martes, 14 de noviembre de 2023

Sin resolver

 También nos puede pasar

¿Qué vamos a decir cuando la gente se dé cuenta de que tú has venido?, Hch 21:22 

Cuando Pablo y sus compañeros llegaron a Jerusalén fueron muy bien recibidos por parte de la comunidad. Después se entrevistaron con Jacobo y los ancianos de la iglesia y pudieron compartir lo que Dios había hecho por medio de ellos. Seguidamente Jacobo y los ancianos le comparten que muchos judíos en Jerusalén creyeron en Jesús y siguen la ley, pero que desconfían de Pablo porque les enseña a otros judíos que no es necesario obedecer la ley de Moisés. Los líderes de la iglesia están preocupados que esta situación pueda ser mal interpretada. Jacobo y los ancianos comparten los rumores que circulan en relación con Pablo, pero no hacen gran cosa para hablar a su favor o bien acompañarlos al templo en la ceremonia de la purificación que le han aconsejado hacer. Tristemente vemos como se va perdiendo la comunión, la relación, el compañerismo y solidaridad que se ve en los comienzos de la iglesia. A nosotros también nos puede pasar o bien nos acontece en nuestro presente. A veces se puede escuchar que tal o cual persona habla de tal otra en forma negativa, pero no se hace el trabajo de confrontar la situación y resolverla como corresponde. Cuando no se hace nada y se deja correr el rumor nos volvemos parte del problema. Cuando no se resuelven determinadas situaciones se corre el peligro de ser chismosos. Lamentablemente la iglesia en Jerusalén dejo pasar una oportunidad para que la comunidad siga creciendo en madurez espiritual. En el libro de los Hechos a partir de aquí la iglesia en Jerusalén desparece de la escena. La falta de integridad para enfrentar diferentes situaciones tiene un poder profundamente corrosivo en la vida de la iglesia. “Así que dejemos de juzgarnos unos a otros. Por el contrario, propónganse vivir de tal manera que no causen tropiezo ni caída a otro creyente”, Ro 14:13 “Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros”, Ga 5:13-15. 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

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