miércoles, 19 de noviembre de 2025

“El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.”, Jn 14:26

La primavera de la iglesia 

“Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María....  Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar.”, Hch 1:14-2:1
 
Lucas después de su evangelio escribe otro libro donde describe el nacimiento y el desarrollo de la primera comunidad cristiana y nos ofrece dos rostros de esta realidad. Por un lado, nos encontramos con la vida interna de la comunidad basada en la enseñanza, en la comunión, en el partimiento del pan, en la oración, milagros y en compartir sus recursos con los necesitados. Por otro lado, está el dinamismo misionero sostenido por la fuerza del Espíritu, la eficacia de la Palabra y la audacia de los seguidores del Camino. En el momento que Jesús es llevado a las alturas la comunidad de los discípulos está por comenzar su propio camino histórico. El Reino de Dios avanzará por el esfuerzo misionero y la acción del Espíritu Santo. La primera imagen que encontramos son personas que están a la espera donde antes de ser un equipo apostólico son una comunidad de oración. Su misión será animada por el derramamiento del Espíritu. Sin el Espíritu, no hay vida, no hay fuerza de expansión y no hay capacidad de testimonio. Sin ese impulso la iglesia queda desprovista para entregar el mensaje. Solamente el Espíritu habilita a la iglesia para presentarse en el mundo. “Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina”, 2 Ti 1:6-7 “El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padre lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.”, Jn 14:26

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

martes, 18 de noviembre de 2025

El Espíritu Santo nos desafía a traer la realidad del cielo a la tierra

 El más allá y el más acá

“¿Qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”, Hch 1:9-11.

El Espíritu Santo nos desafía a traer la realidad del cielo a la tierra. El capítulo uno de Hechos nos relata que Jesucristo les ordenó a los discípulos que no se alejaran de Jerusalén porque dentro de pocos días serían bautizados con el Espíritu Santo. “Habiendo dicho esto, ... fue llevado a las alturas... Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. Se le acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse”, Hch 1:9-11. Estos dos hombres de blanco les indican, que hay que cambiar el enfoque y la dirección en la que tenemos puesta la mirada. “Los apóstoles no debían convertirse en exploradores del cielo”. Lo que les está diciendo es que no conseguirán que regrese el Señor con solo mirar el firmamento. Si solamente nos enfocamos en el más allá y nos alejamos del más acá, la consecuencia es que nos alejamos de los sufrimientos y angustias de la gente. “Si el ‘reino’ tiene que ver solamente con el ‘más allá’, los que predican ese ‘reino’ no tendrán mayores conflictos con el “más acá”. El Reino de Dios no es solo para mirar al cielo. Cuando la predicación solo se enfoca en el “más allá”, corre el peligro de decir y hacer poco a quienes tienen que vivir en medio de las injusticias y sufrimientos del “más acá”. Mientras permanezcamos acá, el Señor nos llama a involucrarnos en la misión. Como Jesús volverá, es en esta tierra donde debemos ser obedientes, en medio de circunstancias y dificultades bien terrenas. En el cielo está nuestro Señor sentado a la diestra de Dios y tenemos todos los recursos para vivir y desafiar al "más acá" con todo el Evangelio, Ef. 1:3, 2:6-7, Lc 10:19-20.

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox 

Una iglesia relevante en la misión de Dios

“Una chispa que enciende el corazón”, Lc 24:13-49

El día que Jesús resucitó se encontró con dos de sus seguidores en el camino a Emaús (Lc 24:13-35). Jerusalén se había transformado en un lugar peligroso donde había hostilidad e incertidumbre. Estos creyentes estaban abatidos y preocupados. Se dirigían hacia el oeste y la puesta del sol. Sus esperanzas parecían estar muertas y enterradas. Sus sueños destruidos, era el ocaso. Parecía no tener explicación lo ocurrido con Jesús de Nazaret.

