“La interioridad”
“Luego Jesús llamó a la gente y dijo: «Escúchenme todos, y entiendan bien: La comida que entra por su boca no los hace impuros delante de Dios. Lo que los hace impuros son los insultos y malas palabras que salen de su boca», Mc 7:14-16.
El lavarse las manos que ha dado origen a una polémica nos coloca en la categoría de lo puro y lo impuro. Se suele calificar como impuro aquello que está lejos de la santidad de Dios. Una forma de purificación consistía en lavarse las manos antes de las comidas que mucho tiempo atrás era solo para los sacerdotes y aquellas personas dedicadas al culto. Había también animales declarados inmundos y que no se podían comer. La impureza se refería incluso a determinados alimentos. Este comportamiento inspirado en el sistema de lo puro e impuro está guiado por prohibiciones y preceptos rituales. Su preocupación dominante es la de dar honor en el culto a Dios. Jesús plantea un enfoque diferente y está centrado en la interioridad, en el corazón, en amar, dar, compartir y no en la superficialidad. Jesús nos muestra otro camino y es impedir la violencia, la agresión, la injusticia, el abuso, el egoísmo. Su preocupación dominante es el prójimo. El sistema de "impureza ritual" ligado al culto puede sofocar la espiritualidad que busca Jesús en su pueblo. El Señor nos vuelve a decir: “De nada sirve que ustedes me alaben, pues inventan reglas y luego las enseñan diciendo que yo las ordené.” » Ustedes desobedecen los mandamientos de Dios para poder seguir enseñanzas humanas.”, Mc 7:7-8 “Dios mío, mira en el fondo de mi corazón, y pon a prueba mis pensamientos. Dime si mi conducta no te agrada, y enséñame a vivir como quieres que yo viva”, Salmos 139:23-24
Carlos Scott
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