sábado, 24 de agosto de 2024

Disponibilidad y Fe

 Semillas

Jesús nos dice: "El Hijo del Hombre es el agricultor que siembra la buena semilla. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del reino, ...", Mt 13:37-38.  

La palabra de Dios describe y compara a la comunidad del Reino de Dios como una semilla, pero en ese mismo relato se describe con anterioridad que las semillas representan a los que oyen el mensaje del reino. Nos apela, sugiere y apunta a ser una buena tierra que oye y entiende la palabra de Dios, “¡y producen una cosecha treinta, sesenta y hasta cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!”. Ahora bien, la siguiente es otra historia o parábola que contó Jesús, pero en esta oportunidad es sobre el trigo y la maleza. Comienza casi igual como la parábola del sembrador: «El reino del cielo es como un agricultor que sembró buena semilla en su campo …”, pero en la explicación hace referencia que “El Hijo del Hombre es el agricultor que siembra la buena semilla. El campo es el mundo, y la buena semilla representa a la gente del reino”. En este pasaje la semilla buena es todo aquel que está como un discípulo que sigue, observa, encarna e imita las opciones y gestos de Jesús. También hay otras semillas, pero estas no son las del trigo.  “Pero aquella noche, mientras los trabajadores dormían, vino su enemigo, sembró hierbas malas entre el trigo y se escabulló… ¡Eso es obra de un enemigo!, exclamó el agricultor… El enemigo que sembró la maleza entre el trigo es el diablo.” ¿Qué podemos hacer? El Señor nos desafía en primer lugar a ser una semilla que esta lista y disponible para ser sembrada o bien estar nuevamente en las manos del Señor para que nos vuelva a sembrar donde lo crea conveniente. “El campo es el mundo”. Seguidamente nos anima a continuar y estar en su seguimiento más allá de toda oposición, obstáculos, contrariedades y accidentes que impide o retarda el logro de un deseo. Dios nos llama a ser semillas de fe llevando esperanza y cubriendo la vida con amor en el terreno o lugar que desea. Que nuestro buen Dios sea reconocido y su nombre glorificado. “Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!”

Carlos Scott

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