Jesús les dio significado a las cosas, les presentó un gran panorama, un amanecer y sus vidas tuvieron sentido. No comenzó por el final sino por el principio. La escritura dice: Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras”, Lc 24:27. 

Jesús hablo con ellos y la oscuridad se hizo luz. No hubo ninguna receta mágica. La invitación fue simplemente a leer y a entender. Acercarnos a la palabra de Dios como realidad viva, como fuego. Confiarnos a la guía del Espíritu. Tener el coraje de arriesgar el corazón y de ir más lejos.

“Entonces se le abrieron los ojos y lo reconocieron…”. En una comida común, en una casa común y con un pan común fueron como estos hombres reconocieron a Jesús.  Se decían el uno al otro: ― ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?, Lc 24:32.  La palabra que nos alcanza, es siempre el fenómeno de estar en el camino.

Ellos regresaron a Jerusalén lugar de peligro y hostilidad. Se preparaba la expansión global de su gloria. Esta sería lanzada con los discípulos desde un lugar peligroso: Jerusalén. Nada pudo detener la obediencia y el gozo de entender la gran visión del Señor. “Para dejar de caminar con pasos torpes, es necesaria una chispa, una sacudida que cambie el ritmo de los latidos del corazón” [1]

En Jerusalén junto a todos los discípulos Jesús mismo se puso en medio de ellos y les dijo: Paz a ustedes…” Lc 24:36.Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá…”, Jesús acentúa la cruz. “… y resucitará al tercer día,” Jesús acentúa su resurrección. y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.”, Jesús acentúa la urgencia de la tarea en la misión mundial. “Ustedes son testigos de estas cosas. Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.” Lc 24.46-49, Jesús acentúa el secreto del poder.

 “Cuando estalló la persecución los apóstoles no se dispersaronPermanecieron donde era más estratégico y, sin embargo, más peligroso. Fueron arrestados, humillados, censurados y golpeados más de una vez (Hch 4:1-21 y 5:17-41). Pero, aun así, continuaron. Con el tiempo, Jacobo fue muerto (Hch 12:2). Aun entonces, siguieron en Jerusalén, rehusándose a huir… Pedro fue arrestado. Fue necesaria una liberación angelical para terminar de convencerlo de buscar un lugar más seguro fuera de la ciudad (Hch 12:7). No hay ninguna indicación de que alguno del resto de los doce haya ido con él. Estas eran personas obstinadamente obedientes. Al parecer, no había amenazas que pudieran intimidarlos” [2]    

Ser testigo implica actuar en un contexto público. No es solo afirmar los hechos de Jesús sino también seguirle con disposición de sufrir (Hch 14:21-23). Es un testimonio constituido por el sufrimiento. Todo esto se da por hombres y mujeres comunes que actúan con valor. Son estos tiempos cuando se establece el valor de seguir a Cristo. “Y seguía aumentando el número de los que creían y aceptaban al Señor.” (Hch 5:14)

Como iglesia en el día de hoy necesitamos que Jesús se ponga a nuestro lado y nos abra el entendimiento para comprender las escrituras en la visión de Dios (Lc 24:45-48). Tenemos un propósito que nos transciende. Necesitamos renovar la confianza puesta en el Señor para ser testigos fieles en la ciudad, la nación y el mundo.  Es predicar el evangelio, no claudicar, no tranzar, no negociar valores y principios. El lugar peligroso es donde experimentamos el poder del Señor.

Preguntas para reflexionar y trabajo en grupos pequeños:

¿Qué significa estar en un lugar peligroso? ¿Cómo lo definimos? ¿Qué implicancias tiene?

¿En qué sentido los lugares donde estamos se pueden transformar en peligrosos?

¿Cuáles son los desafíos que debemos tomar en los lugares que Dios nos colocó?

¿Cuál es el mandato y la misión? ¿Cómo lo podemos hacer efectivo?

