EXAMEN DE NUESTRA PROFUNDIDAD
"Su fe y sus obras actuaban conjuntamente,...", Stg. 2:22
Cuando somos probados estamos como expuestos a la intemperie, a lo provisional, a la dificultad e incomodidad, pero es ahí donde debemos recordar la esperanza que tenía Abraham que bien puede ser la nuestra: "Lo que te prometí se cumplirá."
Las circunstancias adversas se pueden convertir en la prueba de nuestra fidelidad y el examen de nuestra profundidad. Él está interesado en nuestras vidas y quiere ver como reaccionamos.
Abraham tuvo que pasar por diferentes pruebas. Primero fue su llamado: “Vete a la tierra que te mostrare”, Gn 12:1-3. En segundo lugar, separarse de Lot que fue su compañero de fe, Gn 13:1-18 y en tercer lugar, rendir sus propios planes a Dios confiando que también Ismael sería bendecido, Gn 21:8-20.
Lo esencial e indispensable se reduce a un encuentro con Dios. Él nos libera de la aridez, nos salva de la esterilidad y nosotros podemos volver a la vida porque su presencia es lo único necesario.
Podemos caminar en fe, sin entenderlo todo, pero sabiendo que Dios está presente.
¿Cómo reaccionamos cuando estamos en medio de una prueba? ¿Cuáles son nuestros sentimientos? ¿Qué deberíamos tener en cuenta?
Carlos Scott
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