Certezas, motivos y razones
GloCal es una palabra que representa la fusión de Global y Local. Es donde la acción local y global se unen en el cruce intencional de barreras, de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios.
domingo, 20 de abril de 2025
Hay un nuevo día y amanecer
sábado, 19 de abril de 2025
Siguiendo a Jesús
Salir de las sombras
viernes, 18 de abril de 2025
“Si” a unos y “No” a otros
Un absoluto “SI”
jueves, 17 de abril de 2025
La Gracia y el amor de Dios
Estatus
“Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí? Jesús contestó: —Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás. —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies! —Si no te lavo —respondió Jesús—, no vas a pertenecerme. —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, ¡no solo los pies! —exclamó Simón Pedro. Jesús respondió: —Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los pies para estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos.”, Jn 13:6-10
Jesús era una persona que estaba dando vuelta el orden social. El amor de Cristo trascendió las barreras de clase social. Esta actitud de Jesús produjo una reacción fuerte en Pedro. “¡No!, protestó Pedro jamás me lavaras los pies”, Jn 13:8. No podía soportar la idea de que Jesús se humillara de esa manera. Jesús estaba rompiendo con el paradigma de los honores y prestigio que solemos tener en nuestro medio. Pedro seguramente no se sentía digno. Tenía razón: no era digno de recibir esto, ninguno lo somos, pero no era una cuestión de mérito sino de Gracia. Lo que nos cuesta entender es el mensaje central: Jesucristo sirve y da su vida por los pecadores. Su humillación lo engrandece una vez más y de aquí nace el modelo del Siervo, el modelo del pastorado, el modelo para ser discípulo. La reverencia del sistema actual o del mundo es diferente. Encuentra difícil hacer lo que el Señor hizo. “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.”, Fil 2:1-4
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
Estoy entre ustedes como uno que sirve
Identidad
“Era la hora de cenar, y el diablo ya había incitado a Judas, hijo de Simón Iscariote, para que traicionara a Jesús. Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios. Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.”, Jn 13:2-5
Jesús era alguien que conocía su identidad. Como acto de aseo personal la gente se lavaba los pies. Por lo general era una tarea que hacían los esclavos o quizás las mujeres y niños. Lo más probable es que este lavamiento de pies fue provocado por alguna mala conducta de los discípulos. Quizás estaban discutiendo en qué orden se debían sentar a la mesa o quien en esa ocasión debía ser el siervo y lavar los pies de todos. Lucas en su evangelio nos relata que tuvieron un altercado sobre quién sería el más importante. Los discípulos estaban dispuestos a pelearse por un trono, pero no por una toalla. No era probable que alguno tome la toalla para lavar los pies de su compañero. Ellos preferían sentarse a comer sucios antes que estar limpios. Jesús realizó algo impresionante. No apareció ningún esclavo, el que apareció fue Jesús. Se humilló. Lavó los pies de todos. Usó todo su poder para servir. Jesús sabía bien quien era y no necesitaba el poder para completar su identidad. No mal usó el poder y no lo manejó para sentirse importante o llenar un vacío en su vida. Podemos mal usar y abusar del poder cuando no sabemos realmente quienes somos, cual es nuestra identidad y a quien tenemos que ser semejante. “Jesús les dijo: «En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados “amigos del pueblo”. Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve.”, Lc 22:25-27
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
Nada podrá separarnos del amor de Dios
Hasta el fin
“Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amo hasta el fin” Jn 13:1
Este capítulo nos habla que se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Entonces se recluye para estar con sus discípulos. ¿Qué sentía en esa hora hacia los discípulos? El texto dice: los amó hasta el fin. Jesús era una persona que amaba. En su corazón encontró un lugar para su gente. Su mayor preocupación era seguir preparándolos para sus deberes y pruebas futuras. No fue egoísta. No se quedó pensando en sus penas o la perspectiva del gozo posterior. Se resalta la constancia de Jesús. Jesús nos muestra un amor hasta el fin, aunque no todos lo amaron así. El Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio. Tenía el dominio completo, autoridad y poder. ¿Que hizo Jesús con este poder? Jesús realizo un acto sencillo y profundo: “así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura”, Jn. 13: 4-5. Jesús hace una exposición dramatizada de la grandeza de su amor: ofreció su servicio a gente que no lo merecía, que lo abandonarían y también ofreció su servicio a una persona que se oponía. Demostró que el amor divino llega hasta las últimas consecuencias. Jesús era una persona que amaba. Los amó hasta el fin. “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.”, Ro 8:38-39
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
miércoles, 16 de abril de 2025
El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte
Sí a la vida
“Que brille tu luz para que todos la vean. Pues la gloria del Señor se levanta para resplandecer sobre ti.”, Is 60:1El amor por la vida inspira la lucha contra las fuerzas de la muerte. Los absurdos de este mundo no deben ganar la batalla a la esperanza. Se nos llama a brillar, levantarnos y resplandecer manteniendo la esperanza como una fuente de vigor, vida y alegría.
“¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!”, Sal 42:11 “Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando…No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”, Ro 12:9-21. “Tú eres mi refugio y mi escudo; tu palabra es la fuente de mi esperanza.”, Sal 119:14. “Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.”, Heb 10:23. “Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!”, Mi 7:7
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida
Amor por la vida
“¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos! ¡Vistámonos bien y perfumémonos!”, Ec 9:7-8Dios tiene el control de la historia y es vital aprovechar los momentos gratificantes que humanizan, aun cuando estos sean insignificantes. Se trata de vivir como seres humanos sintiendo que se vive en una sociedad que no deja vivir por su exigencia de productividad y eficacia. La alegría, el amor y la amistad forman parte de una espiritualidad liberadora.
También es la alegría de todos aquellos que sirven a favor de los menos alcanzados en sus necesidades no alcanzadas. Dios disfruta cuando sus criaturas disfrutan. La comida es muestra de la generosidad de Dios; la amistad es señal de su presencia y la alegría es testimonio de fe
Volvamos al sentido festivo de la fe y la espiritualidad porque el evangelio de Jesús es, ante todo amor por la vida, y la característica principal de quien vive la experiencia del Espíritu de Dios es la opción por la vida y las ganas de vivir.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
lunes, 14 de abril de 2025
Un mundo distinto
El coraje de existir
“En este mundo pasan cosas que no tienen sentido; a la gente buena le va como si fuera mala, y a la gente mala le va como si fuera buena. ¡Yo digo que esto no tiene sentido!”, Ec 8:14. “No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.”, Ec 7:18En el libro de Eclesiastés encontramos la palabra vanidad. Se usa 73 veces en el Antiguo Testamento de las cuales 41 se encuentran en el Eclesiastés. El autor describe que “¡En esta vida nada tiene sentido! ¡Todo es una ilusión!” y al final de sus escritos dice: “Todo lo que debemos hacer es alabar a Dios y obedecerlo. Un día Dios nos llamará a cuentas por todo lo que hayamos hecho, tanto lo bueno como lo malo, aunque creamos que nadie nos vio hacerlo.”, Ec 12:13-14. El autor también expresa “Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido”, Ec 7:13. Es aquí donde nos encontramos con el coraje de existir. Dios ha desbordado los límites de la comprensión humana y es el único que lo sabe todo y lo puede cambiar todo en su tiempo. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo. Solamente la confianza serena nos permite continuar. “Respeta a Dios y todo te saldrá bien”.
El creyente, que sabe de la soberanía de Dios y que reconoce los límites humanos, lucha y se entrega hasta el final en procura de un mundo distinto, más cercano al sueño del Creador. Hace todo lo posible por apresurar el Reino venidero, pero deja que lo imposible se encargue Dios. “Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.”, Ec 9:10
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
domingo, 13 de abril de 2025
Tenacidad
Una fe terca
“Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones.”, Ro 4:18Una fe terca, reiterativa y obstinada sigue esperando. Dios desafía nuestra fe ante un mundo lleno de injusticias donde podemos encontrar una confianza renovada en Dios y un desbordante entusiasmo por la vida. Nos encontramos frente al Absoluto, Absoluto, Dios es Dios y esto afirma nuestra vida. Nuestro Señor es Totalmente Otro. Él es el Señor de todo cuanto existe y por eso podemos confiar en él y dejar que se encargue de lo imposible. Dios no tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.
El Reino de Dios nos invita a mirar hacia el futuro sin ansiedad y a esperar el cumplimiento de la obra de Dios. No se construye con la limitación de las manos humanas, pero si en la esperanzada confianza en Dios. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en una de sus oraciones expresaba: “Nada de lo que nosotros hacemos es completo. Ninguna oración expresa nuestra fe totalmente. Ninguna confesión trae la perfección. Ninguna visita pastoral trae la totalidad. Ningún programa logra la misión de la iglesia. Esto es lo que nosotros somos; plantamos semillas que un día crecerán. Regamos semillas ya plantadas, mientras sabemos que ellas sostienen la promesa futura. Nosotros no podemos hacer todo. Puede estar incompleto, pero es un principio, un paso para el camino, una oportunidad para que la gracia de Dios penetre y haga el resto. Nosotros nunca podemos ver el resultado final, pero esa es la diferencia entre el constructor y el obrero. Nosotros somos obreros, no constructores, ministros, no Mesías. Nosotros somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen”
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox