domingo, 14 de junio de 2020

Mientras tanto,... una fe trinitaria, Jn 17:20-22

Mientras tanto,... una fe trinitaria, Jn 17:20-22 Tenemos una fe trinitaria que es una fe relacional. Dios en tres personas, pero siempre uno. Su oración es que seamos uno y alcancemos la perfección en la unidad para que el mundo crea, Jn 17:20-21. Como comunidad trinitaria somos desafiados a vivir compenetrados unos con otros. Para describir la trinidad algunos usan la palabra perijóresis o perichóresis que fue tomado o fijado por primera vez en la iglesia antigua por los Padres Capadocios. Se trata de un término griego que está construido por dos palabras: una es peri (alrededor) y la otra choreo (danzar). Es bailar juntos danzando en círculo o alrededor. Significa “intercambiar lugares”, “danzar en torno”. Una danza de vida y amor. Cada persona de la trinidad provee espacio para las otros dos. Esta fabricación de espacio está asociada con el vaciamiento de uno mismo, Fil 2:6. Hay comunión y comunicación total, donde cada persona existe solamente en la medida que camina y avanza hacia la otra, ocupando su lugar y habitando en ella. La trinidad es una danza divina de tres personas que se aman unas a las otras y se reciben plenamente, en donde cada una de ellas se vuelve “una” con las otras. La permanencia y la morada de una de las tres Personas en la otra significa que son inseparables, que no han de separarse. Hay una compenetración. Cada persona está en el otro y viceversa, sin mezcla, fusión o confusión. Se mantiene la personalidad, sin caer en el individualismo. Hay unidad con distinción, distinción sin mezcla, y unidad sin separación. Esta fe y amor trinitario es mutuamente sacrificial donde cada persona renuncia a sí misma para encontrarse realizándose en las otras. El texto de Juan 17 presenta el modelo de la unidad sobre la base del amor trinitario. El Señor ruega al Padre “que sean uno, así como nosotros somos uno”, Jn 17:22 y abre una nueva perspectiva a nuestra mente, donde sugiere que seamos semejantes a la unión entre las Personas divinas de la trinidad. Sugiere la unidad en la verdad y el amor. Se nos llama a ser una comunidad trinitaria que es abierta e invita. Nos desafía a cerrar las grietas en la iglesia y en la sociedad. ¿Cómo podemos bailar juntos, alrededor, en la danza de la vida y el amor? ¿Cómo aprendemos los pasos de esta danza? Carlos Scott

jueves, 11 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... les enseñare todas las cosas, Jn 14:26

Después de Pentecostés,... les enseñare todas las cosas, Jn 14:26 Nos preguntamos cómo iglesia: ¿Cuáles serán los nuevos desafíos que tendremos en los próximos años? La iglesia de Antioquía jugó un papel importantísimo en la vida de la iglesia universal y nos muestra un ministerio compartido y no individual. Había cinco líderes destacados que trabajaban como un equipo. Formaban un liderazgo espiritual con diferentes trasfondos. Era un liderazgo internacional e intercultural. Encarnaban un compañerismo que servía de modelo a la congregación. Eran siervos líderes y celebraban juntos el culto al Señor. Somos llamados a vivir una fe trinitaria, una fe relacional; una vida de relación con Dios y con nuestro prójimo. Si queremos que la gente venga al conocimiento de Jesucristo, la iglesia en nuestros días debe avanzar en la unidad, el amor y el servicio. “Escuchar la palabra de Dios y escucharnos los unos a los otros van juntos; sólo podemos tener lo primero si estamos igualmente preparados para tener lo segundo” . En la iglesia de Antioquia había disposición para escuchar y separar para la obra del ministerio los siervos que el Espíritu Santo indicaba. Pero, ¿Cómo escucharon la voz del Espíritu Santo? Se nos dice que había entre ellos profetas y maestros. Diferentes énfasis teológicos. Quizás un profeta o varios de ellos en combinación con los maestros trajo el sentir del Espíritu de Dios y el Espíritu Santo puso convicción en el corazón de ellos o bien escucharon de otra forma su voz. El Espíritu Santo les manifestó su propósito. Les enseño los primeros pasos, pero no les revelo todo el plan. Debían avanzar por fe y depender del espíritu de Dios. La clave era reconocer el trabajo que el Señor dispone sin entenderlo todo. “Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia, y allí navegaron a Chipre”, Hch 13:4. La guía del Espíritu se manifestaría por el discernimiento, la sabiduría espiritual y las circunstancias o acontecimientos. La vida espiritual es el reflejo de aquella vida que está en comunión con Dios. Esto permite encontrar las oportunidades o puertas que Dios abre o cierra ante nosotros. La vida guiada bajo la influencia del Espíritu Santo busca las puertas abiertas y oportunidades que Dios está presentando ante nosotros, 2 Co 2:12. Es el Espíritu Santo que abre puertas y buscar lo que el Espíritu Santo manifiesta es encontrarnos con el propósito de Dios, Ap. 3:8. El Espíritu Santo nos da oportunidades, pero también puede cerrar puertas. Le prohibió al equipo apostólico predicar la palabra en la provincia de Asia, Hch 16:6-10. Luego, cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Fue recién cuando bajaron a Troas durante una noche que Pablo tuvo una visión donde se le indicaba que debían comenzar la misión en Europa. Después que Pablo tuvo la visión llegaron a la conclusión y convencimiento que Dios les había llamado a anunciar el evangelio a los macedonios. “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor” Pr 16:9. ¿Cómo solemos escuchar la voz del Espíritu Santo? Carlos Scott Foto de Gilbert Lennox

