sábado, 23 de febrero de 2019

Recibir

- Cuando hablamos de la comunidad o iglesia local estamos hablando de aceptar a otros, recibir, perdonar y amar. La salud de una comunidad se revela en como recibimos a otros, el dar oportunidades, amar, buscar el bien del otro, preguntar, escuchar, aceptar, perdonar, servir. Una comunidad abierta es la que recibe a la gente, le permite participar y no la excluye. Una comunidad sana se caracteriza por dar oportunidades para todos. *“Maestro -dijo Juan-, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. – No se lo impidan – replicó Jesús – Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí” Mr. 9:38-39. A Juan y a los discípulos les preocupa la competencia, el prestigio y el poder. Ensimismados tratan de excluir a otros. Juan revela el motivo de su queja: porque no nos siguen, "no son de los nuestros". En otras palabras: No hace las mismas cosas que nosotros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a nuestro séquito, a nuestra pauta cultural, a nuestros parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente "No nos pidieron permiso para hacer esto". La posición de responsabilidad o mal llamada “poder” cuando es vista como privilegio para abusar de ella y no como don para el servicio, siempre es excluyente. Los discípulos no han entendido el modelo de Recibir y prefieren Excluir. El resultado de esto en las iglesias y en los movimientos misioneros es el sectarismo. *Jesús responde explicando la intención que tenemos que tener dentro del reino: Recibir, dar oportunidades, hacer participar, no celar, no competir. Jesús acepta a una persona fuera del grupo. No indaga acerca de su doctrina, ni tampoco sobre sus motivaciones. Jesús les dijo: “El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.” Mr. 9:40-41. El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas. Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Una teología muy amplia y abarcativa. Nadie tiene el monopolio en la misión.

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