viernes, 6 de enero de 2023

Abramos las ventanas

 Los intocables

“Un hombre que tenía la piel enferma se acercó a Jesús, se arrodilló ante él”, Mc 1:40
Jesús tocó al que era considerado intocable, marginado y sospechoso. El grito de este ser humano impuesto por los demás era: ¡Soy impuro! Jesús nos desafía a tener gestos concretos para acercarnos a toda persona y que nadie quede excluido. Jesús sufrió fuera de la ciudad, fuera del campamento y entregó su vida para salvarnos y sanarnos, Heb 13:12-13. Ahora nos espera afuera para salir a su encuentro con todos aquellos que nos necesitan. La salvación acampa en un espacio abierto y no puede quedar limitada por confines demasiado estrechos. El enfermo y leproso sanado es devuelto a la sociedad y se hace mensajero para que todos salgamos a campo abierto. Es un mensaje para recordarnos que no debemos establecer las fronteras del rechazo y del elemento extraño que perturba. Se nos llama a vivir el amor expresado en el diálogo y la paciencia. Quedarnos siempre adentro o en el "campamento" nos impide escuchar la voz de los que están afuera. La voluntad de Dios no es la indiferencia, el distanciamiento, la exclusión y la condena. Es saber superar nuestros propios prejuicios y dejar un poco de lado los reglamentos, permisos y decretos. No mantengamos a distancia a los que se les considera los intocables para proteger la estructura y las normas de seguridad. Abramos las ventanas para darnos cuenta de que afuera nos espera Jesús para respirar un aire de esperanza que necesita toda la humanidad. "—Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra. Luego, volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el suelo. Al escuchar a Jesús, todos empezaron a irse, comenzando por los más viejos, hasta que Jesús se quedó solo con la mujer. Entonces Jesús se puso de pie y le dijo: —Mujer, los que te trajeron se han ido. ¡Nadie te ha condenado! Ella le respondió: —Así es, Señor. Nadie me ha condenado. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar”, Jn 8:8-11
Carlos Scott
Foto de Gilbert Lennox

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