martes, 12 de febrero de 2019

Comunidad

La comunidad del Reino de Dios o la iglesia es un lugar para la comunión, colaboración, cooperación. Todos estamos llamados a colaborar. La colaboración y cooperación encuentra su fuente en la comunión de unos con otros. Es cuando existe un amor mutuo, porque los miembros se sienten llamados a caminar juntos, compartir la vida en el llamado de Dios. Es transformar la sociedad local hasta lo último de la tierra con los valores del Reino de Dios. La colaboración sin la comunión puede ser algo penoso y pesado porque le faltaría el principal ingrediente que es la experiencia común del amor. La comunión y cooperación es el reconocimiento que somos un solo cuerpo, un solo pueblo llamado por Dios a ser fuente de amor y de paz. Es una experiencia de apertura y confianza. Es un don del Espíritu Santo. La comunidad del Reino de Dios es ante todo un lugar de comunión. Se debe dar lugar a la relación porque tenemos una fe trinitaria, una fe relacional, una fe comunitaria. Lo primero que compartimos es la fe y de ahí sale la colaboración práctica y cooperación de la obra. Cuando una comunidad es solo un lugar de trabajo, está en peligro. Se pierde el sabor, la esencia, el gusto y la alegría. Dios quiere que celebremos el encuentro, la vida, la relación unos con otros que despierta esta conciencia de comunión.


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