miércoles, 10 de junio de 2020

“Después de Pentecostés,... testigos"

“Después de Pentecostés,... testigos" Se nos llama a ser testigos, pero ¿testigos de qué...?. Lamentablemente a veces somos testigos de una determinada "etiqueta", nombre o denominación, tradiciones, programas, sistemas o modelos. El testimonio para el cual los discípulos reciben poder es el anuncio concreto de lo que Dios ha hecho en la vida, muerte y resurrección de Jesús. En los escritos de Lucas el Espíritu de misión es a la vez el Espíritu de poder. El Espíritu infunde valentía a los antes tímidos discípulos. Por medio del Espíritu, Dios está en el control de la misión. Norberto Saracco comparte que «la misión que tenemos es ser testigos. Esto no es solo hablar acerca de..., sino vivir de acuerdo a... Debemos profundizar el discipulado de tal manera de encarnar aquello de lo cual queremos dar testimonio. El mayor escándalo de la iglesia es la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Debemos llegar al punto en que la gente simplemente diga: “yo quiero vivir como ustedes”. Sabemos que solos no podemos. Por eso en la promesa del Espíritu Santo se nos asegura que nos daría poder para ser testigos. Poder para el servicio y poder para una vida ejemplar» . Ser testigos no es ser jueces. Hay mucho juicio entre los "santos". La evidencia de que seguimos a Jesucristo es que amamos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. "Cuando todo ha fracasado el amor vence". Los testigos establecen el valor de seguir a Cristo. Somos testigos desde Jerusalén hasta el fin del mundo. “No deberíamos detenernos hasta que ambos extremos hayan sido alcanzados”. Todo el período entre Pentecostés y la segunda venida del Señor se ha de llenar con la misión global de la iglesia en el poder del Espíritu. ¿Qué implica ser testigos? ¿Testigos de qué...? Carlos Scott

martes, 9 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... el Reino de Dios

Después de Pentecostés,... el Reino de Dios. “Después de padecer la muerte, se les presento dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios…" Con la venida de Jesús, el Reino se ha inaugurado. “Más que un mandato misionero lo que vemos en los escritos de Lucas es lo que el Espíritu realiza. Es un Espíritu misionero”. “El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu." La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio Reino, Hch 1:6. El Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua, todas las personas, todas las naciones. Los apóstoles mantenían aspiraciones estrechas, nacionalistas. Estaban preocupados por su propio Israel, nación, etnia e independencia. La respuesta de Jesús fue ampliar su horizonte, Hch 1:8. El tema clave es que el Reino de Dios no tolera ningún nacionalismo estrecho. Mientras que ellos le preguntan por la restauración de Israel, Jesús, les responde hablándoles de una misión hasta lo último de la tierra. Lo que debían saber es que habrían de recibir poder de manera que entre la venida del Espíritu y la segunda venida del Hijo habrían de ser sus testigos en círculos cada vez más amplios. Una iglesia llena del Espíritu de Dios entiende que el evangelio es Universal. Es para todos sin excepción, Hch 10:34. Es una iglesia que tiene un amor amplio: Toda lengua, toda cultura, toda etnia está en el corazón de Dios. Es una iglesia que está ampliando las fronteras del Reino de Dios. ¿Cuál es tu horizonte? Carlos Scott
                                                         Foto de Gilbert Lennox

lunes, 8 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... traer el cielo a la tierra

