o frustración debemos recordar una vez más que hay un nuevo día y amanecer. La luz triunfa sobre las tinieblas, la vida sobre la muerte, la justicia sobre la injusticia, la verdad sobre la mentira y el amor sobre el odio. Respira la esperanza y lucha contra la muerte. Demos a conocer esta noticia. ¡He visto al Señor!, Jn 20:18

Carlos Scott

Foto
Gilbert Lennox Photography



sábado, 30 de marzo de 2024

Fiesta

 Alegría 

"Jesús les respondió: —Los invitados a una fiesta de bodas no ayunan mientras el novio está con ellos; pero llegará el momento en que se lleven al novio, y entonces los invitados ayunarán.”, Mc 2:19-20

El encuentro con Cristo es presentado como una fiesta de bodas. Es quitarnos el traje de luto, la máscara de la tristeza, los cantos de lamentación. La palabra de Dios nos anima a quitarnos el ropaje viejo y vestirnos con lo nuevo, Ef 4:22-32. No sirve remendar un vestido viejo con un parche de tela nuevo. Sería grotesco tapar los agujeros más llamativos con pedazos de aparente novedad poco creíbles. Seguir a Jesucristo es vivir de tal manera que te de ganas de bailar porque nos encontramos con un Dios que nos seduce y no que amenaza. No se trata de ser aburrido, pedante y pesado, sino estar abierto a la alegría del camino que es novedad, aventura y celebración. La fiesta y celebración es también encontrar una comunidad que sea lugar de misericordia y de humanidad. No un lugar donde el énfasis está en los decretos, observancias, códigos, sino un lugar donde se disfruta el “Espíritu del Dios vivo”. Una comunidad donde el énfasis no está en el funcionamiento, la organización, el rendimiento, la aceleración, sino una comunidad que promueve la vida y la favorece de un modo concreto en la relación, el apego, la proximidad y equidad. Hablamos de una comunidad donde el amor es la ley fundamental de la existencia. “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.  Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto”, Col 3:12-14

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

jueves, 28 de marzo de 2024

Esperanza

 Un vino nuevo

"Una vez, los discípulos de Juan el Bautista y los discípulos de los fariseos estaban ayunando. Algunas personas fueron a donde estaba Jesús y le preguntaron:  —¿Por qué tus discípulos no ayunan? Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos sí lo hacen. Jesús les respondió: ...» Si un vestido viejo se rompe, nadie le pone un parche de tela nueva; porque al lavarse el vestido, la tela nueva se encoge y el hueco se hace más grande.» Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Así el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos.", Mc 2:18-22

Algunas personas le piden a Jesús que sus discípulos mantengan la tradición y se ajusten al reglamento. Jesús anuncia la alegría, la esperanza y el amor en el terreno de la vida. Nos llama a entrar en los tiempos nuevos, de los cuales el vino es el símbolo más evidente, hay fiesta y celebración. Los recipientes de cuero viejo están desgastados y muy usados y no pueden soportar el ímpetu y la efervescencia del vino nuevo. Una nueva generación necesita formas nuevas y una reforma no puede reducirse a una operación de cosmética. Dios nos llama a colocarnos una ropa nueva y no usar remiendos. Implica un nuevo corazón, es conversión, transformación profunda. Los religiosos de la época de Jesús solo aceptaban un simple retoque que no les quite el poder y el control, pero Jesús no es un parche de tela nueva para ser puesta en un vestido viejo. En este tiempo se nos llama a dar un salto de fe y buscar una transformación profunda porque "Ciertamente se acerca la hora—dice el Señor Soberano— cuando enviaré hambre a la tierra; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor", Am 8:11

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 26 de marzo de 2024

Escándalo

 Reproches

"Una vez, los discípulos de Juan el Bautista y los discípulos de los fariseos estaban ayunando. Algunas personas fueron a donde estaba Jesús y le preguntaron: —¿Por qué tus discípulos no ayunan? Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos sí lo hacen", Mc 2:18

Nos encontramos con un relato donde es cuestionada la autoridad de Jesús y el comportamiento de sus seguidores es lo que causa el escándalo. A mucha gente le cuesta entender que la presencia de Jesús representa un tiempo de alegría para su pueblo. Lo contrario representa la piedad mal entendida que suele generar un espacio sofocante con las respectivas prescripciones legales. Jesús se mueve en el terreno de la vida, del gozo y el amor. En vez de salir al encuentro con Dios con nuestros propios méritos, se nos llama a un espacio de Gracia para recibir el amor del Señor, celebrarlo y compartirlo con otros. "Dios es amor". 1 Jn, 1:8

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

lunes, 25 de marzo de 2024

Dios no es un premio para los justos

 El premio

"Jesús los oyó y les contestó: —Los que necesitan al médico son los enfermos, no los sanos. Y yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos", Mc 2:17

Los que se consideran muy justos suelen observar desde fuera y no suelen mezclarse con la atmósfera de algunas mesas. Suelen ver las cosas a la distancia, permanecen en sus puestos, encerrados en su mundo, estructura o sistema. Son prisioneros de sus perspectivas y se encuentran bloqueados en sus propios puntos de vista. Para estar en el seguimiento de Jesús y entender, hay que salir fuera, esto es, entrar en el mundo de los demás. Es cambiar la perspectiva y ver las cosas con los ojos de Jesús. Podemos formar parte cuando estamos dispuestos a comprometernos, cuando no hay temor al contagio y estamos decididos a no vivir separados de la realidad. Jesús nos encuentra ahí donde estamos, no se excluye, no toma distancia y comparte la condición humana. Para sentarse a la mesa con Cristo hay que dejar el propio puesto, el propio papel, abandonar el propio punto privilegiado de observación. Únicamente mezclados con los demás invitados, comenzaremos a entender algo. Para cualquier persona, incluso los justos es posible la conversión. "Uno que sabe" puede ser siempre admitido a ser "uno que aprende". Dejemos la "secta de los separados", para ponernos a la mesa con los demás. Dios no es un premio para los justos. El pecador que está perdido parece ser un premio para Dios.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

Oramos por Daniel, Marta e Iker y el País Vasco

 


Abrir los ojos

  Caminar y ser abiertos “Seis días después, Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a Juan hasta un cerro alto, para estar solos. Frente a ellos,...