Atrevernos a decir “Si, quiero”
” Jesús tuvo compasión del enfermo, extendió la mano, lo tocó y le dijo: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano!”, Mc 1:41
La lógica de la “estructura” y el “campamento” algunas veces deja afuera lo que Dios considera su enfoque de amor. El campamento, sistema, rendimiento, decretos y obediencia debida suele defender sus propios límites y observaciones. Cuando podemos mirar con el corazón de Jesús nos damos cuenta de que todavía hay algunos “leprosos” que mantenemos a distancia. Pueden ser personas que nos causan disgusto e indiferencia y es ahí donde tratamos de refugiarnos en las normas de seguridad sugeridas por el prejuicio. El “leproso” algunas veces suele estar muy cerca y es necesario derribar el muro infranqueable del rechazo. Implica decir “quiero”, porque la sanidad de la soledad, el anonimato, la falta de amor y desesperación viene cuando estamos dispuestos a cruzar todo tipo de fronteras. ”Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben”, Ro 12:15-16
Carlos Scott
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