Después de Pentecostés,... traer el cielo a la tierra Cuando hablamos de la misión estamos hablando de una comunidad del Espíritu que se compromete y se esfuerza por traer la realidad del cielo a la tierra. Es una iglesia que no se queda mirando al cielo Hch 1:8-11. El capítulo uno de Hechos nos relata que Jesucristo les ordenó a los discípulos que no se alejaran de Jerusalén porque dentro de pocos días serían bautizados con el Espíritu Santo. “Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista. Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se le acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.” Hch 1:9- 11. Estos dos hombres de blanco les indican, que hay que cambiar el enfoque y la dirección en la que tenemos puesta la mirada. “Los apóstoles no debían convertirse en exploradores del cielo”. Lo que les está diciendo es que no conseguirán que regrese el Señor con solo mirar el firmamento. Con esto no logramos mucho. Si solamente nos enfocamos en el más allá y nos alejamos del más acá, la consecuencia es que nos alejamos de los sufrimientos y angustias de la gente. “Si el ‘reino’ tiene que ver solamente con el ‘más allá’, los que predican ese ‘reino’ no tendrán mayores conflictos con el “más acá”. El Reino de Dios no es solo para mirar al cielo. Cuando la predicación solo se enfoca en el “más allá”, corre el peligro de decir y hacer poco a quienes tienen que vivir en medio de las injusticias y sufrimientos del “más acá”. Mientras permanezcamos acá, el Señor nos llama a involucrarnos en la misión. Como Jesús volverá, es en esta tierra donde debemos ser obedientes, en medio de circunstancias y dificultades bien terrenas. En el cielo está nuestro Señor sentado a la diestra de Dios y tenemos todos los recursos para vivir y desafiar al "más aca" con todo el Evangelio, Ef. 1:3, 2:6-7, Lc 10:19-20. ¿Qué significa ser una iglesia que trae la realidad del cielo a la tierra? ¿Qué implicancias tiene? Carlos Scott

domingo, 7 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... toda la iglesia es misionera

Después de Pentecostés,... toda la iglesia es misionera «Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor», Hch 11:21 ¿Es la misión sólo para algunos o para todos?, ¿Qué significa ser iglesia misionera en el mundo de hoy?, ¿Puede acaso una iglesia no ser misionera? Dado que Dios es un Dios misionero, su pueblo debe ser un pueblo misionero. Hablamos de que la iglesia es la iglesia en el mundo y para el mundo. La iglesia es enviada a compartir el gozo y la esperanza, en medio de la tristeza y la angustia de la gente de nuestro tiempo, de los que son pobres o afligidos en cualquier forma. Ser iglesia misionera es darnos cuenta de que hemos sido enviados al mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar. Es servir a todos y especialmente a la gente más olvidada de la ciudad, la nación y el mundo. Estamos hablando de un mensaje integral de salvación que está dirigido a todo ser humano, considerando la totalidad de la persona. Dios «no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento», 2 Ped.3:9. El servicio no debe ser ofrecido sólo en la iglesia sino también en la vida común y corriente, ya sea en hogares, escuelas, oficinas, fábricas, tiendas, consultorios, en política, gobierno y toda actividad sociocultural. El trabajo en la iglesia como la acción a favor de la justicia, la misericordia y la verdad debe ser conjunto. Dios confió el don del sacerdocio a todo el pueblo de Dios, 1 Ped 2:9; por lo cual podemos decir que «por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las naciones que obedezcan a la fe», Rom.1:5. En este marco la iglesia es para todos y con todos. Cada creyente es proyectado al trabajo de solidaridad con todo el Cuerpo de Cristo y el Mundo. La clave es reconocer que la tarea le pertenece a la iglesia toda, y actuar en consecuencia. La vida en misión es un privilegio. ¿Qué implica el derramamiento del Espíritu Santo sobre el Pueblo de Dios? Carlos Scott

sábado, 6 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... caminar por tierras extrañas