Carlos Scott



[1]Pronzato, Alessandro. Señor, ¿A quién iremos? P. 326, 2003, Ediciones Sígueme, Salamanca

[2]Hawthorne, Steven C, Actos de obediencia, Perspectivas del movimiento cristiano mundial, P.22.2, Editores Ralph D Winter y Steven C. Hawthorne, octubre 2016, Argentina,  

lunes, 17 de noviembre de 2025

Seguir a Jesús se trata de andar y caminar. Es vivir en diferentes situaciones y aprender a frecuentar los lugares de la ausencia

Cosas más grandes

“Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea—les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!», Hch 1:10-11

Seguir a Jesús se trata de andar y caminar. Es vivir en diferentes situaciones y aprender a frecuentar los lugares de la ausencia. Las personas vestidas de blanco confrontan a los apóstoles para que no se queden mirando al cielo. Se trata de establecer una conexión entre el cielo y la tierra. Jesús no abandonó la tierra y se hace presente por medio del Espíritu Santo. Hay un camino y huella que seguir. Son las huellas de los pies del Señor. Son pisadas que están por todos lados y nos llevan a otra parte. Muchas de estas huellas nos indican un destino, una señal, un signo. Principalmente es la señal de los clavos, la cruz y la resurrección. Jesús nos inspira a seguir su caminar y nos dice “Vengan a ver”. Hay señales por todas partes y nadie logra borrar sus huellas. Jesús las multiplica para dejarse descubrir y encontrar. Veremos cosas más grandes de las que imaginamos y solo nos queda aceptar su invitación. “Como dice la Biblia: «Para aquellos que lo aman, Dios ha preparado cosas que nadie jamás pudo ver, ni escuchar ni imaginar.», 1 Co 2:9

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

domingo, 16 de noviembre de 2025

7th STREET - Koplarap ft. Martu Rizzo

La extensión del Reino de Dios

Señales de una Iglesia Madura

“Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes cuando los mencionamos en nuestras oraciones. Los recordamos constantemente delante de nuestro Dios y Padre a causa de la obra realizada por su fe, el trabajo motivado por su amor y la constancia sostenida por su esperanza en nuestro Señor Jesucristo, 1 Ts. 1:2-3

³  Nos preguntamos ¿Cuál son las señales de una iglesia madura? ¿Cuál es el verdadero criterio para evaluar a la iglesia?

³  Una iglesia que extiende el Reino de Dios y utiliza los recursos que Dios les ha dado es la que aprende a vivir bajo tres presupuestos teológicos: Fe, Esperanza y Amor

Nos preguntamos: “¿Qué es la Fe?”

³  Cuando hablamos de Fe decimos Confianza. Es la confianza y seguridad que una iglesia local tiene puesta en Jesucristo

³  Cuando hablamos de Fe hablamos de Fidelidad

³  Cuando hablamos de Fe hablamos de Visión

Nos preguntamos: “¿Qué es la Esperanza?”

ü  La esperanza describe un profundo conocimiento doctrinal que nos da estabilidad con respecto a nuestra relación presente y futura con Dios a través de Jesucristo

ü  “Es la Esperanza reservada en el cielo”, “la  constancia sostenida por la esperanza”. Es tenacidad ante la adversidad. Pedimos por el Espíritu de Sabiduría y Revelación para conocerle mejor.

ü  Es una Esperanza “que ilumina los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado”. Nuestro futuro afecta el presente. Porque sabemos de nuestro futuro nuestro presente es diferente. Jesucristo tiene toda autoridad por encima de cualquier sistema o gobierno.

Nos preguntamos: “¿Qué es el Amor?

