Crecer
“La siguiente es otra ilustración que usó Jesús: «El reino del cielo es como una semilla de mostaza sembrada en un campo. Es la más pequeña de todas las semillas, pero se convierte en la planta más grande del huerto; crece hasta llegar a ser un árbol y vienen los pájaros y hacen nidos en las ramas», Mt 13:31-32
El crecimiento es un fenómeno vital, dinámico, complejo, sugiere movilidad. Se da donde existe la vida y lo que tiene vida crece, hay desarrollo, expansión, creatividad, renovación. Cuando no crecemos la vida se estanca, se deteriora, decrece, prevalece la inercia, la pereza y el estatismo. La comunidad del Reino de Dios como organismo vivo está llamada a crecer y multiplicarse, expandirse hacia afuera en la formación de nuevas comunidades de fe. Un organismo que no se desarrolla y crece termina por tener una vida vegetativa o morir, Lc 19:11-26. Dejar de crecer sería dejar de existir. La iglesia es creación de Dios y como un organismo no solo existe, sino que debe reflexionar sobre sí misma y su razón de ser. Su expansión debe estar en conformidad con la visión que tiene de su propia naturaleza y la misión en el mundo. Jesús nos desafía a ser una buena semilla y estar dispuestos a ser plantados en nuevos terrenos para ser de bendición a todas las naciones, que su nombre sea reconocido y glorificado y el mal pueda ser derrotado por el avance del Reino de Dios.
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