Lealtad
"Jesús les dijo: —A ustedes doce yo los elegí; sin embargo, uno de ustedes es un demonio", Jn 6:70La fidelidad se nutre de la confianza, sinceridad, nobleza y rectitud. Revisar las raíces de nuestra fidelidad siempre es oportuno. La lealtad no está hecha para dinamitarla o liquidar. Podemos recrear y reinventar nuestro presente a la luz de su palabra. Jesús nos vuelve a decir: "No temas, cree solamente", Mc 5:35. La fidelidad no tiene que ser una obligación, un precepto o una soga al cuello. La fidelidad no se padece, no se trata de una pena que soportar y aguantar. La lealtad se vive en respuesta al amor. Jesús levanta una pregunta "¿me amas más que éstos?". Ser fiel implica tomar conciencia de los "valores del camino" en el cual estamos comprometidos. Quedarme, no abandonar y no renunciar debe estar determinado por una decisión lúcida, apasionada y consciente. Seguimos y nos quedamos porque libremente queremos responder al que nos llama. Jesús nos invita a actualizar nuestro compromiso. Se trata de unirnos a su persona para caminar juntos, para ir en la misma dirección; un vínculo que me mueve a dar lo mejor de mí, a ser nuevo. "Señor, la fidelidad auténtica que me une a ti no se trata de movimientos limitados y controlados, sino de estar comprometido contigo para realizar juntos un camino interminable, un camino imprevisible y rico de sorpresas". "Quedándome contigo siempre estaré en camino y nunca me quedaré en el mismo sitio". "Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida", Pr 4:23
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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