Después de Pentecostes,... caminar por tierras extrañas. Llamados a ser pueblo peregrino. “El Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas”, Hch 7:48. Esteban era una persona llena de gracia y del poder de Dios, pero lo acusaron diciendo: “Este hombre no deja de hablar contra este lugar santo y contra la ley”. Se trataba de una denuncia muy grave, ya que el templo y la ley eran las posesiones más preciosas y sagradas de los judíos. Su respuesta ante las acusaciones es un largo discurso sobre la historia de Israel, Hch 7:2-53. “Según Esteban, el Dios de Israel es un Dios de peregrinos, que va delante de su pueblo, y que no puede circunscribirse a un solo lugar. Sobre todo ‘Dios no habita en templos hechos de mano’. La religión del Templo pretende precisamente todo lo contrario: circunscribir a Dios a un templo hecho de manos”. Debemos tener cuidado de limitar a Dios a ciertos lugares. Por mucho que nos quedemos en el ámbito de la religiosidad, la iglesia o el templo, Dios no se queda ahí. “Por consiguiente, el hilo común que corre a lo largo del discurso de Esteban es que el Señor es un Dios peregrino… Siempre está llamando a su pueblo a nuevas aventuras en las que va con ellos mientras están en marcha”. Su enseñanza mostró que en el Antiguo Testamento Dios ya estaba vinculado a la gente, no a los edificios. Del mismo modo, ahora Jesús estaba dispuesto a acompañar a su pueblo dondequiera que fuese. Esta seguridad es indispensable en la misión. El Señor se ha comprometido con su iglesia (prometiéndole que nunca la dejará) y con su Palabra (prometiendo que esta nunca pasará). Nos encontramos con un Dios que camina y camina. Se nos invita a caminar por tierras extrañas, probar la aventura, ir de un lugar a otro y tomar nuevos desafíos. Nos hace un llamado para experimentar una nueva obediencia. Finalmente, Esteban vio la gloria de Dios y a Jesús a su diestra. Nuestro Dios está en el control de toda circunstancia. “Nadie que se nos oponga tiene más poder que el” ¿Qué significa e implica ser el pueblo peregrino de Dios? ¿Cómo podemos seguir ampliando el mensaje del evangelio y servicio? Carlos Scott

viernes, 5 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... se busca la participación de todos

Después de Pentecostés,... se busca la participación de todos. “Y la palabra de Dios se difundía…” Hch 6:7 El Espíritu Santo trae a su Iglesia personas de toda lengua, cultura y nación. “La iglesia es una comunidad de personas de diversas culturas, tradiciones y costumbres”. El Espíritu de Dios es inclusivo y esto nos desafía a ser una iglesia abierta donde las personas pueden tener voz y ser escuchadas. En la iglesia de ese momento había helenistas que eran personas no griegas que hablaban la lengua griega y adoptaban la forma de vida de los griegos. Se les daba el nombre de “griegos” siendo judíos porque se habían criado lejos de Palestina. Su contraste son los “hebreos”, los judíos de Palestina, cuya lengua es el arameo. Los helenistas o “griegos” de la iglesia de Jerusalén eran más progresistas que los hebreos, tanto en su enseñanza como en la práctica. Esteban ocuparía un rol vital en el desarrollo de la misión cristiana y su extensión a todo el mundo. La iglesia al abrirse hacia los “griegos” o judíos griegos, se abrió hacia una parte de la comunidad que pronto serviría de puente para la misión entre los gentiles. Lo que surge de lo acontecido es que hay una relación estrecha entre la justicia y la misión. Se va preparando el escenario de la misión a los gentiles u otras etnias. El futuro de la iglesia estaría en aquellos “griegos”: “Y la palabra de Dios se difundía..." La comunidad del Reino de Dios y del Espíritu implica ser una comunidad inclusiva no solo en recibir e invitar a personas de cualquier trasfondo étnico, sino en extenderse hacia todos lados hasta lo último de la tierra. Como comunidad del Reino de Dios somos desafiados a que haya equidad e inclusión, justicia y misión. Que todas las etnias y grupos sociales tengan la oportunidad de ser parte de la iglesia. Somos llamados a cruzar barreras de iglesia a no iglesia; en ser, hacer y decir, a favor de la extensión del Reino de Dios. ¿Somos personas que actuamos con equidad e inclusión? ¿Tenemos algún tipo de prejuicio o recelo con determinadas personas, grupos sociales, culturales y étnicos? Carlos Scott

jueves, 4 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... toda vida vale