Ø  El amor es la manifestación de la conducta a semejanza de Jesucristo

Ø  El amor describe como deben ser nuestras relaciones interpersonales. Se añade la dimensión de calor, ternura, cuidado, lealtad. Somos de una misma familia         

Ø  Nuestro trabajo debe ser motivado por el amor

Desafíos para la Iglesia Local...

w  Trabajar con equilibrio en cada área de acción (Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra). Dar dignidad a cada área de trabajo y que ninguna permanezca como una “cenicienta”.

w   La iglesia se pregunta ¿Por qué hay personas que no han recibido el evangelio? ¿Qué pasa con los que nunca han escuchado? ¿Por qué no han visto las buenas obras de los hijos de Dios para glorificar al Padre? y actúa en consecuencia.

w  Entender que la misión transcultural y global se nos ha dado independientemente de los recursos financieros que tengamos. Cada iglesia y cada cristiano, sea pobre o rico, tiene el privilegio y mandato de participar en la tarea de la misión global.

w  Se considera la tarea de la misión global como un privilegio y no como una carga. La membresía ofrenda sus propias vidas para que el evangelio este disponible para “todos”. Se provee a los misioneros transculturales apoyo moral, logístico, financiero, oración, comunicación, cuidado pastoral y soporte en su retorno.


Es necesario explorar la tierra y entender por dónde Dios quiere caminar. Es aquí donde encontramos la belleza de seguir a Jesús

Explorar la humanidad

“Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista”, Hch 1:9
 
Existe un riesgo y es el de quedarnos mirando el cielo. Alguien disgustado con la tierra y sus habitantes puede huir hacia una contemplación desconectada de las realidades más incómodas y comprometedoras. Es necesario explorar la tierra y entender por dónde Dios quiere caminar. Es aquí donde encontramos la belleza de seguir a Jesús. Es un camino que hay que inventar cada día, entre certezas e imprecisión, situaciones diversas, imprevistos, que obligan a revisar constantemente las posiciones. Es tener sentido de la realidad, sin renunciar a la esperanza. Conciencia clara de los peligros que amenazan, sin ceder a la tentación de esconderse en cómodos refugios. Es vivir alegremente lo provisional y experimentar la fuerza que viene del Espíritu. “Porque somos la obra maestra de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.”, Ef 2:10 “Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil.”, Stg 2:17
 
Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

sábado, 15 de noviembre de 2025

La evidencia de que seguimos a Jesucristo es que amamos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos

 El Espíritu de poder

“Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y también en los lugares más lejanos del mundo”, Hch 1:8
 
Se nos llama a ser testigos, pero ¿testigos de qué...? El testimonio para el cual los discípulos reciben poder es el anuncio concreto de lo que Dios ha hecho en la vida, muerte y resurrección de Jesús. En los escritos de Lucas el Espíritu de misión es a la vez el Espíritu de poder. El Espíritu infunde valentía a los antes tímidos discípulos. Por medio del Espíritu, Dios está en el control de la misión. Ser testigos no es ser jueces. Hay mucho juicio entre los "santos". La evidencia de que seguimos a Jesucristo es que amamos a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. "Cuando todo ha fracasado el amor vence". Los testigos establecen el valor de seguir a Cristo. Somos testigos desde Jerusalén hasta el fin del mundo. “No deberíamos detenernos hasta que ambos extremos hayan sido alcanzados”. Todo el período entre Pentecostés y la segunda venida del Señor se ha de llenar con la misión global de la iglesia en el poder del Espíritu. Lamentablemente a veces somos testigos de una determinada "etiqueta", nombre o denominación, tradiciones, programas, sistemas o modelos. Norberto Saracco comparte que «la misión que tenemos es ser testigos. Esto no es solo hablar acerca de..., sino vivir de acuerdo a... Debemos profundizar el discipulado de tal manera de encarnar aquello de lo cual queremos dar testimonio. El mayor escándalo de la iglesia es la contradicción entre lo que dice y lo que hace. Debemos llegar al punto en que la gente simplemente diga: “yo quiero vivir como ustedes”. Sabemos que solos no podemos. Por eso en la promesa del Espíritu Santo se nos asegura que nos daría poder para ser testigos. Poder para el servicio y poder para una vida ejemplar» 

Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox
 

Seguir al Espíritu de Dios

Seguir al Espíritu de Dios

“Ahora debo ir a Jerusalén, pues el Espíritu Santo me lo ordena. No sé lo que me va a pasar allá. A dondequiera que voy, el Espíritu Santo me dice que en Jerusalén van a meterme a la cárcel, y que van a maltratarme mucho. No me preocupa si tengo que morir. Lo que sí quiero es tener la satisfacción de haber anunciado la buena noticia del amor de Dios, como me lo ordenó el Señor Jesús”, Hch 20:22-23

Es interesante observar como Lucas nos muestra lo que paso en la ciudad de Éfeso, En medio de todo un despertar y avivamiento Pablo toma la determinación de ir a Jerusalén y Roma. “Después de todos estos sucesos, Pablo tomó la determinación de ir a Jerusalén, pasando por Macedonia y Acaya. Decía: «Después de estar allí, tengo que visitar Roma», Hch 19:21. Cuando le escribe a los romanos les muestra su intención: "Pero ahora que ya no me queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años anhelo verlos, tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo, me ayuden a continuar el viaje. Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén”, Ro 15:23-26. El Espíritu de Dios le habla a nuestro espíritu, pero a su vez nos llama a tomar decisiones. Sin intencionalidad, determinación y decisiones concretas es difícil avanzar y ser guiados por el Espíritu de Dios. Estas decisiones deben reflejar como pensamos, vivimos y como nos extendemos en ampliar los círculos de influencia para que Dios sea conocido, adorado, la gente bendecida y el mal derrotado. Que Dios nos ayude a ser audaces confiando en el Señor.

Carlos Scott

viernes, 14 de noviembre de 2025

¿Recibir o Excluir…?

¿Recibir o Excluir…?

“Maestro -dijo Juan-, vimos a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos porque no es de los nuestros. – No se lo impidan – replicó Jesús – Nadie que haga un milagro en mi nombre puede a la vez hablar mal de mí” Mr.  9:38-39

A Juan y a los discípulos (protagonistas de esta historia) les preocupa la competencia, el prestigio y el poder. Parece que las cosas no han cambiado demasiado en nuestro tiempo. Juan expresa el sentir de todo el grupo. Ensimismados tratan de excluir a otros.

Lo cierto es que Juan revela el verdadero motivo de su queja. Entre lo que relata Marcos "se lo impedimos" y luego "no se lo impidan" aparece el motivo: porque no nos siguen, no son de los nuestros. No hace las mismas cosas que nosotros, no sigue nuestra metodología, no pertenece a nuestro sequito, a nuestra pauta cultural, a nuestros parámetros, lenguaje, trasfondo o simplemente "No nos pidieron permiso para hacer esto".

Parece que los discípulos no han entendido el modelo de Recibir, aceptar a otros, perdonar y amar. Se quedan detenidos o prefieren Excluir. Se parecen a los fariseos que excluyen a quienes no actúan como ellos.

Jesús responde “no se lo impidan”. En definitiva, está explicando la verdadera intención que tenemos que tener dentro del reino. Recibir, dar oportunidades, hacer participar, no celar, no competir.

Jesús acepta a una persona fuera del grupo que hace milagros en su nombre. Parece que el que expulsaba demonios lo hacía en la autoridad de Jesús, pero es significativo que Jesús no indaga acerca de su doctrina, ni tampoco sobre sus motivaciones. Responde mostrando la alternativa del reino. Quien luche en mi nombre es parte y no enemigo.

No sigue a Jesucristo quien afirme su doctrina, sino aquél que actúa como Él. La fe es práctica, es seguimiento, no es tener el nombre o la etiqueta correcta. Jesús les dijo: “El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.” Mr. 9:40-41

Solo hay dos lados: contra nosotros o por nosotros. Jesús dice que debemos aceptar toda ayuda a la causa del Reino, si es en su nombre, con su autoridad. El texto nos invita a valorar lo bueno que nos ofrecen personas ajenas a nuestra manera de ver las cosas.

