GloCal es una palabra que representa la fusión de Global y Local. Es donde la acción local y global se unen en el cruce intencional de barreras, de iglesia a no iglesia en palabra y obra a favor de la extensión del Reino de Dios.
domingo, 7 de julio de 2024
sábado, 6 de julio de 2024
Conflictos
El legalismo
"¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso, así que los líderes judíos protestaron. Le dijeron al hombre que había sido sanado: —¡No puedes trabajar el día de descanso! ¡La ley no te permite cargar esa camilla!", Jn 5:9-10Celebrar la vida es alegrarnos que Dios hace cosas nuevas. El problema está cuando surgen algunos conflictos de intereses entre privilegiar el bienestar de la gente o bien preservar o custodiar la defensa de las instituciones o el reglamento. Las autoridades de esa época tenían principios intocables en la observancia formal de la ley. Es increíble pensar que, tras treinta y ocho años de espera, la sanidad de esa persona tiene lugar en el día equivocado. Se aceptaba sin problemas que un invalido estuviera treinta y ocho años en esa condición, pero volver a caminar y llevar su camilla en el día de descanso era un escándalo intolerable. Más que ver a una persona que había sido sana, los hombres de la ley ven que las reglas han sido violadas. Su ley es, a sus ojos, más cercana y mucho más importante que Dios. El reglamento sin misericordia se convierte en inhumanidad. Y cuando hay inhumanidad Dios está ausente y no tiene nada que ver con lo que se pretendía imponer en su nombre. Los legalistas de todos los tiempos no consiguen entender que la voluntad de Dios es el bien, la salud, la alegría del ser humano. La gloria de Dios y su honor es ver a las personas de pie, libres y llenas de alegría. Jesús nos dice: "Si ustedes supieran qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”, no condenarían a los que no son culpables, Mt 12:7
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
jueves, 4 de julio de 2024
martes, 2 de julio de 2024
Vida Entera
Ponte de pie
"Jesús le dijo: —¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda!", Jn 5:8La palabra de Jesús que toca nuestras vidas nos da la "vida entera". Jesús restituyo la salud de una persona que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Jesús le hace recuperar la capacidad de actuar por sí misma, sin depender de los demás. Esta persona inmovilizada lo único que tenía era esa camilla. La palabra de Jesús se traduce en sanidad y pone de pie a toda persona, le da energías y libertad. Implica ponerse a caminar, abandonar aquel lugar y arrancar las raíces que lo tuvieron detenido para celebrar la vida. Cuando se llega a la verdadera fe estamos dispuestos a dejar atrás lo que nos ha perjudicado y hay un nuevo comienzo que se afirma en la novedad de una nueva vida. La gracia de Dios que se manifiesta en Jesucristo nos debe llevar a la gratitud. Implica un camino de obediencia. Toma tu camilla, lo que te controla, tu enfermedad y que esta no te domine más. Jesús nos libera de nuestra invalidez, nos da capacidad para enfrentar el presente y el futuro, pero nos corresponde a nosotros ponernos de pie y caminar. Aquello que nos tenía dominado lo podemos sujetar y llevar a la cruz cada día. Jesús nos hace libres para inventar un nuevo camino y no reducir los horizontes.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
domingo, 30 de junio de 2024
Voluntad
Nuevas oportunidades
"¿Te gustaría recuperar la salud?", Jn 5:6Algunas veces nos enfrentamos con el peligro de la resignación y de la costumbre. Corremos el riesgo de conformarnos con nuestras limitaciones y adaptarnos a una existencia disminuida. Jesús le dijo al paralítico "¿Te gustaría recuperar la salud?" Llevaba treinta y ocho años de espera y quizás a esa altura no se desea nada más, que no se consiga una condición diferente de aquella. La parálisis más temible es la que golpea la voluntad. Jesús nos llama la atención con sus preguntas al poner al descubierto un estado de impotencia. La enfermedad de esta persona era grave o incurable, se siente solo al no tener amigos y quizás parientes, hay resignación y esto no ayuda para que pueda reaccionar. Treinta y ocho años de enfermedad tienen la fuerza para apagar la esperanza. Así también nos puede pasar a nosotros cuando no encontramos una respuesta y la solución a las más variadas circunstancias de la vida. El invalido no pide nada, pero Jesús toma la iniciativa. Siempre existe una posibilidad cuando interviene Jesús. Es importante fijar la mirada en la dirección justa. Jesús nos vuelve a decir ¿Quieres ser sano? Que podamos decir "Sáname, Señor, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza", Jer 17:14. Que esta sea nuestra oración para toda familia y nación.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
sábado, 29 de junio de 2024
Con la fuerza de su palabra
El que te sana
"Cuando Jesús lo vio y supo qué hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud? —Es que no puedo, señor—contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo", Jn 5:6-7Jesucristo tiene la centralidad en relación con la salvación. No la podemos buscar en otra parte o recurrir a otros medios. Jesús sana no recurriendo al "agua milagrosa" sino que su sanidad viene únicamente con la fuerza de su palabra. El verdadero encuentro de salvación es cuando nos confrontamos con su palabra y le damos una respuesta al Espíritu de Dios. La verdad es sencilla y está a nuestro alcance. En este acontecimiento la salvación es ofrecida al más débil, a los últimos. Los más ágiles y rápidos o bien los menos enfermos o ricos que podían pagarle a otra persona para que lo acerquen al agua milagrosa eran los que tenían ventajas. Jesús se enfoca en los más indefensos, débiles y los últimos. Jesús rompe con el paradigma de la religiosidad popular que en definitiva le atribuye a Dios la injusticia más social (Solo se sanan los que tienen más mérito, capacidades o riqueza). Jesús nos ofrece la salvación sin necesidad de recurrir a un determinado tipo de agua, porque el mismo es el "agua que da la vida". Su sanidad es ofrecida al que está vencido, al que siempre pierde. Ahora bien, hay que encontrar valor para curarse cuando ya no hay motivo para permanecer atados a la enfermedad. Jesús nos dice: "Yo soy el que te sana". Lo que resta es una respuesta.
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
jueves, 27 de junio de 2024
Casa de misericordia
Sin distinción y discriminación
"Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados de los judíos. Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos. Una multitud de enfermos—ciegos, cojos, paralíticos—estaban tendidos en los pórticos. Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio y supo qué hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud?", Jn 5:1-5Nos encontramos en el estanque o piscina de Betesda que significa casa de misericordia. Era como una especie de balneario, a cuyas aguas se le atribuían particulares poderes terapéuticos. Las autoridades religiosas no mostraban demasiada simpatía por este ambiente y su desconfianza se debía a que los visitantes fueran contaminados por una mentalidad pagana o supersticiosa. Este lugar era un lugar de encuentro para los excluidos y rechazados. Había disposiciones concretas que mantenían fuera del templo a los cojos y a los ciegos. La mención que el estanque estaba cerca de la puerta de las ovejas sugiere la idea de una comunidad descuidada, en mal estado, desordenada. Los pórticos que eran cinco nos sugieren que en ese lugar se impartía la enseñanza oficial de la Torá. Estos datos nos hacen reflexionar sobre el estado de las comunidades de fe en nuestros días. Dios nos llama a no descuidar el estado del rebaño y atender a toda la gente sin distinción y discriminación. La escritura nos recuerda: "Mis amados hermanos, ¿cómo pueden afirmar que tienen fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo si favorecen más a algunas personas que a otras?", Stg 2:1. "Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? ... Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil... Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones», Stg 2:14-18 "Si ustedes son sabios y entienden los caminos de Dios, demuéstralo viviendo una vida honesta y haciendo buenas acciones", Stg 3:13
Carlos Scott
Foto Gilbert Lennox
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