Después de Pentecostés,... toda vida vale. “Cuando Dios creó al ser humano, lo hizo a semejanza de Dios mismo… El día que fueron creados los llamó “Seres humanos” Gn 5:1-2 El mundo del primer capítulo del Génesis es un ideal. Es el ideal de Dios sobre la creación. Es el ideal de vivir en una correcta relación con Dios, con el prójimo y con la creación. En la actualidad este relato nos provee esperanza en un mundo desprovisto de ella. Dios nos invita a tener todos los canales abiertos para relacionarnos correctamente con Dios, nuestro prójimo y la creación. Esto nos da esperanza y dignidad. Hay cuatro características que nos ayudan a pensar y tomar buenas decisiones. Son principios a tener presente en nuestra vida y carácter: La verdad, la justicia, la misericordia y la paz, Sal 85:10. Son fundamentos para que estén activos en toda comunidad y sociedad. Un encuentro entre la verdad y la justicia es un excelente comienzo. Vivimos tiempos donde se está perdiendo el valor a la vida, el respeto y la dignidad. “La proclamación de que todos somos creados iguales, a la imagen de Dios, desafía categóricamente todo intento de discriminación, desprecio e indiferencia”. A pesar de las diferencias culturales, étnicas y cualquier otra diferencia que se pueda crear, todos provenimos de un Creador que es el Padre Celestial y de nuestro antepasado Adán. ¿Que piensas? En nuestros países se habla de democracia, la importancia en la distribución de la riqueza, el derecho y servicio a los pobres, la libertad, el bienestar, la justicia. Es un buen discurso, pero surge una pregunta: ¿Cómo es nuestra realidad? ¿Se defiende el derecho de unos y se viola el derecho de otros? ¿Qué pasa con los que tienen limitación o poco acceso a la salud, vivienda, educación y trabajo?, Pr 31:8-9. Si la justicia es poner en orden las cosas y dar a cada uno lo que corresponde, ¿Tendré paz y habrá paz? ¿Podemos dejar de lado la misericordia? La verdad se encuentra con la misericordia. Sin amor somos como un metal que resuena y nada más. En medio de los desacuerdos, divisiones, conflictos y luchas de nuestra sociedad el texto nos llama a que veamos la imagen de Dios en nuestro prójimo y tomemos la perspectiva de Dios: “No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor” (Lv 19:18). Volvamos nuestra mirada al Dios creador para que sigamos siendo “seres humanos” (Lv 19:9-18). “Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles, siempre y cuando no se vuelvan a la necedad. Muy cercano está para salvar a los que le temen, para establecer su gloria en nuestra tierra. El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia. De la tierra brotará la verdad, y desde el cielo se asomará la justicia. El Señor mismo nos dará bienestar, y nuestra tierra rendirá su fruto. La justicia será su heraldo y le preparará el camino”. Salmo 85:8-13 ¿Cuál puede ser mi oración en el día de hoy? Carlos Scott

miércoles, 3 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... una iglesia que siempre se va reformando

Después de Pentecostés,... una iglesia que siempre se va reformando Una iglesia que sigue el Espíritu del Pentecostés es una comunidad que deja que el Espíritu reforme sus estructuras y organización. No hace énfasis en su estructura, estatutos o reglamentos. Lo importante para el Espíritu no son las estructuras sino la misión. En el libro de los Hechos vemos que el Espíritu está decidido hacer nuevas cosas. Muchas veces corremos el peligro de amar más las instituciones que a Dios mismo. Estar cerca del templo no es sinónimo de estar más cerca de Dios. El pueblo de Israel fue religioso, pero con un corazón lejos de Dios. Debemos tener cuidado de limitar a Dios a ciertos lugares. Por mucho que nos quedemos en el ámbito de la religiosidad, la iglesia o el templo, Dios no se queda ahí, sigue caminando. Algunos buscan personas o equipos que se ajusten a las generaciones anteriores, que no traigan un nuevo desafío y una mayor amplitud en la visión. Cuando nos centramos en que lo importante es la estructura lo que hacemos es colocar a la organización por arriba de la misión, y comunicamos que para nosotros lo más importante no es la misión, sino salvaguardar las estructuras que hasta aquí nos han servido. El Espíritu Santo no está en consonancia con esto y constantemente va obligando a la iglesia a reformarse para ser fiel a su misión. Quienes quisieron hacer callar a Esteban, en realidad lo que hicieron fue ampliar su mensaje y programa de servicio. La persecución hizo que el mensaje se extendiera hasta Antioquia de Siria y desde allí a todo el mundo. Quizás, como en el caso de Esteban, los que se oponen al mensaje del evangelio pueden llevarnos a cumplir nuestra vocación y Dios puede estar usándolos a ellos para llamarnos a una nueva obediencia. Debemos preguntarnos qué tipo de iglesia es la que Dios desea en este tiempo. El Espíritu Santo llama a la iglesia a nuevos desafíos. Necesitará un liderazgo diferente. El desafío de la iglesia en el día de hoy es que debe revisar y ajustar su funcionamiento respondiendo a la Misión de Dios. Que Dios nos ayude en esto. ¿Qué significa ser una iglesia abierta para todos y extendernos a todos lados? ¿El Espíritu de Dios nos está presentando un nuevo desafió y obediencia? Carlos Scott


martes, 2 de junio de 2020

Después de Pentecostés,... una iglesia que comparte el evangelio

Después de Pentecostés,... una iglesia que comparte el evangelio Esteban era un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo (Hch 6:5). Se lo describe también como lleno de la gracia y del poder de Dios haciendo grandes prodigios y señales milagrosas entre el pueblo, Hch 6:8. Los que se ponían a discutir con el no podían “hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba”, Hch 6:10. Sus oponentes buscaron formas de levantar acusaciones falsas, agitar al pueblo, a los ancianos, a los maestros de la ley y consiguieron llevar a Esteban ante el consejo (Hch 6:11-12). En el momento de mayor oposición el rostro de Esteban se parecía al de un ángel (Hch 6:15). Esteban ocuparía un rol vital en el desarrollo de la misión cristiana y su extensión a todo el mundo. La iglesia al abrirse hacia los “griegos” o judíos griegos, se abrió hacia una parte de la comunidad que pronto serviría de puente para la misión entre los gentiles. Mientras los apóstoles enfatizan y retienen el ministerio de la palabra de Dios, “es Esteban quien proclama esta palabra, y da testimonio supremo de ella con su martirio. A consecuencia de este suceso, los cristianos, particularmente los ‘griegos’, se dispersan y con ello se expande la misión (Hch 8:4). Acto seguido, es Felipe, otro de los ‘siete’, quien ocupa el centro del escenario al llevar el evangelio primero a Samaria y luego al eunuco etíope” . Hay una visión que deriva del Pentecostés y es que el Espíritu de Dios se derrama sobre todo el género humano (Hch 2:17). “Que hubiera sido de la iglesia si Esteban y Felipe hubieran dicho: No, nuestro ministerio es el de las mesas, no el de la palabra, y por tanto no hemos de predicar”. El Espíritu una y otra vez llama a la iglesia a una nueva obediencia. Se va preparando el escenario de la misión a los gentiles u otras etnias. El futuro de la iglesia estaría en aquellos “griegos” que habían sido marginados. Muchas veces una de las preocupaciones de la iglesia es su estructura, funcionamiento, gobierno, etc. Buscamos en el Nuevo Testamento un patrón fijo o un modelo a seguir. El problema, puede estar en seguir patrones de aprendizaje que solo siguen la tradición sobre lo que se ha hecho hasta el presente. “La iglesia de Dios está formada por personas, no en edificios y la palabra de Dios alude a las escrituras, no a las tradiciones. Mientras se preserven estos dos elementos esenciales, no importa si se hace necesario prescindir de los edificios y de las tradiciones. No debemos permitir que estos últimos aprisionen al Dios vivo o impidan su misión en el mundo” ¿Pueden nuestras estructuras, tradiciones y modelos obstaculizar la misión? ¿En qué casos? ¿Cómo podemos superar estos obstáculos? Carlos Scott

Dejar los prejuicios

  Desliz "¿Tú qué opinas?", Jn 8:5 Dios nos llama a purificar nuestra vida y la forma de ver la vida. Se trata de salir de nuestro...