Quien ayude a satisfacer la sed de los que son de Cristo será recompensado en el reino. Son las implicancias de actuar "en mi nombre". Una teología muy amplia y abarcativa. No hay pérdida de recompensa para aquellos que están dispuestos a dar un vaso de agua a los que son de Cristo. 

Jesús acepta a todos los que hacen obra de misericordia y justicia en su nombre. En otras palabras, nadie tiene el monopolio en la misión o en determinados ministerios. La lección es que tenemos que aprender a trabajar con todos aquellos que tienen una práctica redentora y recibir agradecidos su ayuda, su vaso de agua en nombre de Jesucristo.

 Necesitamos aprender a recibirnos unos a otros y a recibir de otros. Jesús lo demostró cuando recibió un vaso de agua de la mujer samaritana. La posición de responsabilidad o mal llamada “poder” cuando es vista como privilegio para abusar de ella y no como don para el servicio, siempre es excluyente. El resultado de esto en las iglesias y en los movimientos misioneros es el sectarismo. Lo contrario es el Reino que implica una comunidad abierta que invita y no un grupo cerrado que limita. Este pasaje es un duro golpe para todos los que desean encerrase puertas adentro, ya sea excluir o encerrarse en un sistema.

Preguntas para la reflexión y trabajo en grupos pequeños:

¿Cómo respondo en mi caso particular ante circunstancias similares en la iglesia, movimiento misionero, movilización, comunidad, etc.? ¿Suelo excluir a las personas?

¿Qué implica una posición de responsabilidad? ¿Soy una persona abierta que invita a otros a formar parte o limito la integración?

 ¿Qué significará para nosotros dar un vaso de agua o recibirlo por parte de otro que tiene un trasfondo diferente? ¿Es un peligro o una oportunidad? ¿Estoy abierto a recibir un "vaso de agua" de los demás?

¿Cuál es el vaso de agua que puedo dar a la iglesia en mi región o en otras latitudes?

Carlos Scott

Una iglesia llena del Espíritu de Dios entiende que el evangelio es universal. Es para todos sin excepción, Hch 10:34. Es una iglesia que tiene un amor amplio

 Ampliando fronteras 

"Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron: —Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?", Hch 1:6
 
Con la venida de Jesús el Reino de Dios se ha inaugurado. “Más que un mandato misionero lo que vemos en los escritos de Lucas es lo que el Espíritu realiza. Es un Espíritu misionero”. “El don del Espíritu es el don de involucrarse en la misión, porque la misión es consecuencia directa del derramamiento del Espíritu". La tentación de los primeros discípulos fue pensar en su propio Reino, Hch 1:6. El Reino de Dios es un reino Universal, multicultural, multiétnico, que abarca el cosmos, toda la tierra, todas las etnias, toda lengua, todas las personas, todas las naciones. Los apóstoles mantenían aspiraciones estrechas y nacionalistas. Estaban preocupados por su propio Israel e independencia. La respuesta de Jesús fue ampliar su horizonte, Hch 1:8.  El tema clave es que el Reino de Dios no tolera ningún nacionalismo estrecho. Mientras que ellos le preguntan por la restauración de Israel, Jesús les responde hablándoles de una misión hasta lo último de la tierra. Lo que debían saber es que habrían de recibir poder de manera que entre la venida del Espíritu y la segunda venida del Hijo habrían de ser sus testigos en círculos cada vez más amplios. Una iglesia llena del Espíritu de Dios entiende que el evangelio es universal. Es para todos sin excepción, Hch 10:34. Es una iglesia que tiene un amor amplio: Toda lengua, toda cultura, toda etnia está en el corazón de Dios. Es una iglesia que está ampliando las fronteras del Reino de Dios. 
 
Carlos Scott

Foto Gilbert Lennox

“No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención”, Ef. 4:30. No menospreciemos a otros hermanos o sectores de la iglesia. Vivamos el poder del amor y no el amor al poder.

Percibir algo más “Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos”, Hch 2:13   Cuando el Espíritu Santo descendió en el día...